Extra II. 1+1= 4 Espera... qué?

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—¿Estás bien? — Victoria le dio un suave apretón a la mano del rubio para poder llamar su atención

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—¿Estás bien? — Victoria le dio un suave apretón a la mano del rubio para poder llamar su atención.

Llevaban 10 minutos sentados en la sala de espera del Hospital y Chris no había sido capaz de apartar la mirada de la puerta del consultorio de la Doctora ni un solo instante.

Estaba nervioso, muy nervioso, al principio intentó disimularlo para no contagiar a la castaña pero sus gestos involuntarios y movimientos lo hacían evidente, como su pie que golpeaba continuamente el piso o los dedos de su mano libre que tamborileaban ansiosos sobre su muslo.

—Lo siento, amor es que... es este lugar — confesó con un suspiro — No puedo evitarlo, no me trae buenos recuerdos.

Victoria asintió, sabía perfectamente de lo que hablaba.

La última vez que estuvieron así, en ese mismo lugar, fue justo el día que perdieron a su bebé. Así que sí, también pensaba en eso y estaba asustada, no tenía caso negarlo. Aterrada, pensaba en las palabras de Anna, intentaba no sugestionarse por lo sucedido pero era imposible.

—Estoy nervioso, pero sé que todo saldrá bien — aclaró Chris, al tiempo que acariciaba la espalda de su esposa en un gesto conciliador.

En esos momentos quería ser un soporte para ella, por lo que cuando la Doctora los llamó para entrar, se tragó su miedo y con seguridad tomó la mano de su esposa antes de levantarse.

—¿Como te has sentido, Victoria? — preguntó la ojiverde una vez que la castaña se recostó sobre la camilla.

La sentía ridículamente grande y eso que había estado allí otras muchas veces antes.

—Bien, sigo con náuseas matutinas.

—Y ha comenzado ya con los antojos — añadió Chris, con un tono entre aniñado y emocionado que hizo sonreír a ambas mujeres — Helado, chocolates, postres...

—Todo es absolutamente normal — rió la rubia — Solo hay que cuidar las cantidades y excesos, no ingieras tanta azúcar ¿Vale? Y papá — miró al actor — ya sé que la mamita aquí presente es muy caprichosa y antojada pero no caigas, ahora el control de ambos depende de ti.

Chris miró a Victoria, quien al escuchar que debía moderarse no pudo evitar formar un puchero adorable con los labios, ¡A ella le encantaba el chocolate! Últimamente parecía que a su bebé también ¿Cómo se supone que se controlara si ahora debía resistirse por dos?

—Lo siento, cielo. Ya escuchaste a la doctora.

—Sí pero dijo moderar, no eliminar. Vamos aclarando las cosas — advirtió la castaña, haciendo reír a la rubia.

—¿Estás cumpliendo las 8 semanas, verdad?

—Sí.

—Bien, vamos a ver como va todo.

ALL OF ME  [Chris Evans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora