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Pasaron los días desde el altercado con el tímido de Bertholdt, el rubio se preguntaba cómo estaría, pues había algo que no le había dicho, venía pensando toda la semana como arreglar el problema que había causado, pero nada venía a su mente.
Se despertó como otro día más para ir a clases, había estado evitando a Bertholdt ya que si lo veía sentiría que las verdades saldrían por si solas. Quería demasiado a Berth y no quería lastimarlo, por eso primero debía solucionar sus problemas con tal chica rubia.
Para Hoover, aquella semana había pasado demasiado rápido, se esforzó por esconder la marca de sus padres. Ciertamente se sentía muy incómodo ante el comportamiento de Reiner, habían ocasiones en que su marca ardía y le avisaba que algo andaba realmente mal.
Como siempre, llegó el momento de volver al colegio, iba apresurado por ver a su Alfa, le había extrañado durante el fin de semana, sentía que si pasaba un día más sin él moriría.
— ¡Reiner! — le llamó apenas le vio llegar, rápidamente se acercó a él, su marca inmediatamente dolió de manera brutal, el aroma de otro Omega invadió sus fosas naturales— . ¿Con quién estabas? — preguntó hecho una furia.
El de ojos mieles venía hundido en sus pensamientos, así que no se percató del otro si no hasta tenerlo frente a él. Inmediatamente sintió nerviosismo, «trata de actuar natural», pensó.
— Oh, Berthy, ¿c-cómo estás? — encuestó tratando de sonar tranquilo, pero un claro nerviosismo se notaba en sus palabras —. ¿Con quién he estado? Con nadie jeje, con quién podría estar... — se maldecía internamente por haberle hecho esperar tanto, claramente sería peor que el moreno se entere por su cuenta que si se lo dijeran otras personas.
Pudo notar el nerviosismo del contrario, se acercó a él mientras le analizaba con la mirada, miró sus ojos mieles y se sintió derretido por dentro, ¡por dios!, era su Alfa y todo en él le encantaba.
— ¿Entonces porque mi marca arde por las noches? — preguntó cruzándose de brazos, estaba dispuesto a averiguar la respuesta, aunque fuera por sus propios medios.
— Como se supone que yo sepa eso, no soy omega...— era tan hermoso, como decirle que estaba con otra persona antes que él, no podía.
Rápidamente el ojiverde se abrazó al fornido para llenarlo de su aroma, eran rosas frescas las que ahora cubrían a Braun.
— Reiner... ¿no tienes a alguien más, verdad?
— Ahh de seguro debe ser porque no me haz visto en días— se excuso tratando de cambiar de tema, él sabía bien la razón, pero confiaba en poder persuadir al Omega hasta solucionar su "pequeño" problema él solo —. ¿Me extrañaste Berty~? — le susurró en tono coqueto rodeándolo fuertemente con sus brazos.
Estaba bastante enojado con aquel tonto rubio, le miró a los ojos y sonrío como un tonto; jamás podía enojarse con él, era su Alfa y su amigo, lo quería demasiado.
