Capítulo 39

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Después de aquella noche tan ajetreada, Bertholdt se levantó de la cama al sentir los movimientos de su bebé, este había desperado primero que él, estaba tocando su rostro con esas pequeñas manos preciosas

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Después de aquella noche tan ajetreada, Bertholdt se levantó de la cama al sentir los movimientos de su bebé, este había desperado primero que él, estaba tocando su rostro con esas pequeñas manos preciosas.

— Abasho mami, abasho...— dijo el menor mientras se lanzaba encima de su madre.

Por su parte el castaño se había pasado toda la mañana tratando de conseguir esos papeles, y logró hacerlo sin embargo le dijeron que debía volver más tarde para retirarlos, no tenía idea que ver esos papeles sería destapar un secreto que Bertholdt había estado ocultando por años, hace mucho que tenía incertidumbre y finalmente después de tanto tiempo iba a aclarar sus dudas. 

Y si el día de Porco iba mal, a Hoover y al niño les estaba yendo mucho peor, aquella mañana no había sido lo que esperaban, René había empezado a sentirse mal, tenía fiebre alta y no cesaba por más medicamentos que le dieran.

Sin pensarlo dos veces, Berth lo alistó bien abrigado y salió con él hacia el hospital, le había notificado a Reiner que estarían allá que no tuviera miedo, que ellos estaban bien, que habían logrado sobrevenir una noche más.

Ahora solo le tocaba llamar a Porco..., así que tomó su teléfono y le marcó.

— ¿Que sucede Berth? — contestó con seriedad. Estaba haciendo fila para retirar aquello papeles.

El moreno soltó un largo suspiro al escuchar el tono en que el castaño le habló, era más que evidente que seguía molesto. No sabía dónde estaba que estaba haciendo, sólo quería decirle lo que estaba pasando.

—El niño está enfermo, estamos de camino al hospital— dijo sin más.

— Está bien, voy para allá— iba a reprocharle que se haya ido sin él, pero no tenía opción, el niño estaba enfermo. Le colgó y se quedó unos minutos esperando los papeles, rápidamente se los dieron en un sobre, los guardó en el bolsillo interno de su abrigo y se dirigió al hospital, tenía prisa de llegar donde Bertholdt.

Después de algunos minutos, el de ojos verdes ya estaba en el hospital, había llegado pidiendo ayuda, dijeron que debía registrar al niño y que ellos le llamarían para darle la debida atención. Se sentaron en unas de esas rígidas sillas de plástico y metal, mantenía a su hijo en brazos, mientras este tiritaba de frío. Tenía miedo de que sea algo grave, estaba algo impaciente, movía sus pies con nerviosismo al tiempo que arrullaba a su bebé.

Porco llegó lo más rápido que pudo, tenía que ver a Bertholdt en ese hospital o los doctores podrían hacerle preguntas por esas sospechosas marcas en sus brazos y manos, entró rápidamente llevando consigo un gran abrigo y una bufanda, el clima casi era invernal, estaban en pleno cambio de estación, por lo que el fío era bastante fuerte. 

— Berth, ¿como está el niño? — cuestionó mientras se sentaba a su lado.

En cuanto llego el castaño, Hoover volteó a mirarle. Parecía estar preocupado por ellos, eso fue un pequeño atisbo de esperanza.

—Está ardiendo en fiebre, aún no nos llaman para atenderlo— murmuró con algo de tristeza—. Mi bebé..., no quiero que le pase algo, Porco.

—No le pasará nada, de seguro solo es por el clima... — dijo seriamente, no podía hacer más que esperar junto al moreno a que atiendan al niño.

Aunque también podría ser por tantos gritos que hay en su casa, en ese ambiente alguien podría darse cuenta del maltrato psicológico al que era sometido el niño... Era peligroso, odiaba cada momento en que el niño tenía que ir al hospital.

Engelsflügel〔ReiBert〕│〔Omegaverse〕#YaoiAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora