¡¡¡ADVERTENCIA!!! No intenten nada, absolutamente NADA de lo que aparezca en este capítulo.
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Dos meses más tarde...
Para Reiner, después de aquella tarde ver a Berth se había convertido en algo realmente complicado, principalmente porque todas las veces que había tratado de ir, los padres del chico lo habían corrido como a un perro.
Luego de eso se enteró que el embarazo de Historia había sido confirmado, además de que la rubia había hablado con sus padres para contarles lo sucedido, y estos le obligaron a hacerse responsable de la situación con aquella chica. Alegar que tenía un Omega marcado no era una opción, sin contar que debía tratar de ignorar sus instintos.
Dos meses habían pasado desde la última vez que vio a Berth, tampoco le respondía los mensajes pues no sabía que decirle. ¿Qué podía hacer?
No había día en que Bertholdt no pensara en su Alfa, sus padres le habían dicho que se alejara de ese delincuente , ya que era una completa mala influencia, él no podía hacer nada más que llorar cada noche, sus instintos le hacían chillar llamando a su Alfa; ya se había cansado de mandarle mensaje, de ponerse por el suelo para ser pisoteado.
Ya no quería vivir así..., nunca más.
—Debes comer algo, Bertholdt—dijo su progenitora, ella se encontraba afuera de la habitación de su hijo, estaba realmente preocupada.
—No tengo hambre—murmuró el con notable desánimo.
Realmente no había pasado bocado dentro de ya varias semanas, sólo algo de agua y quizá un poco de pan, estaba mas delgado..., estaba muriendo lentamente desde adentro.
Y Braun se preocupaba demasiado por su chico, puesto que sentía como este le llamaba cada noche, podía oír sus chillidos insistentes clamando por atención, sin embargo debía ignorar las ganas de salir corriendo hacia él, de meterse en su casa llevárselo muy lejos, se sentía mal por ignorarlo. Pero, ¿que podría hacer? Nada, y era un cobarde por no luchar por el chico que ama, aún cuando le dijo que siempre estarían juntos.
Ahora regado en su cama, pensaba en que su vida se había ido a la mierda.
—Maldita sea...—murmuro pensando en Historia.
Ella era muy cruel y estaba feliz poque sus engaños habían tenido resultados maravillosos, pudo colgarle a Reiner el hijo de otro alfa, y además, vengarse de Hoover, estaba segura que este no soportaría lo que pasó.
7:04 pm...
Bertholdt salió de su habitación con una sonrisa inmensa en sus labios; se veía tan feliz que hasta parecía mentira. Saludó a sus padres y se sentó a la mesa para cenar espagueti con ellos; su mamá se había lucido con esa preparación. Rieron, hablaron y vieron algo de televisión, su papá había alquilado un comedia de mafiosos; era relativamente divertida.
