Mr Arrogant || kth. » libro 1 (Traducción)

Capítulo 28

Me desperté escuchando una melodía que procedía de mi móvil. Mis ojos se abrieron de golpe y traté de recordar dónde estaba: el parque.

Saqué mi teléfono de mi bolsillo, entrecerré los ojos y comprobé el nombre del contacto.

"Eomma~"

Mis ojos se abrieron como platos. Rápidamente rechacé la llamada. Comprobé la hora: las doce y cuarto. La cabeza de Taehyung todavía descansaba sobre la mía, y seguía profundamente dormido. 

¿Debería despertarlo? Ya no soy su novia, ha pasado un día. 

—¿Taehyung? —lo llamé por su nombre y lo sacudí. Se movió un poco—. Despierta, mi "castigo" ha terminado —le dije. 

Abrió un poco los ojos y se enderezó, suspirando. 

Me coloqué bien el cabello y la chaqueta, estaba a punto de levantarme antes de que él me detuviera, tirando de mi brazo hacia abajo, y volviéndome a sentar. 

Se tumbó en el banco y apoyó la cabeza en mi regazo. 

—Cinco minutos más —pidió con voz soñolienta y cerró los ojos. 

—Yaahh... —me quejé y lo observé nerviosa—. Ya llego tarde, mis padres me van a matar. 

No obtuve respuesta. Cinco minutos entonces. 

Escruté su rostro y sonreí. Parece un niño pequeño cuando duerme. Comencé a jugar con su cabello y aplastándole las mejillas, pero no se movió. Gracias a eso, los cinco minutos pasaron rápido. 

Lo sacudí y se despertó. 

—Ya han pasado los cinco minutos —anuncié. Finalmente se levantó y se frotó los ojos, bostezando. 

Me puse en pie con él y dije: 

 —Vamos.

Caminamos a casa juntos, muertos de sueño. De repente, noté que me agarraban de la mano. Observé mi mano, luego miré a Taehyung. 

—¿P-por qué estás...? —tartamudeé. 

—Sé que es pasada la medianoche. Solo sé mi novia hasta que lleguemos a la puerta de tu casa —me pidió, antes de reglarme su sonrisa cuadrada, agarrando mi mano con fuerza. 

Me sonrojé y miré hacia otro lado. No parece un castigo, ¿verdad? Espera, se supone que no debo... Ah, no importa. 

Finalmente llegamos a mi puerta y me giré para mirarlo. 

—Gracias por acompañarme a casa. Es agradable ser tu novia por un día, pero es un castigo estúpido —agregué. 

Él se rio y lentamente fue soltando mi mano. 

—Yaahh, estás totalmente enamorada de mí, ¿verdad? —bromeó y golpeó mi frente con su palma. 

—¡Ay! —lo fulminé con la mirada—. ¡Anniya! Venga, vete, ugh —le dije y puse los ojos en blanco. 

Se rio un poco y se alejó. 

Justo cuando estaba a punto de abrir la puerta, volvió corriendo hacia mí. 

—Una última cosa antes de irme —dijo. Lo miré confundida. 

Me rodeó con los brazos, estrechándome en un fuerte abrazo. Me quedé en blanco sin saber muy bien qué hacer y esperaba que no escuchara el sonido de mi corazón latiendo violentamente en mi pecho. ¿Qué le pasa a este chico? Le devolví el abrazo y segundos después se alejó.