Capítulo 19 - Ocho en punto

1K 214 36
                                    

Luego de diez horas al aire libre, de dar instrucciones a un grupo de modelos,  de moverlos de aquí para allá aprovechando la iluminación natural y, de que el paisaje fuera perfecto, todo eso más una espalda sudorosa, los ojos bizqueándome y calam...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Luego de diez horas al aire libre, de dar instrucciones a un grupo de modelos, de moverlos de aquí para allá aprovechando la iluminación natural y, de que el paisaje fuera perfecto, todo eso más una espalda sudorosa, los ojos bizqueándome y calambres incesantes en las manos, pudimos decir:

— ¡Lo tenemos!

Los modelos suspiraron aliviados, los ayudantes y Terin suspiraron aliviados, yo misma suspiré aliviada; y gracias al cielo por terminar en ese preciso momento, pues el cielo comenzó a oscurecerse y a mí me estaba matando el cuello.

— Eso fue todo —Terin aplaudió entusiasmada, yo le sonreí.

— Otro glorioso día de arduo trabajo.

— Me están matando los pies —se sentó luciendo como una gelatina derretida al Sol —, pero no puedo quejarme, fue un día maravilloso —asentí.

— Lo fue, casi el noventa por ciento de las fotografías han quedado fantásticas y sin necesidad de retoques, bueno de tantos retoques.

— ¿Tendrás mucho trabajo por hacer? —hice una mueca mientras guardaba mi equipo.

— Apenas lleguemos a casa comenzaré a trabajar, pero primero, un chocolate para darme energía —ella me sonrió.

— ¿Cómo va Anton?

Apreté los labios para evitar refunfuñar.

Mi pobre hermano estaba haciendo todo lo que se encontraba en su poder para no sucumbir a su asesino interior y, retorcerle el pescuezo a Gabriel. Los dos eran igual de cabezotas, testarudos y orgullosos.

Si son casi igualitos.

— Sobrellevando la situación. Ayer mencionó algo sobre resfriarse y tener que trabajar con el enemigo —Terin blanqueó los ojos —. Podrá ser mi hermano mayor, pero se comporta como un niño con ciertos temas y, Gabriel Kendrick parece ser uno de esos temas que le ponen los nervios de punta, y el humor bastante agrio.

— Anton solamente se preocupa por ti, entiéndelo, para él eres su hermana pequeña —le dediqué una mirada cansada, ella sonrió —. Lo único que él quiere es mantenerte a salvo, lejos de los buitres. Protegerte. Él quiere proteger a uno de sus mayores tesoros —suspiré tomando la maleta.

— Eso no le resta puntos a su exagerada manera de actuar. Desde niños ha sido así. ¿Recuerdas al novio que tuve en preparatoria?

— ¿El de los dos días? —asentí mientras comenzamos a caminar hacía su auto.

— El pobre chico llevaba un año y medio enamorado de mí, cuando por fin se envalentonó a decirme lo que sentía, sentimientos que yo correspondí, va mi hermano y lo amenaza con destrozarle las rodillas si me rompía el corazón. Lo amenazó con dejarle un ojo morado cada diez días si se atrevía a besarme.

Sam #PGP2021Where stories live. Discover now