Bandidos.

Él.

Él, un man que está loco en todos los sentidos.

No le importa nada.

Vive su vida despreocupado, no le echa mente a cosas sin importancia, va por la vida "improvisando"— como diría él.

No le gustan las reglas. Él las rompe.

No le gusta la amargura. Él está lleno de locura para soportar la realidad.

Más te vale que no lo desafíes porque salís perdiendo.

Más te vale que ni lo mirés mal porque él, mal te va a dejar.

Así que es mejor que sepás como tratar con él, porque él con cualquiera no trata.

Le gusta la bulla, la rumba, el desorden, la vida loca, las drogas.

No es de esos amargados taciturnos y solitarios, es de esos bandidos locos que no les importa ni su propia vida con tal de pasarla bien.

—La vida es para vivirla al cien, con chimbas a mi alrededor, drogas por doquier, y un par de nike's—para él eso es la vida.

Bayron, su nombre es Bayron.

Su segundo nombre es líos.

Su apellido es la calle.

Su segundo apellido es drogas.

Y aunque es un poco prepotente y malandro, el que verdaderamente lo conoce sabe por qué él es así.

Desde chiquito su papá le pegaba y lo obligaba a trabajar en las calles para tener suficiente plata para el trago. Su papá era un maldito alcohólico que lo maltrataba tanto física como verbalmente. Él siempre fue fuerte para afrontar esas situaciones, pero algunas veces le dolía el maltrato. Creció viendo el desprecio y sintiendo el dolor.  Su vida cambió un poco cuando su papá fue arrollado por un carro, desde ese día su vida cambió para bien.

Era apenas un culicagado cuando le tocó vivir solo, desde que su papá murió le tocó sobrevivir por si mismo, pues su mamá lo abandonó y lo dejó con su papá, pero como él susudicho ya estaba muerto, empezó con su propia vida y escribiendo su destino.

Ahora ya es un hombre hecho y derecho, no le teme a nada -según él-, y aunque lo ven casi siempre con una sonrisa y riendo, saben que en el fondo siente, ya sea dolor, o algo, pero debe sentir.

Es un hombre misterioso, nadie sabe sobre él, "ese muchacho está metido en vueltas raras"—, dicen las señoras de su barrio. —"Papasito rico, que man tan sexy"— algunas muchachas
-por no decir todas- deliran por él, chorrean baba cuando lo ven salir de su casa en una moto negra grande y escandalosa.

Cuando pasás por el lado de él sentís ese aura de muerte y líos. Hace intimidar a todas las chicas y hasta chicos que se acercan a él. Nadie se atreve a hablarle.

Se cuentan muchas cosas y versiones sobre él, que esa cicatriz que tiene él en la ceja se la hizo el papá, que él vende y es una gran traqueto, que él tiene un prostíbulo de cual es el dueño. Que él mandó a matar a su papá, y más mierdas que inventan sobre él.

Todos murmuran, todos lo señalan, todos lo comentan, pero nadie, nadie, sabe realmente de él.

Con una sola mirada, caes.

Con una sola mirada, tiemblas.

Eso tenlo por seguro, que el que se topa con él, se topa con el peligro en carne viva.

Las jóvenes babean cuando sale de su casa fumando un cigarro que huele pesadamente a marihuana o alguna otra droga, de vez en cuando lo encuentran con los ojos rojos. Y a ellas les encanta una mirada suya, aún más con los ojos ardiendo en fuego. Algunas se frustran y otras que son las afortunadas de recibir una mirada de él, porque no a cualquiera le regala una mirada, no a cualquiera le coquetea, es reservado, y aunque le encanta mirar culos, no le gusta el alboroto y el "corrinche"—con palabras propias. Aunque sea un bandido, muy afortunadas las que reciben una mirada de esas sexys e intimidantes que solo él sabe dar. Porque no es de esos que mira a todas las mujeres que se le atraviesen. Aunque todas las chicas se les restrieguen en su propia cara y se les ofrezcan, es muy selectivo, no le gusta cualquiera. No con cualquiera se mete a la cama. Si a él no le gustas, simplemente no le gustas. No se puede hacer nada contra eso.

Él es así.

El jefe de una pequeña banda reconocida por peligrosos barrios.

Agresivo.

Prepotente.

No te metas con él.

No lo juzgues.

No lo comentes.

No lo odies.

No trates de delatarlo si no quieres conocer el infierno.

Anotalo. Son las reglas de él.

Más te vale que no las rompas.

Bayron García.