Mr Arrogant || kth. » libro 1 (Traducción)

Capítulo 19

Las clases terminaron y salí del aula arrastrando los pies. Había sido un mal día y no me gustaría ir a otro lado que no fuera a casa.

—¡Hyejin! Hyejin, bebé, espera —Seojun me siguió. Rápidamente agarró mi brazo y me giró para enfrentarlo—. ¿Qué pasa? Me ignoras todo el tiempo en clase. ¿Estás bien? —preguntó preocupado.

—Nada... yo solo...

—Dime —dijo—. ¿Es ese idiota, Taehyung otra vez?

Suspiré y asentí.

—¿Te dijo algo cuando estabas fuera de clase antes? —indagó.

Me encogí de hombros. 

—Déjame ir a casa.

Justo entonces, Taehyung pasó junto a nosotros y fue a su taquilla. 

—Espera aquí —ordenó Seojun.

—¡Espera, Seojun! ¿Qué? ¡No! —Traté de detener a Seojun, pero él ya agarraba a Taehyung por el cuello de su camisa.

Taehyung se estrelló contra la taquilla y todos se quedaron boquiabiertos al ver al nuevo peleándose con el chico malo más peligroso del instituto.

—Te lo advierto, ¡no hagas daño a Hyejin! —Seojun gritó en su cara.

Taehyung lo miró fijamente. 

—¿Has terminado?

Seojun lo soltó. Taehyung puso los ojos en blanco y se alejó, pasó junto a mí y su hombro golpeó el mío.

Suspiré. Todos seguían mirando a Seojun. Caminó hacia mí. 

—Arreglado, todo bien.

—¡No, lo has empeorado todavía más! —le grité y salí corriendo, dirigiéndome a casa.

***

Finalmente llegué a casa y suspiré. El conflicto entre Taehyung y yo me estaba matando. Siempre discutimos, pero nunca antes había estado tan distante. ¿Alguna vez me volverá a hablar?

Decidí borrar todos los pensamientos y fui a mi habitación. Mirando mi calendario instantáneamente me animé un poco. Vería a mi abuela mañana. Emocionada la llamé.

—¿Yobuseyo? —respondió ella.

—¡Halmeoni! —la saludé alegremente por teléfono—. Te veré mañana ¿verdad?

De repente, mi abuela se calló. 

—¿Hola? ¿Halmeoni waeyo?

—Hyejin ah... —dijo mi abuela—. Tu madre me acaba de llamar diciendo que no podrá venir mañana. Está ocupada.

Se me rompió el corazón. Qué manera de empeorar mi día. 

—Halmeoni... —Las lágrimas comenzaron a formarse cuando la llamé—. Tengo muchas ganas de verte... ottuke...

—Está bien, mi niña —hizo una pausa y tosió—, nos veremos otro día.

Suspiré. Charlamos por un rato y al final colgamos porque tenía una invitada que venía a su casa.

Era de noche cuando mamá llegó a casa. Entró en mi habitación y fingí leer mi libro.

—Hyejin ah... —dijo y se sentó junto a mí, en la cama.

Ella intentó tomar mi mano pero la aparté. 

—¿Qué estás haciendo aquí? ¡Por qué no te quedas en el trabajo, trabaja hasta que te mueras! —Le grité a la cara. Solo quería desahogarme. Estaba teniendo un mal día y ella acababa de empeorarlo.