Mr Arrogant || kth. » libro 1 (Traducción)

Capítulo 4

Escuché al reloj hacer tictac durante toda la hora hasta que finalmente sonó el timbre del instituto y todos los estudiantes salieron corriendo a sus casas. Me sentí aliviada de que las clases al fin terminaran, pero recordé que tenía que limpiar los baños. Recogí mis pertenencias antes de meterlas en la mochila y arrastré mis pies fuera de clase.

Sin embargo, Taehyung no estaba a la vista. Entonces un pensamiento me vino a la cabeza. Tal vez esté allí.

Subí al tercer piso a hurtadillas, asegurándome de que nadie sospechara de mí, corrí al almacén y solo desde fuera ya se podía oler el humo a tabaco.

Intenté abrir la puerta, pero fallé en el intento, estaba cerrada. Toqué.

—Oye V, soy yo, ábreme —oí susurros antes de que la puerta al fin se abriera—. Ay, V se supone que debemos...

Taehyung me metió en el almacén y cerró la puerta.

Tosí en el momento en que el olor a tabaco entró en mis fosas nasales.

—Tú... —jadeé debido a que me quedé sin aire.

Delante de mí vi a Jimin y Jungkook mirándome fijamente con un cigarrillo en la boca cada uno.

Taehyung también estaba fumando.

—No puedo respirar... Aquí —Salí del almacén y continué tosiendo.

Me sentí asqueada al verlos fumando. Decidí ignorarlo y fui al último piso a por un trapo, un cubo de agua y todos los utensilios necesarios.

Me quejé, suspiré, grité e incluso lloré al tener que limpiar los baños. Fue tan asqueroso, me entraban arcadas después de limpiar cada esquina. También encontré compresas esparcidas en algunos de los cubículos.

Solo había terminado con dos cubículos, quedaban otros tres. Arrastré mi cubo al siguiente. No sabía por qué sollozaba, pero era realmente asqueroso y agotador.

—¿Por qué lloras? —dijo una voz.

Me sacó del cubículo y me arrebató el cepillo y la fregona de las manos.

—No estoy llorando, es mi sudor —contesté y fingí limpiarme el sudor.

—Sí, sí, seguro que absorbes el sudor por la nariz —dijo descaradamente y comenzó a fregar el inodoro.

—Lo haré yo —dije.

—Cállate, estoy limpiando.

—Ve a por tus propias cosas. ¡Esas son mías!

—Ve a buscarlas —ordenó y continuó limpiando.

Suspiré. Fui hasta el almacén y regresé con los útiles de limpieza necesarios. Empecé a limpiar junto a él.

Eran las cinco de la tarde cuando finalmente terminamos de limpiar. Los dos nos tiramos al suelo, agotados.

—¿Cómo vamos a limpiar otros baños cuando ya son las cinco de la tarde? Quiero ir a casa y hacer mis deberes —suspiré.

Él también suspiró.

—Solo hazlo rápido y ya habremos acabado.

Llevamos los cubos y las otras cosas para ir al lavabo de al lado, el de los chicos.

Puaj.

Estaba más sucio de lo que pensaba y me entraron ganas de vomitar. Era mi primera vez en el baño de los chicos y me sentía tan extraña. No me atreví a pisar el suelo. Fui de puntillas hasta el lavamanos y llené el cubo con agua.