Capítulo 42 - Sí

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—      ¿Cómo me veo?

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— ¿Cómo me veo?

Di un par de vueltas para que Terin revisará mi atuendo; llevaba un vestido vintage estilo 50s color verde esmeralda con un pequeño cinturón beige igual que mis zapatos. El cabello estaba en una coleta alta.

— Te ves fantástica. Eres un caramelito que él estará feliz de desenvolver y darle pequeños mordiscos —se me borró la sonrisa del rostro.

— Eres una tonta —le lancé lo primero que se me atravesó, un calcetín del cesto de ropa recién lavada.

— No lo soy. Sabes que ese hombre no puede quitarte las manos de encima, ni tú a él. Son como pulpos —llevé la vista al cielo —. Todos los días veo una película clasificación C desarrollándose delante de mis ojos cuando están juntos.

— No somos pulpos.

— Calamares gigantes entonces.

Le lancé otro calcetín y ella comenzó a reír.

Quitarle las manos de encima a Gabe me era prácticamente imposible, pero tampoco éramos una porno andante; aunque quizá me había vuelto un poco adicta a tocar su trasero en cada oportunidad que tenía, y siempre con discreción.

Cuando escuché el timbre, mi estómago dio piruetas y el corazón se me aceleró. No podía evitarlo, él hacía que tuviera esas reacciones. Terin salió disparada, yo me di otra mirada en el espejo.

— Está bien, luces fantástica.

No sabía por qué estaba tan nerviosa ese día, pero tenía el presentimiento de que algo magnifico se desarrollaría más adelante. Salí de la habitación en dirección a la sala, me detuve cuando noté a Gabe, estaba de espaldas a mí con un traje color negro, la imagen de nuestro primer encuentro en el observatorio me vino de inmediato a la mente.

El tiempo vuela cuando de verdad disfrutas de cada instante.

Terin estaba hablando como loca mientras él reía abiertamente, salí de mi trancé, planté una sonrisa en mi rostro y me acerqué un poco más a ellos. Me detuve a un metro de ambos, Gabe debió notarme, porque se volvió de inmediato y su sonrisa pasó de resplandeciente a nerviosa.

— Te ves muy guapo.

— Samanta, Jesús, tú te ves... ¡Vaya! —Me sonrojé, pero sonreí encantada por su reacción.

— Gracias.

— Bueno —habló Terin visiblemente contenta —, yo los dejo, mi amiga pizza y yo nos quedaremos pasando una noche de películas.

Nos despedimos de ella, Gabe entrelazo nuestras manos.

— Te ves hermosa —volví a sonreír.

— Muchas gracias.

— ¿Lista? —hice un gesto afirmativo con la cabeza —. Entonces vamos.

Sam #PGP2021Where stories live. Discover now