Capítulo 7 - Bahías de Huatulco

1.8K 320 62
                                    

Mientras nos dirigíamos a la Bahía Tangolunda compartíamos experiencias de viajes al lado de los otros turistas que iban en nuestra pequeña embarcación; tomamos algunas fotografías, grabamos algunos videos y disfrutamos de cada momento

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mientras nos dirigíamos a la Bahía Tangolunda compartíamos experiencias de viajes al lado de los otros turistas que iban en nuestra pequeña embarcación; tomamos algunas fotografías, grabamos algunos videos y disfrutamos de cada momento.

El capitán narraba algunas de las leyendas que rodeaban las hermosas aguas que Huatulco nos presentaba, las risas de los niños, el asombro en sus ojos al presenciar tan magnífico paisaje era algo que jamás olvidaría. Cuando una canción particularmente alegre comenzó a sonar por los altavoces, tanto los turistas como nosotras nos unimos al coro.

El Noa Noa de Juan Gabriel nos ánimo tanto que comenzamos a bailar en nuestros lugares, la pareja mayor que viajaba con notros comenzó a reír y a unirse a la improvisada fiesta. El Listón de Tu Pelo de Los Ángeles Azules con Denise Gutiérrez nos hizo a todos soltar silbidos y animarnos un poco más.

Amaba México, amaba sus lugares, su música, su exquisita comida y a las personas maravillosas que el pasado me había permitido tratar; amaba la oportunidad que la vida me brindaba para seguir conociendo este hermoso país, pero más amaba la oportunidad de compartir estas aventuras al lado de mi mejor amiga.

Cuando finalmente llegamos a Tangolunga continuamos la fiesta en la playa. Paseamos, nadamos un poco. Edilberto y Dayrene —la pareja mayor de la embarcación—nos permitieron conocer un poco más sobre ellos.

Dayrene era originaria de la ciudad de Acámbaro, Guanajuato, Edilberto era originario de Cuba, se habían conocido cuando apenas tenían quince años; él había viajado a la ciudad de Acámbaro por invitación de unos amigos de su escuela, Dayrene estaba en la plaza principal tomando un helado con sus amigos cuando él la vio por primera vez. Él recordaba a detalle el vestido amarillo que ella llevaba, resaltando su piel morena y largo pelo color caramelo. Para Edilberto no hubo otra mujer más bella que su esposa desde entonces.

Nos contó que viajaba con regularidad a la plaza con la esperanza de poder verla, curiosamente fue ella quién se envalentonó a comenzar una charla; esa misma tarde ambos compartieron pan —algo por lo que era famosa la ciudad—, y un capuchino helado; 52 años de matrimonio y una vida juntos después, su amor se hacía cada día más fuerte. Acostumbraban a viajar tanto como podían hacerlo.

— ¿Cómo han logrado permanecer así de enamorados?

Cuando Terin hizo la pregunta, la pareja intercambió una cálida mirada.

— Edilberto me enamora todos los días, no hay un solo momento de nuestro matrimonio en que él no haga algo para enamorarme un poco más. Una acción, por pequeña que sea, como abrazarme cuando tengo frío, o hacerme un poco de chocolate caliente cuando tengo antojo; tomar mis manos entre las suyas cuando las mías están tan frías como cubitos de hielo, o regalarme una flor cualquier día de la semana, decirme que me ama, o lo bonita que me veo cuando sonrío —las dos suspiramos al verlos intercambiar una sonrisa cargada de amor —. Edilberto es así de maravilloso.

Sam #PGP2021Where stories live. Discover now