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Historia no podía creer lo que había pasado, estaba casi segura que luego de esa escena que tuvo con el tipo que de acostó con su hombre, estos habían vuelto como si nada; que fácil era ese langaruto insípido. Además, Reiner le había pedido que terminaran, aunque claro, orgullosa diría que fue ella quién le cortó. Algo dentro de ella estaba realmente mal, hace tiempo venía con retrasos y esto le preocupaba, pero por cada cosa mala que pasa hay una buena así que decidió vengarse de Bertholdt a como dé lugar. Esto no se iba a quedar así.
Cierto castaño se había enterado que aquellos dos chicos estaban...., ¿saliendo?, pues los había visto muy juntos, de hecho más de lo normal. Eso le molestaba, le hacía hervir la sangre el hecho de que ese hermoso Omega no fuera suyo.
Por años había estado amando en secreto a cierto moreno, amaba sus ojos, su risa; en retrospectiva, le encantaba hasta su forma de respirar... Él está dispuesto a hacer lo que sea, incluso comer tierra por su amado Bertholdt.
Para Reiner parecía que todo le iba bien, aún se culpaba un poco el hecho de que la primera vez con el chico dueño de su sonrisa había sido en un baño, pero era mejor dejar ese asunto atrás.
Había terminado con Historia y esto no lo tenía para nada tranquilo ya que esta se lo había tomado bastante bien, demasiado para ser cierto. Eso le asustaba, además, que la chica negó a todo pulmón lo dicho hacia Bertholdt.
Y respecto a este chico, debía cuidarlo bastante bien ya que atraía ciertas miradas de personas infectadas como de su porcino "amigo" o del delincuente de Eren. Además, Bertholdt había estado actuando extraño como si le ocultase algo y eso le preocupaba. Esperaba verlo y pasar tiempo con él los días restantes de clases hasta las vacaciones. Cómo todos los días pasó por la casa de Hoover para buscar a su ahora pareja.
Según el de ojos verdes, cada día junto a Reiner era maravilloso, era atento, cariñoso y muy fuerte; era el mejor Alfa del universo entero. Agradecía a los dioses que aquella rubia tonta no volvió a molestarle.
Porco le había hablado durante la semana, y le había llenado de halagos, eso le traía algo confundido.
Pero, en cuanto sintió la presencia de Reiner, sonrió ampliamente y salió corriendo para encontrase con él en la puerta de su casa.
—Buenos días~ —Hoover saludó tierno.
—¡Buenos días Bertholdt!— le saludo animado y tomó las cosas del contrario para llevarlas él como buen caballero que era —¿Nos vamos? — encuestó tomándolo posesivamente del brazo para caminar junto a el. Esperaba no cruzarse a desagradables sorpresas y por sorpresas se refería a cierto chico molesto.
—Si, vamos.
Se sentía el Omega más afortunado del mundo, aquel rubio era simplemente perfecto. Se colgó del brazo ajeno mientras caminaba orgulloso. Le miraba de a ratos y sonreía embobado.
