Dos personas.
Dos mundos opuestos.
Una relación falsa.
Una noche de fiesta ha bastado para dar un giro impredecible en la vida de Nicole Carson y Maximiliano Dimitriou, una estudiante universitaria y un magnate hotelero.
Uno nunca se ha enamorado y...
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Narrando Nicole Carson.
—¿A Guangzhou? —repito sin entender su repentino viaje a la otra parte del mundo.
—Sí —se balancea en sus propios pies, con sus manos escondidas en los bolsillos de su pantalón—. Acuérdate que mi cumpleaños es el primero de julio...
—Pensé que celebraríamos en Londres junto a la apertura del hotel.
—Cambié de opinión, quiero celebrar antes.
—¿Está todo bien?
Es raro viniendo de él este viaje de la nada. No concuerda con la persona organizada que es, tomando en cuenta que para Londres me ha pedido apartar los días con un mes de anticipación.
—Por supuesto que está todo bien.
—Oh —arrugo la cara—. Es que me parece muy apresurado el viaje.
—Sí, bueno, quiero una escapada tú y yo —saca las manos de sus bolsas para rodearlas en mi cintura y atraerme a su cuerpo—. Solo serán dos días.
—Cuatro si tomamos en cuenta el viaje de ida y vuelta.
—Cuatro días —aclara.
—Max, no puedo simplemente desaparecer del trabajo cuando quiera y regresar cuando quiera. Tengo una jefa.
—Nadie dice que dejes de trabajar, puedes hacerlo desde Guangzhou. Además, técnicamente vas a faltar dos días porque descansas los otros dos.
—Tengo que hablar con Eli primero, el cual estoy casi segura que dirá no.
—Tengo todo perfectamente calculado, que ya he hablado con Elizabeth y no ha visto ningún problema con que dos días de trabajo lo hagas en el otro lado del mundo.
Me quedo pasmada.
¿No ha contactado de verdad a Eli o si?
—No hagas eso —presiono las palmas de mis manos en su pecho.
—Muy tarde —se muerde el labio inferior.
Lo detalló otra vez.
—¿Estás seguro de que todo está bien?
No dice nada por extensos segundos.
—No. Estoy haciendo este viaje, porque necesito un descanso de tantos problemas.
Ah, ya entiendo de dónde viene el repentino viaje. Lo tienen estresado tantos inconvenientes con sus negocios y su única manera de procesar lo que está pasando, es escapar del problema por unos días.
A su vez, me sigue pareciendo extrañado que Maximiliano quiera escapar, si no lo conozco como el tipo de persona que se dejaría intimidar tan rápido por ese tipo de situaciones, mucho menos si incluye sus negocios. Los cuida muy bien, siempre anda viendo de qué manera actualizarlos y deshacerse de lo que ya no le favorezca.
