Dos personas.
Dos mundos opuestos.
Una relación falsa.
Una noche de fiesta ha bastado para dar un giro impredecible en la vida de Nicole Carson y Maximiliano Dimitriou, una estudiante universitaria y un magnate hotelero.
Uno nunca se ha enamorado y...
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—¿Por cuántos días te vas? —pregunta mi padre no muy convencido.
—Solo sábado y domingo. No es mucho, papá.
Estamos hablando acerca del mini viaje que voy a realizar con Maximiliano. Una parte de mí cree que en realidad ir a Lake Powell va a ser incómodo y extraño siendo que somos dos total desconocidos emprendiendo un viaje juntos. Otra parte de mí cree que, a pesar de que seguira siendo incómodo y extraño, nos resultará beneficioso porque nos conoceremos el uno al otro. Puedo preguntar acerca de su color favorito, su mascota, las cosas que le gustan y las que no le gustan, teniendo en mente que tenemos dos semanas más para perfeccionar el cómo nos tratamos el uno al otro para presentarnos frente al mundo como novios.
—Hmm, no me gusta que estés saliendo mucho con ese muchacho —mi papá cruza sus brazos.
—Vamos, Nicolás, pobre muchacha, nunca ha tenido novio —alienta mi mamá.
Para muchos suena, de seguro, imposible y terrible el que siga a mis veintitrés años sin tener un novio, aunque para mí no es tan malo, siendo que me ha dado la oportunidad de enfocarme en cosas importantes. Eso es lo que sucede cuando pasas mucho tiempo buscando a alguien que te quiera y, al final, te das de topes al darte cuenta que te estás desviando de lo primordial por amores que no funcionarán.
Lo bueno es que sigo siendo joven. No es como que mañana me voy a morir y no voy a tener la oportunidad de enamorarme profundamente. Es solo cuestión de tiempo y dejar que el momento llegue sin que lo estés esperando.
—Pues ya estás bastante grandecita para tomar tus propias decisiones. Eso sí, yo no me hago responsable de los errores que cometas en ese viajecito tuyo —protesta mi papá.
Juro que quiero explotar en carcajadas porque los padres siempre tienen que dramatizar las cosas. Igual no lo hago para evitar hacerlo enfurecer a tan tempranas horas de la mañana.
—Ay, Nicolás, parece que nunca fuiste un joven —farfulla mi mamá, apoyándome—. Disfrutando la vida.... conquistándome.... sin hijos —mi madre se acerca a mi padre de manera seductora y le planta un beso en sus finos labios.
—Les duró poco el chiste de "conquistar" a ustedes.
Verán, mis padres son algo particulares a los demás. Se supone que primero es el noviazgo, luego el matrimonio y, finalmente, encargar bebés, pues ellos rompieron esa cadena que se ha ido praticando desde hace siglos tras encargar primero un bebé, hacerse novios después y casarse a lo último.
Por más que Andres quiera ocultarlo, él es el accidente de la familia.
Al mismo tiempo, es el responsable de ser el soporte para la creación de tan extrañamente rara familia que somos los Carson.
—Buenos momentos solo nosotros dos —mi papá mueve su nariz de un lado a otro con la de mi mamá. Claramente están ignorando lo que acabo de decir.
