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Pudo ver los ojos de la rubia, estaba vuelta toda una furia, ella podía llegar a ser muy cruel.
—No, por favor...
Se aferraba a su panza, mientras rezaba por qué su bebé estuviera bien, sentía la sangre escurrir entre su piernas, tenía tanto miedo de que su hijo muriera.
Vio como ellas salían corriendo, y él no podía moverse ni un milímetro, pero, prontamente llegaron un par de profesoras, ellas le llevaron a la enfermería, a la vez que le hacían miles de preguntas a que no sabía cómo responder.
Mina y Hitch les habían avisado del problema...
—¿Qué pasó?—cuestionó una de ellas.
—M-mi bebé, dígame que mi bebé va a estar— habló él con desespero.
—¿Bebé? — comento la castaña con incredulidad, el último embarazo de uno de sus alumnos había sido el de Historia, y esperaba que no volviera a haber más, sin embargo, los embarazos adolescentes eran como una plaga—. Tal debería verlo un especialista.
Berth estaba sobre una camilla así que ella le pasó una mano por el abdomen sintiendo una pequeña bolita, en efecto estaba embarazado.
Poro se encontraba bastante ocupado, sin embargo, sintió que Bertholdt estaba en problemas, en carrera recorrió todo el lugar buscándolo hasta toparse con Armin que al parecer había visto lo ocurrido y le contó, entonces se dirigió a la enfermería irrumpiendo en el lugar algo alterado.
—¡Berth!—exclamó al verlo en la camilla con su pantalón manchado de sangre.
—¡Galliard, calma!—regañó la pelirroja, suavemente agarró el brazo de su estudiante—. Sólo lo alteras más.
—¡Pero está sangrando! ¡¿Cómo está?! —exclamó en cuestión con total preocupación, aunque era cierto sólo hacia que Bertholdt se pusiera peor. Trataba de mantener la calma, tal vez así el problema sea menos malo.
El llanto del azabache era desgarrador, mientras que un sentimiento de infinita impotencia se apoderaba de su pecho, miró a la profesora, pero no podía responder nada, las palabras simplemente no salían como quería.
Miraba atribulado a su alrededor, a la vez que se aferraba a su propio vientre, vio como llegaba Porco, entre todo aquello él era algo de esperanza.
—P-Porky..., nuestro bebé— murmuró entre sollozos, mientras le miraba —. Se va, está muriendo.
—¿Espera, ¿tú y Hoover están en una relación?— le preguntó al castaño.
Y realmente era una muy mala forma de que todos de enteren de lo que pasaba, Ya lo sabían las profesoras, Historia, y de seguro dentro de poco sus padres.
— Claro que lo estamos... Hace algunos meses—comentó tratando de calmarse con respecto a esa profesora pelirroja.
— Cálmate Bertholdt, tranquilo, estás cosas pasan de seguro no pasó nada y tu bebé está bien...—le dijo Hange al moreno tratando de calmarlo, lo dejó unos segundos mientras se dirigía hacía su colega—. Petra, llamaré una ambulancia, tu llama a sus padres—habló con seriedad mientras miraba de reojo al castaño, estos asuntos eran bastante complicados.
