-Maybe I can show you-

1.6K 181 42
                                    

🐈🍂

Dos semanas de golpizas, casi todos los días yendo a el psicólogo, que la verdad, me tiene cansado. 

Me levanté bastante temprano hoy, tuve clases, pero esta vez, no tuve golpizas, ni dolores. Si no que estaba todo tranquilo. Un chico, que la verdad, me ha estado asustando, ya que me ve todos los días en el psicólogo y en la escuela. Pero para mi, no me era incómodo, me miraba como si fuera algo bonito, me mira con una sonrisa, unos ojos campantes de felicidad y entusiasmo que irradia un poco al pasar. 

Me senté en la sala de espera de el centro de psicología. Miraba mi móvil por mientras. Hasta que un toque en mi hombro me llamó la atención. Levanté un poco mi rostro, para luego ver a ese chico frente a mi. Me asusté, saltando un poco en el acolchado asiento en el cual me encontraba. Suspiré, viendo su sonrisa. 

—Hola.—Dijo el chico, sentándose relajado a mi lado.—¿Cómo te llamas?—No quería levantar mi vista, si no mi ojo estaría descubierto, y eso no me agradaba. 

—¿Quién eres y por qué me preguntas eso?—Suspiré, tratando de evadir su pregunta.

—Te veo todos los días, y no sé quien eres.—Sonrió, mientras se echaba hacia adelante, casi quedando en mi misma posición. Evadí su mirada, girando mi rostro, tratando de no hablarle o mirarle. Me estaba poniendo de los nervios.—Vamos. No te voy a hacer nada.—Tocó mi hombro. Con eso para mi, era suficiente. 

—M-Mira, no me interesa quien eres, déjame en paz. Y no te diré mi nombre, porque no te conozco...—Vi su rostro, levantando mi vista a él, quedando totalmente conectado a su vista por unos segundos que fueron casi mágicos. Pero claro, mi ojo estaba cubierto.—Por favor déjame en paz.—Me levanté, pues escuché como la puerta de la consulta de mi psicóloga estaba siendo despejada para mi turno. 

—Nos vemos.—Dijo el chico, sonriendo, viendo su móvil, mientras yo entraba a la consulta. 

Cuando entré, me sentía un poco más seguro. Sabiendo que no podía entrar, claramente. La psicóloga, me saludó, mientras que yo sonreía, y por primera vez en el día, me despejé el pelo de mi ojo. Poniendo ver todo claro, nítido y colorido. Por supuesto que era incómodo el tener mi ojo todo el día cubierto, pero era aún más incómodo que me miraran.

¿Por qué ese chico no me miró raro al mirarlo?

Me quedé con esa pregunta, mientras esta doctora frente a mis ojos me preguntaba como estaba, como me encontraba y demás. Estaba completamente fuera de este mundo, pero de todas formas contestaba. Sonreía de lado a pequeñas preguntas, para poder pasar desapercibido. 


⭐️


Cuando la consulta, bastante rápida terminó, pude irme, sin ver rastro del chico que me había saludado al llegar al centro. Me fui de todas formas con la gran incertidumbre de quien era, o porque me hablaba o incluso me miraba.

Caminaba, hasta que vi como una pareja me miraba, abrieron muy ampliamente los ojos, y sonrieron. Otra vez esa cara desconcertada, como la odio. Me siento mal cuando me miran así, me siento un bicho raro, como si fuera alguien de otro planeta y por eso tengo un ojo de otro color. No me gusta, me gustaría tener los ojos de el mismo color, como todas las personas, ser normal, tener todo mi cuerpo fuera de cicatrices, que son todas provocadas por mis ojos. 

No es algo que sólo yo posea, mi familia tiene esta característica, y mi padre es así. Sólo que a él, bueno, no le importa el hecho de tenerlo diferente. Pero a mi si. El hecho de no poder estar como los demás, libres de esa cortina de pelo frente a mi, para poder cubrir la imperfección hereditaria. Me tiene harto. 

No me gusta el hecho de que no pueda ver tranquilo, que tenga que estar de una forma u otra. Me cansa. 

Pero, es algo que no puedo cambiar, y me molesta. 

Regresé a casa, un poco cansado, recordando a la pareja que me miraba completamente desconcertada, y por mi frustración comencé a llorar. Mi rostro pegado en la almohada, cuestionándome la probabilidad de tener esto. Que es tan mínima, como la probabilidad de encontrar una aguja en un pajar. Era tan mínima, que la verdad, se pueden contar con los dedos las personas que poseen lo mismo que yo.

Pero a diferencias de esas personas, no me siento orgulloso de eso, no me gusta, prefiero borrarlo, desaparecerlo, que dejara de existir para dar lugar a dos ojos cafés normales. Estoy harto de las miradas, golpizas, apodos, y otras cosas que desencadenan el tener un ojo café y el otro verde. 

No es algo tan anormal.

Bueno...

Lo es. 

Pero no tienen porque mirarme así, soy un ser humano, como otros, sólo que con la diferencia que no tengo un rostro "simétrico". A pesar de que le simetría en el rostro humano no existe, es le primer ejemplo que te ponen. En mi caso, eso no existe. No existe la posibilidad de tenerlo parecido. 

Todo de mi es extraño. 

Y lo detesto. 

Tener cicatrices en mis costados, porque los bravucones me golpeaban, o cortaban un poco con navajas, porque sí, lo han hecho, es prácticamente ilegal, pero nadie se enteró. Sólo mi mamá. Pero ella guardó el secreto.

¡Odio vivir así!

Odio tener que esconderme, mi cuerpo como mi rostro, y no poder estar orgulloso de él. 

Me odio...

Y no es algo que puedas cambiar, como el peso, o el maquillaje. Si bien es cierto, lo puedo cambiar con lentes de contacto, en algún momento es posible de que se descubra. Sí, pero los lentes de contacto, la verdad, no me apetecen ocuparlos.

Algún día, espero conocer a alguien que no me mire mal cuando muestro mi rostro despejado, y que le de igual, como si fuera uno normal. Algo común.

Suspiré, pensando en esto, mientras pasaban unas cuantas lágrimas, casi corriendo desesperadas, rodando y rodando sobre mi rostro. Limpié mi mejilla, llena de agua salada que tiene de fuente mis ojos desiguales. 

Luego de un rato. Me quedé dormido, mientras lloraba de frustración...


-Eyes-Where stories live. Discover now