Capítulo 54

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Apologize - OneRepublic.

Salgo del edificio de mi trabajo, notando que el sol está a nada de ponerse en el horizonte del mar

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Salgo del edificio de mi trabajo, notando que el sol está a nada de ponerse en el horizonte del mar. A la misma vez, personas se me quedan mirando, unos con pena y otros con ¿decepción? ¿Asco? ¿Envidia?

Un hombre se atreve a chiflarme y guiñarme el ojo como si fuera una persona sin emociones ni valores a los que se le tienen que respetar.

Joshua se aproxima y me sorprende escucharlo hablar al no hacerlo con frecuencia. Con una voz neutral, pero facciones toscas, manifiesta lo siguiente:

—Ten mucho cuidado como te expresas de mi patrona.

Las orejas, al igual que las mejillas, del hombre se ponen rojas antes de voltearse y caminar con pasos apresurados.

Donovan me agarra el bolso, mientras con la otra mano me ayuda escalar la camioneta. Los dos grandullones, al verificar que me encuentro fuera de peligro, se suben y le piden a Darío arrancar a la empresa de Maximiliano, donde he quedado recoger unos documentos que se le olvidaron y no tendría tiempo de regresar por ellos él mismo.

Lo que acaba de pasar me deja estudiado de donde ha salido aquel comportamiento. En las calles nunca antes una persona se había atrevido a tratarme como lo hizo aquel hombre, me llevó de regreso a cuando era stripper y los hombres no me tenían ni un poquito de respeto. Tampoco había mucho que pudiera hacer por el ambiente laboral en el que desenvolvía, ¿pero en esta ocasión? Me ha hecho sentir sucia y, si ser figura pública se va a basar de aquello, no lo voy a poder soportar.

Al llegar a la compañía, Donovan me escolta a la oficina de Max que se localiza al fondo de las grandes instalaciones. El escritorio de Alexandra se ubica justo afuera y lo que me sorprende es verla estresada, parada a un lado de las puertas abiertas de la oficina.

A lo que tengo entendido, esas puertas no deben de estar abiertas si Maximiliano no se encuentra en las instalaciones. Solo para casos especiales pueden dar acceso, como yo que soy la novia y precisamente viene a recoger un encargo del cual los empleados ya estaban enterados.

—Hola, Alexandra —saludo.

—Señorita Carson, el señor Dimitriou mayor, insiste en que necesita hablar con su nie...

—Está bien, Alexandra, puedo hablar mejor con Nicole —aparece en el marco de la puerta con tres líneas marcadas en su frente.

—Oh, claro —la mujer asiente, viendo con súplica a Donovan.

—Me temo que la señorita no va a hablar con usted a lo menos que el señor lo autorice —contesta Donovan a mis espaldas.

El anciano ríe de mala gana.

—No sabía que tenías que pedir permiso para hablar con personas, Nicole.

Me cala la manera despectiva con la que se resbala mi nombre de su boca, es con ese mismo prejuicio de "cualquiera" "interesada por el dinero de mi nieto" "siempre serás una teibolera".

Mientras Me Busques (1º) ©Where stories live. Discover now