CAPÍTULO 7 (CORREGIDO)

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Hanna Morgan

Abro la puerta con la mirada en el suelo. Reed no dice nada, solo se queda ahí parado mirándome.

— Ahora no te gusto, ya viste lo jodida que estoy en realidad... — Rio sin gracia alguna alzando mi cabeza y junto mis labios como si reprimiera un sollozo.

Él niega y entra tomando mi rostro con sus dos manos. Deja sus labios presionados contra mi frente un buen rato y se siente incómodo.

Muy incómodo.

— Te amo, no voy a dejar de hacerlo ahora que me muestras como eres realmente. — Me mira fijamente a los ojos y mis piernas tiemblan digna de una representación de bambi.

Es sexy, no puedo negarlo, sus ojos grises te penetran el alma como una polla de treinta centímetros, su metro noventa te hace sentir diminuta a su lado y su voz, carajo, su voz es la que toda mujer sueña con escuchar por las mañanas.

Pero es peligroso.

No como yo o mi familia, hay algo oscuro en él, algo muy oscuro, que estoy segura asusta incluso al diablo. He pensado que puede ser la carga emocional de algún trauma cuando niño, sin embargo, su amigo gay — Al que me tire, jaja. — Dijo que no había nada traumático en la vida del pelinegro. Y que siempre ha sido así de oscuro, tiene la creencia de que en realidad es un demonio.

San Francisco tiene algo con la existencia de demonios a su alrededor.

— No juegues con eso. — Desvió la mirada antes de que pueda ver mis miedos y me abrazo con fuerza a su torso. — No puedes amarme, nadie puede hacerlo.

Reed cierra la puerta detrás de él y avanza conmigo al sofá. Mira todo detenidamente, analizando el desastre que es mi sala. Mira la televisión frunciendo el ceño y luego me dedica una sonrisa cálida.

— Siempre supe que te gustaba el romance.

No sabes nada.

Me alzo de hombros con una ligera sonrisa bajando la mirada, ahora mismo si me sonrojara sería perfecto, pero no soy tan talentosa.

Reed se queda conmigo en el sofá abrazándome en todo momento mientras terminamos de ver la película, la cual me da demasiado sueño, pero me obligo a mantenerme despierta para que el adolescente piense que si me gusta esa mierda.

El helado ayuda.

Me acaricia como si tuviera miedo de romperme y deja pequeños besos en mi cabeza cada tanto sin importarle en lo más mínimo mi apariencia.

En cierto momento entrelaza su mano con la mía y la acaricia con lentitud, clavándome ese gesto igual que una barra de hierro ardiendo.

Está enamorado de mí; nunca nadie antes lo había estado, quizás pensaron que lo estaban, pero solo lo confundían con deseo, en cambio con él a mi lado, siento el cariño que me tiene, lo siento con la misma intensidad que el peligro que emana.

Está enamorado de mí; y está indefenso, cree que está logrando llegar a mi corazón de la misma manera que yo llegue al suyo. Se entregó ciegamente a mí y no sabe qué yo lo voy a tirar desde un barranco, donde lo único que hará será rodar y sufrir.

Está enamorado de mí; quizás en otras circunstancias lo hubiese intentado, no me desagrada del todo la idea de tener un novio. Lo hubiese visto ir a la universidad, crecer en su carrera y compartir sus logros conmigo, pero eso no está en los planes que tengo para él.

Está enamorado de mí; y yo voy a matarlo lentamente.

— ¿Hanna?

— ¿Hmm?

Escapando del infierno (+21)Where stories live. Discover now