-I don't know you, but I can try for you-

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—No te conozco.—Seco y corto, para que dejara de hablarle.

—Pero puedo intentar conocerte y que tu me conozcas. Te he visto, siempre estás solo, ¿No te vendría bien un poco de mi compañía?—Me encogí de hombros, mientras él se acercaba con cautela a mi.

—P-Podemos intentarlo supongo.—No me vendría mal un poco de su plática y compañía. Estoy siempre solo.—Pero no hagas nada...—Asintió, y luego salí del baño, escapando de su presencia, que en estos momentos me ponía de los nervios. 

Caminé, con las manos sudorosas y un poco temblorosas. Caminé, mientras que veía un poco a mis lados, sin mirar hacia adelante. Obviamente por esta torpeza, choqué con alguien, y luego esa persona me insultó, cosa que ignoré. Pero, cuando iba a levantarme, un dolor demasiado punzante en mi costado estaba presente. No me podía parar, y nadie me ayudaba, todos estaban frente a sus casilleros porque el receso ya había empezado. 

Me aferré a uno de los casilleros, pero me caí inútilmente, cayendo de trasero a el piso. Sólo liberé un pequeño grito, por el impacto. Y unas risas que conozco muy bien se acercaron peligrosamente detrás de mi.

—Oh, ya veo, no te has recuperado de tus pequeñas heridas. Voy a tratar de no ser tan cruel.—Me intenté acercar de los casilleros para levantarme y claramente correr. Pero una patada en mi costado, me sorprendió. Dejándome retorciéndome en el piso, con mis manos en el estómago. Me dolía y sólo veía un poco el piso.—Vamos, muévete puto gusano.—Me dio un leve toque, mientras que yo lo ignoraba y me quejaba de dolor, mientras me retorcía. 

—Oh vamos, déjenlo.—Una voz que esta vez reconocía, me trató de levantar del piso.—¡Mírenlo! No les ha hecho nada. Wonwoo, vamos.—Tomó mi brazo, mientras tomaba mi costado.

—Está bien, los dejaré ir.—Suspiró el líder, mientras que yo me quejaba y pasaba un brazo por sus hombros para aferrarme un poco a él. 

Mingyu me llevó hasta afuera, en el patio, para sentarme en una banca. Me dejó, para luego sentarse a mi lado. Iba a levantar mi remera para ver mis golpes. Pero, no quería, por supuesto que no, estoy lleno de heridas, cicatrices, y demás. Es horrible mi cuerpo, todo de mi. 

—N-No.—Dije tartamudeando. ¿Por qué me pone nervioso este chico?

—Te veré las heridas, para saber si es necesario ir a enfermería. Tranquilo.—Negué, mientras que él trataba de subir y revisar.—Está bien. Pero procura curarlas en casa. No quiero que tengas cicatrices.—Sonrió, para luego sentarse a mi lado.

—¿Por qué eres tan bueno conmigo?—Se encogió de hombros.—No confío en ti, sinceramente.—Me encogí de hombros.

—No lo sé. Si quieres te puedo dejar solo un tiempo.—Negué, sólo estaba confundido.—¿Entonces?—Murmuró, tratando de buscar mi mirada, cosa que no consigue nunca. 

—Me tengo que ir.—Lo ignoré, y me paré. No quería más, quería descansar, agregando que este tal ¿Mingyu? Me ponía de los nervios. 

—P-Pero, oye, si quieres podemos almorzar juntos.—Sonreí de lado, mientras me giraba un poco, asintiéndole y sacándole una sonrisa. 

Me encaminé a mi salón, justo cuando caminaba por los pasillos tocaron la campana, me senté con pesadez en mi silla, y presté atención el resto de la clase. Y en la siguiente también, hasta que llegó el claro almuerzo. Me levanté, un poco asustado. El castaño salió antes que yo, y no estaba en el salón.

Me formé en la fila de el almuerzo, pagué, y busqué con la mirada a el chico, Mingyu, creo. 

Cuando vi que estaba sentado, junto a otros chicos, unos tres más. Me senté con mucho miedo a su lado, mientras que los otros sonreían, inocentes, uno que tenía los ojos como pequeñas rayas inclinadas, tenía en su boca un zumo de naranja. Mingyu me miró de reojo, para luego ver a sus aparentes amigos. 

—Bien, mira este es SoonYoung, pero le puedes decir Hoshi.—Me señaló al chico que antes tenía el zumo cerca de su boca.—Este es Minghao, y él es Hansol, pero llámalo Vernon.—Asentí, con la cara agachada.

—¿Por qué te pegaban?—Preguntó SoonYoung, mientras sorbía de su jugo cítrico.—Digo, no pareces ofensivo...—Me apuntó, mientras empezaba a comer, dejando sobre la bandeja el jugo.

—Sí, o sea, por lo que me ha contado Mingyu, no eres nada malo. Tipo, hay muchos imbéciles por aquí, pero tú no catalogas como uno.—Minghao me miró, un poco curioso.—No te veo nada malo.—Bajé mi vista, mientras que yo sonreía un poco sin producir ninguna palabras todavía.

—N-No les puedo decir porque.—Susurré, pasando desapercibido por el ruido de la cafetería.

—Oh vamos no te vamos a decir nada.—Hansol habló, sonriendo, creo que era el más calmado de todos, con un semblante completamente relajado frente a mi timidez.—No es nada malo.—Negué, mientras que tomaba mi jugo, bebiendo de este. Y bajando mi mirada, no quería que me vieran.

—N-No puedo, es demasiado horrible para mi.—Sus caras se sorprendieron y se miraron entre sí, buscando una respuesta racional frente a mi pequeña oración.

—P-Pero no creo que sea nada malo. ¿Cierto Wonwoo?—Mingyu me preguntó, palpando un poco mi pierna.

—Que no lo es, pero para mi si lo es.—Dije ya alterado, mientras levantaba mi vista viendo como ellos estaban sorprendidos. Mierda, había movido mi cabello hacia atrás de mi oreja.—M-Mierda. No me vean.—Bajé mi mirada, mierda, mierda, mierda. Soy imbécil.—N-No me vean dije.—Susurré, mientras que ellos cuchicheaban frente a mi.

—Wonwoo. ¿Qué es ese lunar?—Toqué mi cuello, tenía un pequeño lunar. Mierda, tuve mucha suerte. 

—Es un lunar.—Reí, ya más relajado. Pasé mi mano por mi cabello asegurándome que me cubriera un poco más. 

—Es tierno.—Dijo Hoshi como un niño pequeño. Asentí, para luego todos comenzar a comer. 

—La verdad, no es eso el porque me pegan...—Dije mientras masticaba. Luego de un rato ya había tomado un poco más de confianza.—Tiene que ver con mis ojos. Pero no diré más.—Susurrando, ya avergonzado por decirlo tan abiertamente. 

—¡Oh vamos! Muéstranos.—Dijo Minghao, curioso. Tirándose un poco más a mi, atravesando la mesa para mover mi cabellos.

—Claro que no, para mi es algo horrible. No pierdan la confianza que les di. Con eso ya es suficiente.—Bufé, ya me había molestado por su actitud demasiado curiosa. 

Terminé de comer y dejé la bandeja vacía. 

Mingyu tomó de mi mano, mientras salía de la cafetería. 

—Sé que no quieres decirlo. Tranquilo, no te apresures. Ellos son muy imbéciles, les explicaré.—Sonrió, mientras que yo levantaba sólo un poco la vista para poder asentir. 

Luego de eso me alejé, sin verlo hasta el otro día. 

Y el resto de la semana almorcé con todos ellos. 

Creo que por fin tengo amigos, luego de tanto tiempo...



-Eyes-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora