CAPÍTULO 9

15.2K 1K 229
                                    

INSOLENTE
.
Leanne

Termino de aplicarme el labial rojo que me realza el contraste de mi tono de piel, realzando mi look. Termino de ondular mi pelo mientras me observo en el espejo, tratando de habituarme al vestido en el cual me encuentro.

Es un vestido negro de escote abierto profundo que me llega un poco más arriba de las rodillas. Para la ocasión, decidí ondular un poco mi pelo para darle más volumen y poder darle un toque más diferente.

Matarás a todos los hombres —exclama Emma desde la otra línea del Picturephone—, te ves como una diosa italiana.

«Picturephone: El primer aparato capaz de transmitir imagen además de voz y plenamente disponible para el público en general se llamaba Picturephone. Era utilizado antes de que la tecnología evolucionara»

Observo el Picturephone que vino en conjunto en la habitación y que tengo apoyado a un lado del tocador, en el cual visualizo a Emma con su pelo recogido en un moño. Decidimos hacer una videollamada para conversar un poco.

Dejo escapar una corta risita y me acerco un poco a la cámara para observar mi maquillaje.

—Gracias.

Me siento sobre la silla para colocarme los tacones negros de punta alta que solo consiguen realzar mi figura.

¿No vas a contarme como va el viaje? —interroga, entusiasmada— Me concierne saber qué has estado haciendo últimamente. ¿Cómo va eso de soportar a Cindy y a Edward?

—Terrible —suelto un suspiro—. Ese hombre es un idiota, su actitud me provoca migraña y ni te imaginas Cindy.

Rueda los ojos.

Ya me la imagino, aun recuerdo aquella vez que Charlotte me la presentó en Las Vegas. Es una mujer extremadamente entusiasta, grita demasiado y es muy caprichosa.

—Es caprichosa —afirmo—. No te das una idea de la rabia que sentí cuando le gritó a aquella recepcionista el día que llegamos —ruedo los ojos—. Su actitud no tiene remedio, es una caprichosa que cree que puede tener el mundo a sus pies si se le da la gana. Cree que por tener un par de millones de dólares es superior a los demás y puede tratarlos como meros sirvientes.

Te compadezco. ¿Cuándo regresas? Hailey está en Las Vegas realizando un desfile de modas muy importante y yo no he estado con mucho trabajo encima.

—No estoy segura de por cuánto tiempo estaré aquí —admito—. Supongo que será poco, aunque me iré cuando Charlotte y David se marchen —esbozo una sonrisa—. ¿Acaso ya me echas de menos?

La veo hacer una mueca.

No, solo extraño molestarte.

—Mentirosa —suelto una carcajada—, me extrañas demasiado —miro a la cámara—. ¿Qué te sucede ahora?

Le da un sorbo a la copa de vino que tiene en la mano derecha antes de trasladar su mirada hacia la cámara.

Ya me decidí, me haré lesbiana, los hombres me tienen harta —ruedo los ojos—. De verdad, a este punto no sé si yo soy el problema o son ellos. Quiero a un jodido mastodonte de un metro noventa que no juegue conmigo y conozco a puros imbéciles, ¿puedes creerlo? Tengo mala suerte, no nací para el amor, soy pésima.

—Primero que nada, tú no eres el problema —me levanto de mi asiento—. Si algún hombre no puede apreciarte entonces el único que tiene un problema es él. Tan solo debes seguir adelante y quizá en un futuro encuentres al indicado.

Caricias ProhibidasWhere stories live. Discover now