Capítulo 35 - Celos cavernícolas

804 149 34
                                    

Habían pasado cinco meses desde la partida de abu Gab, en todo ese tiempo Gabe y yo habíamos llegado a un acuerdo; trabajaríamos en nosotros como personas y como amigos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Habían pasado cinco meses desde la partida de abu Gab, en todo ese tiempo Gabe y yo habíamos llegado a un acuerdo; trabajaríamos en nosotros como personas y como amigos. Él había dejado de coquetearme, yo había dejado de hacerme ideas. Se disculpó por su actitud, pero no me dio una sola explicación del por qué, yo no insistí más.

En ocasiones lo notaba perdido en sus pensamientos. Su mirada se volvía triste y su actitud se ensombrecía, pero pronto dejaba aquello de lado y volvía a ser el mismo hombre alegré que me había permitido conocer.

Había vuelto a aparecer en algunas fiestas en donde de vez en cuando se encontraba rodeado de inteligentes y hermosas mujeres, pero se mantuvo a distancia de los chismes y habladurías, y mucho más cerca de sus amigos y familia. Incluyéndome.

Habíamos tenido varias salidas, y él definitivamente había seguido el consejo de Erkan y Kaan, quienes se habían agregado a nuestras salidas de amigos, con Mason incluido. Nathan también era parte de los viajes entre amigos, y él sí que disfrutaba de la compañía femenina. Era coqueto irremediable.

Anton era otra constante en nuestros viajes, no obstante, se la tenía jurada a Gabe, pero sabían comportarse cuando estaban juntos. Terin, por su parte, era quién sacaba la idea de las salidas grupales, y coordinaba cada aventura con una energía envidiable.

— Debo decir que estoy anonadado con tu belleza.

Bajé la cámara cuando escuché esa voz demasiado cerca de mí. Sonreír de inmediato al toparme de frente a un par de ojos azules, una cabellera castaña oscura y una de las más bonitas sonrisas que hubiera visto antes.

— ¡Oh Dios mío! —No pude evitar lanzarme a sus brazos para abrazarlo con fuerza —. ¡Anker! ¡Qué gusto verte!

— Es bueno volver a verte, preciosa. ¿Cómo estás?

— Yo estoy muy bien —me sonrió de manera tierna colocando un beso en mi mejilla —. ¿Cómo has estado? Hacía tanto que no podía abrazarte.

La sonrisa en sus labios causó la misma sensación que solía sentir en el pasado; felicidad inaguantable y una hermosa sensación de calidez.

Anker había sido mi primer novio, mi primer beso y también mi primera vez, y nos queríamos demasiado. Nos habíamos vuelto muy buenos amigos y confidentes.

— Realmente ha pasado mucho tiempo —aclaró él mientras jugueteaba con mi pelo —. Llevó horas viéndote trabajar y suspirando por tu hermosura.

— ¿Horas? ¿Qué? ¿Dónde estabas?

— Sentado justo ahí —seguí su línea de visión hasta dar con la mesa en donde varias personas elegantemente vestidas se encontraban reunidas.

— ¿Trabajas con ellos? —cuestioné realmente interesada por su respuesta.

— En realidad, estamos trabajando juntos. Tú haces magia con las imágenes y yo hago magia con los edificios a lado de todos ellos.

Sam #PGP2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora