|Capítulo Extra|

24.1K 1.6K 625
                                    

10 años después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

10 años después...

Claramente, Maximiliano y yo no hemos perdido el tiempo.

—Mamá, Theodore no me deja en paz.

—Mentira, es Henry quien no me deja en paz.

—Cállense, intento dormir —gruñe Emmet.

—Mami, ya quiero llegar a la casa —dice Dorian.

Y bueno, solo falta Lavina Blair de decir algo, es solo que todavía es muy pequeña para hablar.

—Bendito sea el día que permití al loco de su padre embarazarme tantas veces —susurro para mí misma.

Así es, soy madre de cinco hijos. No me quejo, son las criaturas más valiosas de mi vida entera. Ellos me invitan a seguir adelante y a experimentar el mundo a su lado.

Mi primer hijo es Emmet, quien ya tiene 10 años. Theodore de 8 años, Henry de 6 años, Dorian de 3 años y, por último, Lavina Blair de 6 meses. Después de Lavi, tomé la decisión de operarme para ya no tener más hijos. Maximiliano no tiene límite, él quería formar un equipo de fútbol. Suena chistoso, pero eso es justo lo que quería el griego. En parte, yo también quería tener muchos hijos, pero tampoco la cantidad que tenía en mente mi esposo.

—Mami —me llama Henry, una vez más.

—Dime, cariño.

—¿Falta mucho para llegar?

—No, ¿por qué lo preguntas? —lo miro a través del retrovisor. Él va jugando con sus dedos, lo mismo que hago cuando estoy nerviosa.

Levanta la cabeza y me mira también a través del retrovisor.

—Quiero saber si papá ya regresó de su viaje.

—Todavía no. Él llegará dentro de dos días más —le recuerdo.

—¡Pues que le apure! —exclama Theo.

—Niños, en serio, cállense —vuelve a gruñir Emmet.

—Emmet, esa no es forma de hablarle a tus hermanos.

—Mamá, es que hablan mucho y tengo sueño.

—¿Y por qué tienes tanto sueño? —luego recuerdo el videojuego que le ha comprado Maximiliano hace unos días. Ahora entiendo su cansancio—. Esta noche me darás los controles de tu juego ese.

—¡Mamá, no! —exclama.

—Mamá, sí. No debí permitir que tu padre te comprara esa cosa —niego. Exacto, ahora soy la mamá oso que debe tener la suficiente autoridad para controlar a los cinco monstruitos que tengo. O seis, porque mi esposo es otro que a veces debo ponerle un alto ante las locuras que se le ocurren, como aceptar que Theo y él se tiren de un paracaídas.

Theo es mi hijo más atrevido de los cinco.

—Ja, ja, te van a quitar tu juego —se ríe Theo de su hermano.

Mientras Me Busques (1º) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora