[ 11 ]

7 1 0
                                    

Caminamos con pasos lentos y con nuestros cuerpos completamente agachados, por lo que se puede apreciar es una finca como se espera, grande. A lo lejos de estos arbustos se ve una hacienda, también un salón. Mientras nos dispersamos cada uno en su sitio miro hacia esa hacienda amplia que se alcanza a ver, a los lados hay unos viejos parados con su sombrero y sus grandes fierros en las manos, marcando imponencia y por supuesto cuidando de ella.

El sonido de nuestros zapatos chocando con el pasto verde alarma a Bayron. Por lo que hace un gesto con el dedo en su boca indicando que no hagamos tanto ruido. Los señores parecen muy concentrados en su postura derecha manteniendo sus armas cargadas en sus manos, y gracias a nuestra distancia y a nuestros movimientos sigilosos no les hace sospechar nada. Todo va bien.

Pongo mi mano en los arbustos y con un dedo, bajo la hoja y aprecio muy bien el perímetro que debo tener encuenta para alcanzar a darle y no fallar con mi puntería. Se supone que soy yo la que debo encargarme de los vigilantes de la hacienda. Pero entonces me doy cuenta que no son solo dos, era obvio, en el salón hay más, otros cinco por ahí rondando y cuidando que todo vaya bien. Suspiro y dejo la pistola recostada en la rama de la hoja, acomodo el silenciador y estoy dispuesta a pegarle cuando lo hacen por mí, veo caer a uno sin ni siquiera yo haber disparado. Rápidamente volteo mi cabeza y es el estúpido langaruto, que me da una sonrisa de suficiencia.

Tuerzo los ojos y ahora sí, me fijo en los demás, que ayudan a su amigo y miran para todos lados viendo quién lo hizo. No les doy tiempo ni de llamar a sus patrones cuando aprieto el gatillo hacia uno, dos, tres, cuatro, y para el último cierro un ojo mirando solamente al que me falta, sin pensarlo se lo pego, ahora están los supuestos vigilantes en el pasto, con grandes perforaciones y resbalandoles sangre por sus camisas manga larga. Sonrío cuando veo lo que hice, otra vez mi puntería no falló.

Mis ojos van hacia Bayron que parece sorprendido con mi agilidad, Iván me mira con cara de horror como si apenas me acabara de conocer realmente. Yo le doy una sonrisa inocente y entonces seguimos nuestro camino. Estoy segura que Bayron acaba de darse cuenta que no está trabajando con una niña, que Nix es así es como la pintan: peligrosa, ágil, audaz y que no le tiembla la mano para matar.

Bayron empieza a trotar, sigo sus pasos rápidos y cuando menos pienso, estamos a unos cuantos metros de la entrada a la hacienda. Éste mira a sus alrededores pendiente de que no haya nadie más por ahí, al parecer no nota nada raro porque sigue sus pasos rápidos, ahora estamos pasando por el lado de los cuerpos desplomados y ensangrentados, mi instinto me hace mirar, ninguno respira, mi puntería fue lo suficientemente buena para acabar de una vez con sus vidas.

Bayron sube las pocas gradas de la hacienda, lo seguimos y ahora estamos parados en la puerta, en cualquiera momento podemos entrar.
Él respira profundamente dándome una mirada rápida, con su arma y una gran patada se ayuda para abrir la puerta, su fuerza de macho le colabora y entonces, ahora sí oficialmente, estamos dentro de la hacienda. Es amplia, elegante y definitivamente parece de narcos. La tienen en muy buen estado.

Con la pistola en mis manos miro hacia los lados, no se ve nadie. ¿Y si se dieron cuenta de que entramos? ¿Y si se volaron? Suspiro al pensar eso, no puede ser que toda esta mierda haya resultado ser un fracaso.

Nuestros pasos son sumamente cuidadosos y lentos, no podemos dar papaya de que nos escuchen y todo se vaya a la mierda, si es que ya no se fue. Nos acercamos a las escaleras por dentro de esta hacienda, las cuales estoy segura que nos llevarán a las habitaciones que son. Bayron pone su mano en la baranda de las escaleras y va subiendo, cuando ya va en el tercer escalón, empiezo a subir yo. Lo sigo, atrás mío está Iván. Cuando vamos llegando al piso de arriba, se escuchan murmuros. Que sean ellos, que sean ellos.

Bandidos. Where stories live. Discover now