Capítulo 26

666 74 8
                                    


Me desperté un viernes por la mañana, la luz del sol entraba por la ventana y tuve que acostumbrar mis ojos al brillo de la habitación. 

¿Dónde estoy? Ah, es verdad, en casa de Taehyung. 

Tenemos unos días libres después de la acampada. Decidí cerrar los ojos y seguir durmiendo. 

De repente, sentí algo haciéndome cosquillas en la nariz. Arrugué la nariz, pero aún sentía cosquillas. Abrí ligeramente los ojos para ver a Taehyung sujetando un plumero y acariciando mi nariz con él. 

—¡YAAAAH! —grité y me froté la nariz—. ¡Eso está sucio!

Se rio entre dientes. 

—Despierta, idiota. Hice el desayuno. 

—¿Desayuno? —dije confundida—. ¿Estoy soñando o de verdad has hecho el desayuno?

Me restregó el plumero por toda la cara. 

—Cállate, son las nueve de la mañana, ve a lavarte, apestosa —dijo antes de salir por la puerta y desaparecer. 

Tiré el plumero al suelo y estornudé porque me picaba la nariz. Me sorprendió ver la actitud de Taehyung, se había levantado temprano y había hecho el desayuno, era tan raro. Ignorando mis pensamientos, fui al baño a asearme. 

Cuando terminé, bajé al comedor y olí el dulce aroma de las tortitas recién hechas. La mesa estaba meticulosamente puesta, como la de un hotel. 

¡DAEBAK! ¿Sabes cómo hacer tortitas? —comenté divertida. Me senté en una silla y él se sentó frente a mí. 

—Sí, soy un experto en preparar desayunos —dijo y sonrió. 

—Sí, claro —le dije—, he visto perfectamente la mezcla para hacer tortitas. 

Él sonrió tímidamente. 

Ambos comimos nuestro desayuno en silencio cuando de repente decidí preguntarle algo. 

—¿Por qué estabas... durmiendo junto a mi cama anoche? —Hice mi mejor esfuerzo por saltarme la parte donde él me sujetaba la mano. 

Se tomó mucho tiempo para masticar su comida antes de tragarla y contestar. 

—Uhm, debo ser sonámbulo. Creo que no puedo dormir en otro sitio que no sea mi cama —explicó. 

Asentí y seguí comiendo. 

** 

Después del desayuno, ambos nos sentamos en la sala de estar y descansamos. 

—¿Vas a volver a casa hoy? —me preguntó. 

—Bueno, supongo que tengo que hacerlo —respondí y apreté los labios.

—Oh... —dijo, dejando un silencio incómodo—. ¿Qué harás cuando tus padres hablen de tu difunta abuela? —preguntó de repente, y volví a pensar en ella. 

Suspiré.

—Me callaré y hablaré cuando sea necesario. 

Me regaló una sonrisa y se sentó a mi lado. 

—No estés triste, ¿de acuerdo? Ya que te vas a ir pronto, ¿por qué no jugamos? —propuso y sacó los mandos de la consola. 

Me reí entre dientes. 

—¿Tú contra mí? Soy buena en los videojuegos, ¿sabes? —comenté mientras agarraba uno de los mandos. 

Decidimos jugar a un juego de carreras de coches. En la primera ronda perdí contra él, luego lo vencí en la segunda. 

Mr Arrogant || kth. » libro 1 (Traducción)Where stories live. Discover now