-It hurts-

922 137 0
                                    

—Ya veo. ¿Entonces nuestra confianza no se desintegró?—Negué, mientras me acercaba a él, poniéndome en el borde de la cama. 

—Te tengo la confianza suficiente como para invitarte a mi casa. Nunca he invitado a un amigo a mi casa.—Sus ojos se abrieron de sorpresa mientras se removía en la silla en la cual se encontraba.—B-Bueno eso no es lo importante acá.—Dije incómodo al decir eso. Debo parecer un asocial completo.

—Ok, te escucho.—Sonrió, acercando la silla del escritorio a mi. 

—De verdad lo siento, no te trato como se merece, y soy yo el del problema. Lo siento muchísimo. Sé que haces de todo para que yo confíe en ti, pero no es tan fácil. La confianza que yo puedo crear, tiene ciertas imperfecciones desde lo de Yong. No sé si de todas formas quieres ser mi amigo, pero espero que lo tengas entendido si sigues siendo mi amigo de confianza...—Dije todo eso, mientras miraba mis manos completamente serio. Sus colmillos se asomaron, mientras extendía una mano, a la vez que se paraba, para ofrecerme su ayuda. 

—¿Te siente muy mal hoy?—Negué, tomando su mano, mientras me levantaba, más animado que antes.—Vamos a caminar. ¿Eso es una mancha?—Apuntó mientras sonreía mi remera, mirándome de arriba a abajo, mientras que yo me sonrojaba. 

Asentí, y le indiqué que me iba a cambiar de remera. Fui al baño con la nueva remera, me miré al espejo y luego procedí.

Con cuidado, y un poco de queja, me quité la remera que traía. Vi mi torso en el espejo, reflejándose en el delgado y delicado espejo, viéndose claramente heridas que todavía no sanaban. Más que todo eran moretones pero que de verdad dolían, y de seguro dejarán algo. Me di una vuelta, recogiendo la remera que me acababa de retirar. Y cuando me levanté, di una pequeña mirada a mi espalda, por el medio de esta misma, y para mi sorpresa había una gran cicatriz ahí recordando como un chispazo de recuerdos de golpe en mi cabeza, una pequeña equis, que me atormenta hace un tiempo bastante largo. 

Esa cicatriz tiene una historia bastante horrible para mi. Unos momentos que no podré olvidar con nada. Una marca hecha tanto en mi cuerpo como en mi cabeza. 


🍁Go back...🍁

Two years ago

Hoy salí temprano de clases, nadie venía conmigo. Solo, por las calles, hasta que un pequeño grupo de personas me estaba rodeando. Sólo podía pensar en una cosa.

"¡Wonwoo corre!" 

Y eso hice, por las calles, escabulléndome con mi mochila al hombro. Hasta que choqué con un cuerpo, que conocía y que me atormentaba. 

—Hola precioso. ¿Así que terminas conmigo de un día para otro?—Yong tomó mi brazo, obvio me resistí, no podía dejarme pasar por este desgraciado.—¿No quieres estar conmigo?—Dijo con un tono infantil, pero con algo de malicia detrás de ese cantarín tono.

—¡No! ¡Déjame maldito!—Grité, mientras me trataba de zafar de su agarre en mi muñeca. Y lo logré, sólo porque me había soltado. Salí corriendo, pero cuando miré hacia adelante, me topé con dos cuerpos más grandes y altos que yo. —Puta madre...—Murmuré, mientras ambos cuerpos grandotes me tomaban, dejándome tirado en el piso. Mientras Yong se acercaba con totales aires de coraje. 

—Voy a dejar algo. Quizás, tú me mostraste algo completamente raro, e incluso asqueroso. Pero yo dejaré algo peor, ya que me dejaste.—Los chicos que me empujaron sobre el suelo, le pasaron algo a Yong. Me dieron vuelta, levantando mi remera. Unas manos se ubicaron sobre mis brazos para no moverme. 

Sentí el frío llegar a mi piel, y un metal con una mano helada también estaba sobre mi. Me quedé sin aire cuando ese metal se enterró. Un dolor bastante fuerte logró sacar un grito desgarrador, apaciguado por un pañuelo que pusieron en mi boca para evitar que el grito sonara por todo el callejón. Mi garganta dolía. Era lento, como un corte con un bisturí. Quizás lo era, pero no lo tomé en cuenta. Me golpearon un par de veces y se separaron de mi, dejándome en el suelo retorciéndome sobre el frío suelo que me estaba matando, sin dignidad, con mi cara en el sucio suelo de un mugriento callejón, completamente escondido de todo tipo de vista ajena. 

Un callejón apartado de todo.

Algunas risas podían ser percibidas a pesar de mi miedo, a pesar de que yo estaba tirado, sufriendo por el dolor en mi espalda. 

—Mírame...—Dijo Yong, mientras me levantaba el rostro. Yo me quedé completamente inmóvil, mientras lo miraba a petición suya.—Muestra.—Negué. Haciendo que un puñetazo llegara a mi rostro.—¡No me hagas repetirlo otra vez!—Gritó, mientras yo sólo asentía, por el dolor y la amenaza. Despejé mi ojo.—¿Ven esa mierda? Eso es increíblemente asqueroso. ¿Cómo puedes vivir con eso? En cierta manera me alegro de que me hayas dejado. No podría salir con alguien tan asqueroso como tú.—Sonrió, mientras volvía a tomar el objeto punzante desconocido que me había provocado tanto dolor.

—Y-Yong...—Dije mientras bajaba mi vista.

—¿Qué quieres ojitos?—Lo miré, con los ojos llorosos.—¿Vas a llorar pequeño ojitos? Vamos llora.—Dijo mostrando el objeto. Y para mi sorpresa era un puto bisturí.—Vamos. ¿No sabías que mi padre es doctor? Puta madre, que mierda de persona eres.—Sonrió.—Agradece que no voy a hacerte nada más.—Se levantó, y con risas y bromas me dejaron tirados en el piso.

Luego de eso, me intenté levantar, colocar mi sudadera en la espalda, mientras cojeaba. No podía estar de pie, sintiendo el dolor ahí, mientras sangre estaba casi corriendo bajo mi ropa.

Lo peor que tuve que pasar en mucho tiempo.


🍃Present🍃


No puedo borrar de mi eso, menos la cicatriz. Y peor, los recuerdos. 

Estuve más tiempo pensando que cambiando mi remera.

Me vestí, y salí, un poco más decaído.

Mingyu lo notó, trataba de hacerme bromas, hacerme reír, imitar. Hacerme sonreír, pero lo único que lograba era una mueca deformada. Mi mirada estaba perdida y yo lo sabía, mi mente en otro lado, mis manos incluso temblaban.

—Wonwoo. ¿Te sientes bien? Podemos volver a tu casa.—Negué, mientras parábamos por su propia pausa. Tomó mi mano.—¿Estás seguro?—Asentí, sin mirar su rostro. Pero podía deducir que estaba con expresiones completamente preocupadas. 

—S-Sólo estoy...—Dejé incompleta la oración mientras él me abrazaba, sin ningún aviso. 

—Está bien.—Suspiré, formando una sonrisa tímida, para luego abrazar su espalda para poder responder a su sorpresivo abrazo.—Sólo caminemos, olvídate de todo. Y mírame.—Nos separamos, y luego me miró.—Disfrutemos el día.—Sonrió, para luego caminar más adelantado que yo.

Todo el día reímos.

Y pude sonreír luego de cuatro días tortuosos de heridas.

-Eyes-Where stories live. Discover now