Capítulo 5

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Después de escapar del instituto nos fuimos directamente a casa. Estábamos bastante hambrientos y terminamos comiendo en un puesto de comida cerca de allí.

—En realidad, no tendríamos que haber huido de los guardias, no sabrán si hemos terminado de limpiar o no, si nos hubieran visto salir podrían haber terminado su trabajo temprano... —comenté.

—Precisamente —dijo—, salí de esa forma solo por diversión, y así hacer que los guardias de seguridad trabajarán más, simplemente por diversión.

Sorbió su ramyun y comió como si no lo hubiera hecho en años.

—¿Todo para ti es un juego? —le pregunté.

—Sí, solo vivimos una vez, ¿por qué tenemos que hacer caso a los estrictos adultos y pasar los días rompiéndonos el coco estudiando? Con el tiempo te harás mayor y morirás aburrido.

Encontré algo de verdad en lo que dijo.

—Esto explica por qué no haces nada en clase —señalé—. ¿Pero por qué sigues haciendo los deberes y trabajos que mandan?

—Yo también tengo que sobrevivir, ¿no? —respondió—. No podré hacer nada en el futuro si no tengo nada de... Lo que llaman conocimiento.

Asentí y seguí comiendo de mi plato.

Después de comer, se limpió la boca y se puso de pie.

—Tú pagas —dijo antes de alejarse e irse.

—¡EH, KIM TAEHYUNG! —grité.

Todos los ojos que se encontraban en la sala me miraban. Bajé el mentón por la vergüenza y rápidamente pagué a la ahjumma.

Corrí tras él y le di una patada en la pierna.

—¿Por qué me hiciste pagar? ¡Me debes 5000 won!

—Te pagaré cuando los cerdos vuelen —contestó y simplemente siguió caminando. Puse los ojos en blanco e hice lo mismo.

—¿Por qué me sigues? —preguntó de repente.

Eché un vistazo a mi reloj, eran las ocho, a punto de ser las nueve. Las calles estaban un poco oscuras, y no me atrevía a volver sola a casa.

—Bueno, pues nada. Mi casa está justo ahí —señalé la calle de en frente.

—No mientas, tu casa está al otro lado. Lo sé porque te seguí y fui yo el que puso ese lagarto falso en tus zapatos que tiraste a la basura el otro día —confesó.

Lo fulminé con la mirada. 

—¡ASÍ QUE REALMENTE ERAS TÚ!

—Cállate y sigamos —dijo y continuó caminando.

Inmediatamente me di la vuelta y caminé en sentido contrario, aunque un poco reacia a la idea. Tengo que pasar por un callejón estrecho y oscuro para llegar a casa, y da miedo cuando es de noche.

Al acercarme al callejón que tanto miedo me causaba, oí conversaciones ruidosas, parecían hombres.

Armándome de valor, aligeré los pasos y traté de caminar por el callejón, convenciéndome de que nada me pasaría, es un callejón corto de todos modos.

Mientras caminaba, noté que había dos hombres fumando en el callejón y en las oscuras luces de la calle pude ver sus tatuajes. Pasé por delante de ellos rápida, evitando el contacto visual, pero podía sentir sus ojos clavados en mí.

—Oye, mira esa preciosidad —dijo uno de ellos.

Mierda, debo correr. ¿Qué voy a hacer? Por favor, no me hagáis daño, por favor, no.

Muchos pensamientos pasaron por mi mente solo con esa frase. Sabía que me iban a hacer algo, mis pasos eran cada vez más rápidos y mi aliento cada vez más pesado. El callejón corto de repente se sintió como uno interminable.

Oí pasos detrás de mí, y vi sombras que creía que eran suyas. Mi corazón latía muy rápido pensé que explotaría en algún momento.

Las sombras se acercaron y se aclararon. Al final traté de escapar, pero ya era demasiado tarde.

Me agarraron el brazo, entonces me di la vuelta para ver a un hombre con cicatrices en la cara.

—¿Por qué querías correr, dulzura? —dijo y me acercó a él, olí el humo que procedía de su aliento y empecé a temblar, odio ese olor.

—¿Qué quieres? ¡Suéltame! —Intenté zafarme de su agarre, pero sabía que era inútil porque era un hombre, uno muy fuerte.

—Shh —el otro hombre me calló—, solo te queremos a ti.

Sonrió y me tocó el hombro. Me estremecí, estaba realmente aterrorizada, pero me las arreglé para darle una patada en las pelotas consiguiendo que cayera al suelo, todo en vano.

—¿Cómo te atreves, encanto, quieres ir por las malas? —El otro hombre que me agarraba del brazo me empujó contra una pared y sonrió, provocándome.

También intenté darle una patada en sus partes, pero antes de que pudiera hacer algún movimiento me pisó los pies.

—Muy inteligente, pero demasiado lenta.

—¡DÉJAME IR! —le grité a centímetros de su cara, los pies me empezaron a doler más porque aumentó la presión sobre ellos.

Grité pidiendo ayuda, esperando que alguien me oyera, pero él logró ahogar mis gritos cubriéndome la boca.

—Cállate o te parto la cara...

—¡NO SI YO TE LA PARTO PRIMERO! —dijo una voz y el hombre que me sostenía contra la pared fue enviado al suelo de un golpe.

—¿Quién demonios eres tú? —gritó el hombre.

—No es asunto tuyo —respondió Taehyung.

Con la respiración entre cortada empecé a entrar en pánico.

Taehyung fue hacia él para atizarle otro puñetazo, pero falló cuando el hombre logró coger su brazo y estamparlo contra el suelo.

—No actúes como si fueras un héroe, pequeño —dijo el hombre y a continuación le dio un puñetazo a Taehyung.

Me estremecí y mis piernas temblaron, no sabía qué hacer.

Por suerte, por el rabillo del ojo, vi una tabla de madera del tamaño de un brazo. Lentamente la recogí y le di un golpe en la espalda al hombre. Al instante soltó a Taehyung por el dolor tan insoportable.

Taehyung, aunque herido, rápidamente se levantó y agarró mi mano, ambos corrimos rápido a un lugar más seguro.

No estábamos muy lejos de mi casa y finalmente nos detuvimos, jadeando, nos soltamos las manos.

—¿V? —lo llamé.

Estaba recobrando el aliento y me miró.

—¿Q-Qué?

Toqué su cara, donde tenía una cicatriz abierta que empezaba a sangrar.

Me apartó la mano.

—Vete a casa.

—Pero...

—¡VAMOS! —me gritó fríamente. Mis ojos se pusieron llorosos e hice lo que me ordenó. Cuando llegué al frente de mi puerta, me di la vuelta, pero él ya no estaba allí. Suspiré y entré.

Mr Arrogant || kth. » libro 1 (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora