Capítulo 20 - Viaje Estelar

1K 203 24
                                    

Antes de llegar aquí tenía los nervios de punta, porque la idea de presentarme a una fiesta donde ricos y famosos se sonreían por puro compromiso no era mi idea de noche ideal, y no que tuviera una, pero cuando alcanzamos nuestro destino mis nervi...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Antes de llegar aquí tenía los nervios de punta, porque la idea de presentarme a una fiesta donde ricos y famosos se sonreían por puro compromiso no era mi idea de noche ideal, y no que tuviera una, pero cuando alcanzamos nuestro destino mis nervios pasaron a ser algo secundario, porque mi asombro lo había destronado de sopetón.

— ¡Cielos! —Mis curiosos ojos no dejaban de ver en todas direcciones, algo que a Gabriel parecía tener encantado —. ¿Esto es real? —asintió acortando la distancia entre el meteorito y yo.

— Llegó a la Tierra hace más de noventa años, y el observatorio logró mantenerlo aquí; es una de sus principales atracciones.

— ¿Una de sus principales? ¿Qué otra cosa puede ser igual de increíble que un meteorito, un sol pequeñito y de bolsillo?

Se rió de mi mal chiste y señaló una puerta que se encontraba cerrada, una a la que no le había mostrado mucho interés porque para empezar tenía un letrero con la leyenda:

<<Prohibido el paso>>.

— Ahí dentro hay algo mucho mejor —sonreí entusiasma.

— ¿De verdad?

Hizo un gesto afirmativo con la cabeza mientras mantenía una sonrisa cada vez menos nerviosa. De camino aquí pude notar que los nervios lo carcomían; aunque se la pasaba sonriendo, sus manos no dejaron de estrujar el volante de su auto, llegué a temer por el objeto inanimado, en parte porque bien lo pudo partir por la mitad, otra parte de mí intuyó que si eso sucedía terminaríamos yendo a visitar a San Pedro demasiado pronto.

— Este lugar es hermoso —me decidí a romper el tenso silencio que se había instalado entre los dos —; Terin y yo intentamos entrar una vez, pero no pudimos hacerlo. Llegamos tarde y nos dijeron que las horas de visitas al público se habían terminado —Gabriel me sonrió.

— Si quieres podemos invitarla en otra ocasión —fue mi turno de sonreír.

— Eso sería grandioso —mis ojos volvieron al meteorito. ¿Qué tan malo sería si lo tocará? ¿Me convertiría en una especie de humanoide mutado con super poderes? —. ¿Puedo tocarlo? —Se carcajeó.

— No, eso está prohibido.

— ¡Ummh!, y, ¿podemos estar aquí?

Era tonto preguntar después de una hora de visita guiada por Gabriel Kendrick, pero no había notado que el observatorio se encontraba cerrado hasta después de veinte minutos de hablar sobre planetas y constelaciones, y no parecía haber otro ser humano además de nosotros dos.

— Conozco al dueño —achiqué los ojos.

— ¿Conoces al dueño del observatorio de Londres? —asintió llevando su atención de vuelta a las puertas cerradas.

— Me gustaría mostrarte algo.

— ¿Más? —sus ojos encontraron los míos.

— Sí, algo más.

Sam #PGP2021Where stories live. Discover now