Capítulo 1

2.7K 198 16
                                    


—Todo esto es por tu culpa, imbécil —le dije entre dientes, furiosa.

Tenía los brazos levantados en alto, no porque hubiera perdido la cabeza exactamente, aunque seguramente ese podría ser el caso si se me hubiera agotado la paciencia. La profesora de matemáticas nos ordenó al idiota y a mí que saliéramos del aula como castigo por pelearnos en su clase.

—Cállate. No ha sido mi culpa de todos modos, tú has sido la primera en pegarme un puñetazo en el ojo —se defendió.

Dejé escapar un profundo suspiro. 

—¡Cuántas veces te he dicho que fue un accidente!

—¿Cómo le pegas un puñetazo accidentalmente a alguien en el ojo?

Mis brazos estaban renunciando a mí. Posiblemente ya llevaban levantados unos quince minutos más o menos. Dos profesores habían pasado por delante de nosotros, lanzando miradas en nuestra dirección mientras atravesaban el pasillo, pero los brazos me dolían lo suficiente como para no preocuparme por la vergüenza. Aunque no importaba cuanto me dolieran, no me atreví a bajarlos, dado que la profesora de matemáticas no era alguien a quien se le pudiera llevar la contraria, nadie se atrevía a ir en contra de ella, probablemente nadie excepto Taehyung.

Dijo que si nos llegaba a ver con los brazos bajados, nos pondría a limpiar los baños, algo que detesto profundamente pues están extremadamente sucios, apenas tengo las agallas para fregar el suelo.

Los minutos pasaban ​​y los músculos de mis brazos cada vez estaban más tensos. Comenzaron a bajar, y a bajar hasta que al final los dejé caer a ambos lados, dejando escapar un fuerte quejido.

Pero un segundo después, sentí como una mano agarraba mi muñeca, levantando así mi brazo.

—No quiero que me castiguen más por ti, así que será mejor que levantes los brazos —dijo Taehyung con rigidez, manteniendo los ojos fijos en el frente.

Fruncí el ceño molesta, cayendo en el hecho de que ya era la tercera vez en esta semana que estaba de pie fuera de clase junto a él.

Mi nombre es Lee Hyejin, y este fue mi segundo año en esta cárcel infernal o como lo llaman: el instituto. Las cosas definitivamente iban bien en mi primer año. Sin duda, fui una de las alumnas más inteligentes de todo el centro, una chica que siempre sacaba buenas notas en los exámenes. No fui muy sociable, pero aún tenía amigos con los que hablaba diariamente. Incluso una vez fui delegada de clase, todo porque los profesores sentían que yo era un gran ejemplo para mis compañeros, aunque yo misma tuve mis días más perezosos.

Pensé que mi vida estaba bien planeada: sacaría buenas notas, me graduaría, luego conseguiría un trabajo bien remunerado y viviría en un gran estado de comodidad y lujo para el resto de mi vida.

Poco sabía que mi segundo año sería horrible. Después de cambiar de clase al año siguiente, el entorno cambió y las personas a mi alrededor cambiaron. Y lo conocí. Taehyung. Kim Taehyung.

Nunca me preocupé por los "graciosillos" que había en el instituto. Desafortunadamente para mí, tuve que conocer en concreto a este niñato, y por casualidad. No tenía ni idea de cómo empezamos a odiarnos, simplemente lo hicimos. Éramos completamente opuestos. Al principio me hacía bromas sin importancia, que preferí ignorar y simplemente me lo tomé como un gesto amistoso. Pero a medida que pasaba el tiempo, se tomó como un desafío el hacerme perder los nervios. Probablemente le causaba curiosidad que yo fuera la única a quien sus bromas apenas le afectaban cuando, sinceramente, no me molestaba por la existencia de nadie en todo el instituto.

Taehyung logró exasperarme en algún momento. Los profesores no se molestaban en hacer nada cuando me quejaba, así que lo hice a mi manera. De forma estúpida empecé a devolverle sus bromas, pasé más tiempo planeando mi próxima jugada que estudiando. Para mí, fue una gran satisfacción ver como se caía de la silla y hacer que toda la clase se riera de él, o verlo luchando con las páginas de su libro de texto que estaban pegadas.

Discutíamos, y discutíamos. Nuestras peleas conformaron la mayoría de nuestras conversaciones diarias. Era casi como si las peleas que habíamos tenido, sin saberlo, formaran una amistad. Sin embargo, no podíamos resistirnos ni un solo día a tirarnos bolas de papel a la cabeza cada vez que teníamos la oportunidad.

Pero entonces, hubo una caída gradual en mis notas. Ya no me importaba, no estaba muy segura de si era por Taehyung o porque estaba pasando por una fase en la que estaba realmente cansada de todo. Aun así intenté reponerme, pero la mayoría de las veces estaba ocupada metiéndome en problemas.

Por mucho que mis padres estuvieran decepcionados, estaban demasiado ocupados con sus trabajos como para preocuparse un mínimo por mi bienestar. Preferí no quejarme, ya que tenía algo de libertad para mí misma, pero otras veces me sentía muy descuidada como hija única. En realidad no importaba porque siempre podía contar con mi abuela para que me consolara de vez en cuando, aunque ella vivía lejos de casa.

Agregando a la larga lista de las bromas de Taehyung, estar en casa no le impidió ser una molestia. A menudo enviaba mensajes interminables o correo no deseado a mi bandeja de entrada con mensajes sin sentido y a consecuencia siempre acababa apagando el teléfono para poder estudiar por la noche.

Solo habían pasado unos pocos meses, pero ya era muy difícil soportar sus tonterías.

La campana de la quinta hora del día finalmente sonó. Se escuchó un clic en el picaporte del aula e inmediatamente estiramos los brazos hacia arriba, aún más de lo que ya estaban. La Sra. Jung pasó por detrás y se detuvo justo delante de nosotros, deslizando sus gafas por el puente de su nariz mientras nos miraba a ambos.

—Esta es mi última advertencia para los dos —habló con severidad mientras fruncía el ceño.

Después de que se girara y se fuera, dejé bajar mis brazos y moví los hombros para aliviar los músculos tensos. Gracias a Dios, no he tenido que limpiar los baños esta vez.

—Ya la has oído, es su última advertencia —murmuré, no muy segura de si Taehyung me escuchó, pero se lo repetí, ya que quería asegurarme de que no me metiera en problemas la próxima vez. Simplemente se burló, arqueando una ceja.

Ignorando su arrogancia, giré sobre mis talones para entrar a clase. Justo en ese momento, Taehyung me empujó hacia un lado con el codo, abriéndose paso delante de mí.

Definitivamente estaba equivocada al pensar que no me causaría problemas por una vez.

Mr Arrogant || kth. » libro 1 (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora