Capítulo 41

26.5K 1.8K 400
                                    

Photograph - Ed Sheeran

Entro al edificio con una marea de nervios en mi estómago

Ops! Esta imagem não segue as nossas directrizes de conteúdo. Para continuares a publicar, por favor, remova-a ou carrega uma imagem diferente.

Entro al edificio con una marea de nervios en mi estómago. Me acerco a la recepción para anunciar mi llegada a la mujer mayor.

—Buen día, vengo a la reunión de los Botts Brothers —intento mostrar una sonrisa lo menos asustadiza posible.

—Bienvenida. Para eso tendrás que subir por ese elevador —señala el elevador de en medio de los tres que hay al fondo de un pasillo—, el número de piso es el veinte.

Después de ahí prosigue a darme un gafete con mi nombre impreso, luego de verificar que esté en la lista de acceso. Lo pongo en mi saco de vestir color crema y, en cuanto le doy las gracias, me dirijo al elevador.

Pulso el botón, mandándolo a llamar.

A mi costado se encuentra un vidrio larguísimo que puede utilizarse como espejo con su reflejo, por lo que aprovecho para darme una repasada de cuerpo completo y asegurar que no tenga una pelusa o una prenda mal acomodada.

Llevo puesto un el saco de vestir crema con una camisa de botones debajo, un pantalón acampanado del mismo color y unos tacones de punta color blanco. De algunas de las joyas que me ha regalado Maximiliano, he optado por usar un par de aretes de diamantes y el anillo que me regalo en mi cumpleaños.

Desde ese día, siempre lo traigo conmigo.

El elevador anuncia su llegada, así que entro seguido de otras personas más y una chica que corre a poner su brazo para que el sensor detecte movimiento y no cierre sus puertas.

Conforme llega a los pisos señalados, el cubículo se va vaciando. En el piso veinte, somos la chica apresurada y yo las que bajamos.

—¿También fuiste selecciona? —me pregunta de camino a la otra recepcionista.

—Sí —sonrío.

—Es emocionante, ¿no crees?

—Siendo que este siempre fue mi sueño, demasiado.

No vuelve decir nada al cada una anunciar nuestra presencia, quien la amable recepcionista se hace cargo de indicarnos a que sala debemos conducir.

Las dos vamos juntas, de mi parte, echando una ojeada al bufete elegante. En la sala hay otros cuantos jóvenes que, al igual que yo, buscan llevarse el puesto en este bufete. También se encuentran personas mayores de entre cuarenta hasta cincuenta años, entre ellos los hermanos Botts y otros cuantos socios que reconozco.

Hay varias sillas enfiladas frente a un ventalan que te permite ver Upper East Side, la zona más costosa de Nueva York y, sin mencionar, la misma zona donde resulto estar hospedándome. Es más, ni siquiera ocupo pedirle a Darío que me dé un aventón si son pocas cuadras las que debo recorrer.

Dejando eso de lado, dos camareros caminan en los alrededores ofreciendo bebidas y algunos aperitivos. No dudo en detener uno para tomar una copa de lo que parece ser champagne; no que sea muy fanática, pero mi garganta pide algo de beber.

Mientras Me Busques (1º) ©Onde as histórias ganham vida. Descobre agora