-Be happy and forget everything-

931 129 25
                                    

🍂🐈

Cuarto y penúltimo día de la feria. Casi no he tenido tiempo de estar con Mingyu, y mis ánimos han decaído considerablemente. 

Así que aunque sea una hora, tengo que estar con él. Y por eso, le pedí que nos juntáramos en el mismo lugar que hace días atrás. El pequeño parque que hace que me relaje, que tenga ánimos de hablar. Lo necesito, necesito estar ahí. 

Lo llamé, para luego encontrarnos ahí. 

Por supuesto se demoró un poco más de lo esperado pero llegó de todas formas. Con sudor en la frente las manos con unos guantes como de protección, como si estuviera trabajando. Se los sacó, dejándolos en el piso, mientras yo estaba sentado, reposando sobre el tronco, esta vez sin ningún libro en las manos. Sonreí cuando se acostó en mis piernas, las cuales estaban cruzadas. Su cabeza en mis piernas cruzadas y el resto de su cuerpo largo estirado en el pasto. 

—¿Para qué me llamabas?—Dijo desviando la mirada, mientras yo sonreía, entendía porque miraba hacia los árboles a la lejanía en vez de a mi.

—Quiero hablar contigo.—Su mirada fue hacia mi, pero cuando entendió lo que hizo sólo se tapó los ojos.—Tranquilo.—Saqué su mano.—Está bien. Es algo que tiene que ver con esto.—Abrió los ojos, completamente sorprendido.

—P-Pero, no tienes porque hacerlo, sabes que puedo esperar todo el tiempo que quieras.—Asentí.—Y-Yo no estoy listo.—Su cara se volvió roja, mientras que yo, estaba tomando su mano para que no se la colocara en el rostro delicado que posee.

—Está bien. Pero quiero que sepas que estoy listo. ¿Si?—Asintió.—Te he extrañado, extraño almorzar contigo.—Bajé mi rostro, para luego jugar con su mano.

—¿Ah si? Entonces comamos juntos hoy. Últimamente no he comido mucho por la feria.—Hizo un puchero, cosa que hizo que mi vista fuera directamente a sus labios.

—Tienes que comer bien. No es bueno que estés comiendo poco.—Fruncí mi ceño, mientras lo miraba casi enojado, culpándolo por no comer bien.

—¿Por qué te preocupas tanto?—Mis expresiones se relajaron formando una clara sonrisa que hacía que él también lo hiciera. Sus ojitos, también, se achicaron junto a su sonrisa que se formaba, sus pómulos se levantaban y era la imagen favorita de mis ojos.

—Porque te quiero mucho y debo cuidarte.—Me crucé de brazos, mientras que él sólo tomaba mi mano.

—¿Ah si?—Asentí, mientras que él sonreía casi satisfecho.—Tengo que decirte algo.—Se levantó, sentándose frente a mi, con su sonrisa desvaneciéndose de a poco. Mala señal. 

Sus ojos miraron con cuidado a los míos, pero por mi miedo a su tono serio sólo bajé la cabeza, sin querer mirarlo.

—Gracias por confiar tanto en mi. Juro que no voy a decepcionarte, porque me haces muy feliz y prometo hacerte feliz aunque sea con cosas pequeñas.—Levantó su mano derecha, mientras que yo alzaba de nuevo la cabeza. Formando la sonrisa que rápidamente se propaga hacia sus labios, formando lo mismo, una sonrisa sincera para el otro.—Puedes decirme lo que sea, nunca te juzgaré.—Asentí, borrando mi sonrisa.

—¿Qué pasa si te digo que me gusta un chico?—Era cierto, pero no podía decírselo de un día a otro. Claro que no.

—Te ayudaré a conquistarlo.—Me guiñó un ojo, casi riendo. 

—¿Qué pasa si ese chico no sé si está disponible?—Quedó pensando un poco, para luego mirarme seguro.

—Lo averiguaré.—Sonrió, tomando mi mano y jugando un poco con mis dedos.—¿Y si a mi también me gusta un chico?—Sonreí, un poco desilusionado.

—Entonces te apoyaré en lo que sea.—Reí bajito, al ver como daba pequeños saltitos en su lugar.

—¿Y si ese chico hace preguntas tontas?—No entendía su punto.

—No entiendo.—Dije seco.

—¿Qué pasa si ese chico ha pasado por tantos golpes?—Abrí los ojos. Wonwoo estás ilusionado, y estás alucinando. Cálmate.

—Sólo dale todo lo que necesite.—Sonreí. Su sonrisa se borró. Hasta que me abrazó. Puso una mano en mi nuca, para luego mantener el abrazo. Entendí a lo que se refería, pero no era capaz de comprenderlo, de tomarlo, no tenía la suficiente fuerza como para pasar por lo mismo. Aunque sé que con Mingyu sería diferente. Completamente diferente.—Lo siento, no debería haberlo dicho.—Deshice el abrazo. Lo miré, sin vergüenza alguna, olvidando mi principio de oro. No alzar la cabeza, ¡Nunca! 

A la mierda, puta regla propia. 

—Sabes que es lo mejor. Ahora me siento feliz. ¿Ese no es nuestro objetivo?—Tomé su rostro en mis manos. Él estaba con el rostro sorprendido, inmóvil. Se veía muy tierno, desconcertado. Acaricié su mejilla, y dejé un beso en esta misma. Cuando se dio cuenta, reaccionó, sonriendo y viendo mi rostro con absoluto detalle.—Gracias por todo.—Sonreí.—Quiero cuidarte de ellos, no quiero que salgas herido, prefiero que me golpeen a mi que a ti, sin ti...—Iba a llorar, por lo que paré tragando saliva, no quería llorar justo en frente de él.—Yo no puedo estar sin ti.—Sonreí, más aliviado. 

—¿Wonwoo?—Asentí, enfocando toda mi atención en él.—¿Esta es la confianza de la cual hablabas?—Asentí otra vez, para luego sentir una mano en mi hombro, deslizarse.—¿Por eso no querías hacerlo antes?—Asentí, esta vez con un cabeceo.

—Por eso no lo hice antes...—Dije, para luego abrazarlo. 

Era un sentimiento tan diferente a como el hecho de sólo gustarte una persona, era más allá. Es como un sentimiento de felicidad con sólo verlo en un lugar, pasar tiempo, sin nada que nos interrumpa, estar juntos riendo o comiendo,  estar en otra parte, juntos, como en un mundo diferente. ¿Es esa sensación la que tanto nombran en las películas románticas?

Mierda.

Si es ese el caso, estoy perdido por este chico alto, de cabellera castaña, ojitos lindos, sonrisa con colmillos tiernos, y una torpeza que me hace reír pero que me encanta.

Mierda, por como lo describo. 

Me autodiagnostico, enamoramiento. Rayos. 

—¿Mingyu?—Estaba mirando un pequeño pajarito parado en una rama, me hizo gracia su sonrisa, como un perrito que estaba persiguiendo una ardilla. Me miró cuando lo llamé, haciendo que por un segundo, bastante importante, nuestros ojos se cruzaran.—No sé si es ahora el momento, no sé si existe ese momento. Pero, quiero que sepas que si en algún momento lo ves, por favor no lo mires sorprendido. Sólo, míralo y ya.—Sonreí débilmente.

—¿Puedo sonreír?—

—¿Sonreír? ¿Por qué? Si no es lindo—Reí un poco por sus palabras. 

—Para ti. Pero para mi, tú eres lindo en sí. ¿No me crees?—Negué a su pregunta, mientras que él pasó una mano por mi costado.—Acá antes tenías una herida, sé que te quedó una cicatriz, porque estas siempre procurando tapar siempre esta parte. Siempre estás abrigado a pesar de que sea incluso verano. Y tienes más. Sé que las odias, lo sé, pero para mi sigues siendo precioso.—Me sonrió, mientras yo me quedaba sin aire por su mano en mi cintura.

—G-Gracias. Pero sigue siendo algo horrible para mi.—Quité su mano de mi cintura, para unirla con mi mano.

—¿Cuál es el punto de esto?—Bajó su mirada, acariciando un poco mi mano.

—Te quiero un montón. Pero no como amigo...—Susurró, estaba rojo.—¿Sabes a lo que me refiero?—Sólo pude asentir un poco sonriendo. No podía creer que esto no fuera unilateral. Que es lo que suele pasar. Mierda ¿Qué felicidad es esta?

Me moví un poco, acerqué mi rostro. 

Y ¡Pum!

Mis labios dieron un corto beso en los suyos. 

Fue tan corto que no me dio oportunidad de poder apreciarlos. 

Pero el haber hecho eso, ya era suficiente.

¿O tal vez no?



-Eyes-Where stories live. Discover now