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Un ruidoso e insoportable sonido hace presencia en mis oídos. Lo cual me hace por obviedad abrir los ojos con rapidez.

Restriego mis manos para sacar cualquier lagaña que no me deje ver bien y observar qué es lo que causó el ruido.

Y entonces el estúpido mayor me mira con una sonrisa traviesa y a la vez burlona. Literalmente abro los ojos y es lo primero con lo que me encuentro. Su cara está casi encima de la mía observándome. Él erguida su espalda y se sienta derecho, ahora ya no está tan cerca de mi cara pero sigue estando en la misma cama.

Quiero matarlo porque por alguna razón sé que él fue el causante de que ese raro sonido se produjera y me despertara. Pero en estos momentos mi conciencia no está tan despierta y avispada para decirle algo, antes le manda un mensaje a mi subconsciente de que cierre sus ojos. Así que lentamente los voy cerrando y voy sintiendo como me voy otra vez del mundo para entrar al universo de los sueños.

Entonces escucho de nuevo ese sonido que me hace ubicarme en el tiempo y espacio real. Ahora estoy medio atolondrada pero soy más conciente de la voz que está hablando.

—Flacaa, es hora de despertar, bella durmiente. Creo que odiarías que te llame de esa forma. Ese no es el caso, ¿cierto? Pero necesito que te despiertes ya para que arregles tus cosas y nos regresemos a nuestro hermoso y bello país.

Por favor alguien que lo calle.

—Entonces por eso debes despertar. ¡Flaca!

Ni siquiera soy capaz de abrir los ojos. Solo sé que es su voz.

—Me vas a hacer recurrir a la opción que odiarías más. Así que levántate.

Es como si mis ojos no quisieran abrirse. Hago fuerza para abrirlos pero ellos no lo hacen. Me empiezo a desesperar.

—Flaca...

Calleseee por favor.

—Bueno, ya que no abriste tus ojos me va a tocar hacerlo por mi cuenta.

El colchón se hunde avisándome que Bayron se acerca, lo confirmo cuando siento el rico olor de su colonia masculina.

Y mis ojos no quieren abrir.

Bayron.

—Perdón flaca, pero es la única forma de que abras tus ojos—digo acercándome a su relajado y estirado cuerpo, poniendo el celular en su oído. Le doy reproducir a ese raro pero chistoso sonido y entonces es cuando ella se asusta abriendo sus ojos completamente sobresaltada.

Sus ojos son dos bolas grandes directas en mí. No puedo evitar reír porque sé que ese sonido la asustó. Ella frunce sus cejas, restriega con las manos sus ojos y cuando por fin reacciona sobre la situación me mira con rabia.

Me acerco el celular al oído y le hundo en el botón de reproducción, saltando de la cama escuchándolo sonar repelentemente. Después de escucharlo varias veces más, termino riéndome. Alguien se grabó gritando de manera loca y eufórica y esa fue a la alarma para despertar a la flaca. La gente es rara en Youtube.

Volteo mi cabeza encontrandola con su cara de culo, sus cejas arrugadas, sus labios fruncidos y sé que quiere estrangularme ahora mismo. Lo que hago es reír porque se ve muy chistosa.

El estar sentado en la orilla de su cama me permite recorrerla. Sus largas piernas están estiradas y un poco abiertas, tiene un corto short de pijama que apenas y cubre lo necesario, una camisa grande y ancha casi transparente. Pero esta camisa mencionada está enrollada y subida a su cintura, dejando ver un poco de piel.

Bandidos. Where stories live. Discover now