-Weak.-

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—Pero podemos superarlo juntos aunque sea difícil.—Sonrió, mientras sus pasos se acercaban a mi, mi mirada se fue al suelo de madera, por el cual siempre paso sin nada diferente. Estaba mareado y en cualquier momento caería al suelo, o quizás entraría en una especie de crisis, o algo así. Todo daba vueltas, como remolinos a mi alrededor, remolinos que significaban lo débil y tonto que soy. 

—Soy débil. ¡¿Por qué crees que nunca me defendí?! ¡Porque soy débil, soy una basura que lo único que puede hacer es lloriquear hasta que todo pase! Sólo llorar...—Gritaba, un poco cansado, mi mundo daba vueltas, y Mingyu se acercó un poco a mi. Me tomó de los hombros y me abrazó. 

—No eres basura, no eres débil, eres genial, yo no podría aguantar todo lo que tú aguantaste, no digas esas cosas.—Mi pecho dolía demasiado, mi estómago también, estaba sudando a pesar de no tener calor.

—Mingyu.—Murmuré en su pecho, desamparado, como si me sintiera muy solo, a pesar de estar en los brazos de él.—No puedo más...—Aferrándome a su remera.—No puedo soportar más a Yong, no puedo seguir, todo me dice que pare. No puedo.—Dije casi llorando, con mi voz desgarrada y dolida. 

—Para eso estoy yo, te cuidaré, y no importa lo que pase, estaré ahí.—Me apretó más y puso su mejilla en mi cabeza.

Nos quedamos así por un tiempo, un tiempo bastante largo en el cual sólo respiraba agitado mientras acariciaba mi espalda. No podía más, no estaba mintiendo. Me odio a mi mismo por no haber hecho nada estos años de dolor. Me odio por no defenderme o hacer algo en contra con los mismos que me amenazan, mi cuerpo es horrible y nadie lo querrá, porque sí, soy un asco. No entiendo como Mingyu puede estar conmigo, un chico amable, lindo, tranquilo, agradable y tierno, sus características no caben en las mías, es perfecto y yo no. ¿Cómo hacerlo feliz si ni yo mismo puedo hacerme feliz?

—Wonwoo...—Murmuró sin despegar su mejilla de mi cabeza.

—Dime...—

—No vuelvas a decir esas cosas. Me duele escucharte decirlo, porque sé que no es verdad.—Mi pecho se aceleró mientras decía esas palabras, un bombeo de adrenalina pasó por todo mi cuerpo, el mundo ya no daba vueltas y me sentía más seguro en sus brazos. Me fundía en su calor abrasador sintiendo como su respiración acelerada estaba contra la mía. Su pecho subiendo y bajando, mientras yo sólo me concentraba en relajarme sobre su cuerpo. Sus manos suaves y grandes pasando con tranquilidad sobre mi espalda, incluso sobre mi nuca, dándome pequeñas descargas en todo el cuerpo que con facilidad erizaban mi piel.

—¿Cómo amas tanto a un cubo de basura como yo?—Rió un poco, mientras yo separaba mi cabeza de su pecho mostrando una sonrisa burlona.

—No lo sé, creo que porque eres un hermoso cubo de basura. Eres lindo, cariñoso, inteligente, un maravilloso cubo de basura que acelera mi corazón.—Su rostro brillaba a pesar de la oscura casa que estaba sólo para nosotros.—No miento.—Sonrió otra vez, pasando su mano por mi nuca y acercando su rostro al mío. Me besó con cariño, girando su cabeza con delicadeza.

Me tiró el labio inferior con cuidado para luego mirarme, con carita traviesa. Sus manos pasaron a mis mejillas y sólo me miró, con ojos brillantes que parecían tener un universo a parte.

—¿Quieres salir o quedarte acá?—Pregunté. 

—Si quieres ponte pijama, me da igual que hagamos, todo me divierte si estás tú en el menú.—Sonrió y tomó mi mano para irnos a mi habitación. 

Entramos con tranquilidad, yo antes que él, captando su relajación, como si se tratara de su propia habitación, se sentó en la cama, acarició a Rock un rato, y luego se recostó cerca de los pies de la cama. Yo me quedé viéndolo, mirando mi escritorio lleno de bocetos, los cuales estaban desparramados sobre el escritorio. Mingyu no los tomó en cuenta mientras yo los ordenada. Jugaba con Rock, el cual no le prestaba atención ya que estaba tratando de dormir sobre la cama. 

-Eyes-Where stories live. Discover now