Capítulo 23

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Ya habían pasado alguna cuanta semanas, y como los doctores habían dicho en el hospital, el embarazo de un Omega duraba mucho menos que en un Beta, ya se notaba un poco más el vientre de Bertholdt

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Ya habían pasado alguna cuanta semanas, y como los doctores habían dicho en el hospital, el embarazo de un Omega duraba mucho menos que en un Beta, ya se notaba un poco más el vientre de Bertholdt. En cierto punto era precioso de ver, tenía una panza algo grande en comparación a la anchura de su torso.

—¡Berth, soy yo!—dijo Porco mientras tocaba la puerta, lo más probable era que el moreno estuviera solo, siempre era así en las tardes.

Y definitivamente, para Hoover era un día especial, al fin iban ver a esa bolita de melón, salió rápido de su habitación al oír la voz de su novio, bajó las escaleras con cuidado sintiendo un hermoso espectáculo de saltos por parte de a aquella pequeña criatura.

—Hola amor—murmuró abriendo la puerta—. Te extrañamos—susurró para después plantarle un tierno beso en la mejilla.

—Hola Berth ¿Como estuviste? —comento llevándole de la mano hasta la calle, donde hizo detener un taxi, extrañaba caminar con el moreno pero entendía que este no podía esforzarse demasiado por el embarazo.

—Un poco cansado, este nene es muy inquieto— sonrío con ternura estando sentado dentro del vehículo.

—¿Cómo se portó el pequeño revoltoso~?—cuestionó frotando la panza de su novio, podía sentir como el bebé se movía ante su tacto, parecía que aún no lo quería

—Dile hola a papá— murmuró mientras se acariciaba el vientre—. Aquí está, pon tu mano aquí— dijo guiándole.

—Siento que no he podido agradarle del todo...—comentó algo desanimado sin embargo de todas formas paso su mano donde le dijo, parecía que ese pequeño le gruñía y daba pequeñas patadas...

—Quizás sea porque estoy nervioso... —dijo sin más.

—Bien, de todas formas luego tendrá que verme—susurró con una sonrisa.

Ahora Bertholdt empezaba a tener dudas; grandes dudas. El no podía estar embarazado de alguien más, eso era imposible. No entendía por qué su bebé parecía no querer a Porco.

Si él fue la última persona con que estuvo...

—Sí, seguro te querrá.

Y Porco también empezaba a tener dudas, sin embargo, se negaba a desconfiar del moreno, él era el único que no lo juzgaba como los otros lo hacían, incluso sus padres le habían tratado de fácil.

—Bertholdt..., ¿qué haremos cuando nazca el bebé?—espetó tratando de romper el silencio incómodo que se había formado ente ambos.

Hoover recostó su cabeza en el hombro ajeno, imaginado cómo sería su vida cuando tuviera a su bebé en brazos..

—Bueno, quizás busque un trabajo de medio tiempo—murmuró bajito, y terminaría la escuela a distancia. Eso era seguro.

—No Bertholdt, tienes que pasar al menos los primeros años con el bebé... Además, ¿quién lo cuidaría si'no estas tú?—comento mientras a la par que miraba por la ventana, siempre había soñado con formar una familia con ese chico, pero las circunstancias actuales no le gustaban.

Engelsflügel〔ReiBert〕│〔Omegaverse〕#YaoiAwardsWhere stories live. Discover now