-Be quiet.-

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🍂🐈

Hoy, tocaba especialmente el encuentro de Mingyu con mi madre. Era importante, mi madre estaba feliz por mi, por estar más contento, y porque tuve la confianza de contarle. No sé a que se refiere con eso, pero bueno.

Estaba listo, arreglado, y un poco nervioso pero emocionado. De todas formas él llegaría puntualmente. Su madre si sabía que vendría a mi casa. Le advertí que no le dijera, pero le dio igual, le dijo, y por fortuna lo dejó. Su madre quiere cenar de una forma muy rara. Nuestros padres, en una cena, juntos. Su madre está loca. 

El tiempo pasó rápido, estaba esperando sobre el sillón, con Rock sobre las piernas, estaba muy tranquilo y transmitiendo calor que no quería, hacía bastante calor ya. El timbre sonó, me levanté con mucha rapidez, y salí corriendo a abrir la puerta. Vi su cuerpo, con una fuente en las manos, sonreí, y lo deje pasar. Estaba bien vestido, una camisa blanca, unos pantalones grises, y un broche plateado en el bolsillo de la camisa, unas zapatillas blancas con una parte gris por el talón, y su pelo bien colocado, se veía muy lindo. 

—Pasa. ¿Cómo estás?—Dije mientras ponía el primer pie en casa, aún con la fuente entre las manos, mirando a ambos lados, revisando si había alguien cerca, y como no lo había, me dio un corto beso en los labios.

—Todo bien. ¿Donde dejo esto?—Subió un poco la fuente mostrando, mientras yo lo guiaba a la cocina, abriendo paso entre las encimeras. Dejó ahí la fuente, y luego me abrazó. No me di ni cuenta cuando pasó, pero ya estaba acariciando mi nuca, con tranquilidad y afecto. Era relajante el como lo hacía. Lo abracé más suavemente y luego nos separamos, oyendo de lejos unos pasos acercarse con tranquilidad.—¿Ya vamos a comer?—Asentí. Me fui a sentar, pero por alguna razón, el no me seguía. 

Estaba hablando con mi papá de la comida, hasta que veo a Mingyu, con un delantal, con dos fuentes en las manos, y sus manos con guantes. Quedé sorprendido, viendo su rostro alegre y mi madre detrás de él, llevando la fuente que antes traía en las manos. 

Mi mirada fue muy segura. Se sentó a mi lado, dejando el delantal colgado en el respaldo de la silla. Mi mamá le sonrió alegre, y le asintió, dándole las gracias con mucha modestia. Mingyu, miró a todos los presentes, incluyéndome. Su mirada ahora era una más nerviosa, más inquieta, como si buscara con la mirada que hacer. 

—Bien, muchas gracias por la comida... A comer.—Dijo mi padre alegre, mirándome con una sonrisa, la típica sonrisa que de verdad me hacía sentir cómodo, cosa que casi nunca hace mi padre. Me hizo sentir seguro por un segundo, y luego comenzamos a comer. Mi madre hablaba con mi padre, sobre como se conocieron luego de un rato de silencio. 

Estaban felices contando, hasta que nos miraron a nosotros, juntos. Mingyu sólo soltó los servicios y dejó la comida, que prácticamente casi no existía en su plato. Comía bien, y bastante. Aunque se notaba nervioso eso no le impedía a seguir con su conducta normal, casi sin diferencias. 

—No voy a hacer las mismas preguntas de siempre, así que vamos a cambiar.—Dijo mi madre, mirándome sobre todo a mi.—¿Qué te gustaría tener en un futuro?—Mingyu sonrió, se irguió sobre la silla. Me dio una rápida y sencilla mirada, hasta que luego sólo, observó a mi madre para contestar.

—Quiero ser feliz, sólo tener un buen trabajo que me guste, una familia, y una casa o departamento bonito. Es lo único que es indispensable para mi.—Sonrió, y luego agregó, dándome una sonrisa entre medio.—Y una persona que me ame, y que yo ame.—Asintió, volviendo a comer, satisfecho con su respuesta. Mi madre sólo asintió, riendo bajito, cosa que agradó el ambiente. 

—¿Quieres ser algo en especial? Estudiar, trabajar, no lo sé.—Con voz grave mi padre preguntó, mientras yo sólo comía lo poco que quería. Casi no había tocado mi plato. 

-Eyes-Where stories live. Discover now