Capítulo 21

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No podía evitar que Porco le mirara mal, había dicho cosas feas y ahora se arrepentía mucho

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No podía evitar que Porco le mirara mal, había dicho cosas feas y ahora se arrepentía mucho.

Guió a su novio hasta la habitación, sin decir nada. ¿Qué podía decir? Seguramente aquella farsa no duraría mucho.

—Ponte cómodo, iré a cambiarme de ropa— dijo abriendo la puerta, su cuarto estaba bastante revuelto, su papá de verdad se había empeñado en encontrar su secreto.

Y para Galliard no tenía sentido hablar nada, Bertholdt ya había dicho suficiente, pero tampoco podía dejarlo, era su alfa y padre de su hijo.

—Claro—habló monosílabo entrando en el lugar, fue a sentarse a la cama apartando un poco de ropa que había ahí tirada. Tenía el ceño fruncido, si de por si era cascarrabias ahora estaba aún de peor humor.

A Bertholdt le parecía que su Alfa quería matar a alguien, no lo culpaba, había dicho cosas malas. Tomó una pijama holgada, y un par de calcetas. Fue hacia el baño y se lavó la sangre seca, para después ponerse aquella ropa que había elegido.

—Volví—murmuró mientras se sentaba junto a él en la cama, su vientre se notaba como una pequeña uva abultada—. Amor, perdoname...— y él haría lo posible por contentar a su novio.

¿Eso era todo lo que tenía para decir?

Después de decir sin cuidado que iría a buscar a Reiner y que de seguro el querría más a su bebé. Porco tenía puños formados en sus manos, sin contar que la relativa tranquilidad que demostraba el moreno le enfadaba aún más.

—Oh claro, te voy a perdonar tan fácil que quieras ir a revolcarte con el idiota de Reiner, ¡no me jodas Bertholdt!—bramó con furia viendo a su novio.

Hoover sabía que era my poco una simple disculpa, sin embargo aquellos reclamos casi le hacen llorar. El sarcasmo dolía demasiado, él no era un Omega fácil, tampoco sabía dónde estaba su amado Rei~Rei.

—No ire a revolcarme con nadie— dijo cruzando sus brazos—. Sólo lo dije sin pensar, estaba molesto y usé eso como pretexto—habló bajito.

—Claro que no lo haras porque no te lo permitiré...—comentó con un aura siniestra, Bertholdt era suyo y de nadie más, aunque Reiner volviera no le permitiría ir tras este. Se puso de pie tratando de calmarse, estaba bastante alterado.

—No lo haré..., y lo sabes. Desde que me marcaste no he tenido ojos para nadie más que tú.

Creía que en cualquier momento ese castaño podía golpearlo, dio un par de pasos hacia atrás mientras veía como este se levantó amenazante.

—¿Qué va a pensar tu padre de mí? ¡Que soy un idiota al que seguramente dejarás en cuanto aparezca ese estúpido de Reiner!—en ese instante le dió un fuerte golpe a la pared descargando su furia.

—Porco, no hagas eso..., puedes lastimarte—dijo tratando de detenerlo, le agarró del brazo, para minimizar su furia.

Apartó sin cuidado al azabache al sentir que tocaba su brazo.

—Sabes, mejor me voy antes que haga algo que no quiero—sentenció con seriedad mientras se dirigía hacía la puerta, sabía bien que era el segundo en la vida de Berth,  pero lo que no soportaba era que el moreno mismo se lo haya echado en cara.

—No te vayas..., no hagas lo mismo que él— murmuró con tristeza, suavemente le agarró de la mano—. Te necesitamos—dijo llevando la mano del Alfa a su vientre—. Tu bebé te necesita, no puedes estar así.

Sabía que no debía manipular al castaño, pero lo necesitaba, él le daba soporte a su bebé.

—Eres muy bueno con los chantajes—comentó serio mientras se volteaba para verlo, daba ligeras caricias con su mano en el estómago del moreno, eso hizo que se calmara un poco—. Me quedaré, por el bebé —dijo con una media sonrisa dando un suspiro un poco después.

Sí, y ahora Bertholdt se sentía como una perra manipuladora, ahora sabía cómo era que le hicieran caso.

—Gracias por quedarte...— susurró mientras le llevaba a la cama, le dejó sentado sobre el borde de esta, él también se sentó a su lado—. Dime, ¿qué debo hacer para que me perdones?

Porco sabía muy bien que debía estar con Bertholdt durante el embarazo para que este la pasé bien, era lo menos que podía hacer por el chico de sus sueños.

—No hay nada en especial, se me pasará luego el enojo—comentó serio mientras posaba su mano en el vientre del moreno y lo acariciaba levemente, aquella bolita parecía inquieta, como si no lo quisiera—. Oh, parece que no le caigo bien—dijo con una sonrisa de medio lado.

—Sí le caes bien, es sólo que aún está asustado—murmuró agarrandole los nudillos, suavemente le dio un beso en la mejilla

—Ja.... Se asustó por mi culpa—aunque en realidad ese día todos habían tratado mal al moreno, sus compañeros, sus padres, incluso él mismo, tenía sus nudillos ligeramente rojos por el fuerte golpe que le había dado a la pared, ahora se sentía como todo un idiota.

—No fue tu culpa.., hoy fue un día de locos—comentó con una media sonrisa, miró los nudillos ajenos e hizo un pequeño puchero.

Suavemente le agarró la mano, dejándole pequeños besitos en aquellos huesos enrojecidos.

—¿Quieres descansar? Podría quedarme hasta que te duermas—susurró ya más tranquilo.

—Más que querer, necesito descansar—habló tierno, lentamente se movió por la cama para quedar recostado—. Ven con nosotros..., Porky~

—Está bien, lo que tú quieras Berth—comentó a la par que se movía recostandose junto a su novio, recostó la cabeza del contrario en su hombro mientras seguia dándole caricias en el estómago—. Descansa, ya no puedes ir a clases, y en unas semanas te harán el ultrasonido.

El de ojos verdes soltó un suspiro, mientras aún se mantenía recargado  sobre el hombro ajeno, pensaba en tantas cosas, de verdad deseaba que su hijo estuviera sano y fuera hermoso, como su papá.

—Sí, lo sé—dijo un tanto emocionado, sin duda moría por conocer a ese bebé.

Veía como la mano de su Alfa daba pequeñas caricias en su vientre, amaba esa sensación de pertenencia. Se mantuvo así, hasta que cayó rendido, cerró sus ojos y durmió plácidamente.

—Nos vemos...—susurró Porco mientras salía de la habitación,  bajó la escalera con dirección a la puerta principal, estaba dispuesto a abandonar la morada.

—¡Adiós Segundón!—se dejó oír por parte del padre del moreno

Galliard soltó un chasquido con su lengua mientras salía, aguantado las ganas de estrellar con fuerza la puerta simplemente salió sin decir nada.

Galliard soltó un chasquido con su lengua mientras salía, aguantado las ganas de estrellar con fuerza la puerta simplemente salió sin decir nada

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Gracias por leer, Ray_AleXra9  y esta humilde servidora agradecen su apoyo de todo corazón.

Disculpen si hay algún error y horror ortográfico. 💙

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