Adrien Volkov
Estoy por levantarme de la silla cuando veo un montón de cartas cerradas y la dirección de una me llama la atención.
"Universidad de Brown"
— ¿Querías ir a Brown? — Tomó la carta y giro en la silla mirando a Hanna que sigue devorando las fresas del desayuno, no me dejo comer ni una.
La chica alza la mirada y mira la carta en mi mano negando.
— ¿Parezco alguien que iría al Brown?
— ¿Por qué postulaste para entrar entonces? — Miro la carta cerrada y vuelvo a girar viendo las demás.
— Yo no postule, ellos me lamían los pies para que fuera a sus universidades.
— Cambridge, Columbia, Cornell, Harvard, MIT, Oxford, Stanford, Princeton, Yale... Mierda Hanna. ¿Eras un cerebrito?
— ¿No lo parezco? — Sonríe de lado metiendo otra fresa a la boca.
— ¿Por qué no estudiaste en una de ellas?
— Porque abrí ROM, y no me malentiendas, no me estoy conformando, es solo que con ROM gano más que en cualquier carrera que hubiese elegido, y probablemente ahora estaría metida entre libros y no tendría tiempo para coger.
»— Y coger es vital para seguir viviendo. — Me señala con una fresa y la mete en su boca por completo.
— ¿Cuáles son tus prioridades? — Alzó una ceja.
— Mi coño, yo y después mi familia.
— ¿Dirías qué piensas con el coño? — Tomo la de Harvard y la abro con cuidado.
— No, pienso en el bienestar de mi coño, pero ¿Por qué hablamos de él si no lo vas a coger?
— Tan bien hablada como siempre, Hanna. — Sonrío divertido y sacó la carta leyéndola detenidamente.
Si, en palabras simples le ruegan por que asista a su universidad.
»— ¿Qué te hubiese gustado estudiar?
— Medicina forense.
Giro la silla por completo hacía ella.
— ¿Hablas en serio? — Asiente. — Debes tener estomago para eso.
— Me dijeron lo mismo cuando dije lo que quería estudiar. Estuve a punto de hacerlo, iba a ir a Cambridge, pero las cosas cambiaron y fui a San Francisco donde abrí uno de las discotecas más polémicas del mundo. ¿No es bonita la vida?
— ¿Te arrepientes?
— No, estoy orgullosa de ROM, me gusta lo que he hecho con él, y lo que haré con él en un futuro. — Me sonríe.
»— Es solo que nunca pasó por mi cabeza hacerlo. ¿Qué hay de ti? ¿Siempre quisiste lamerle las bolas a tu padre? Lo siento, ¿Trabajar en la empresa de tu padre?
La miro mal y guardó la carta en el sobre dejándola donde estaba.
— Nunca supe que estudiar, así que estar en la empresa familiar no es algo que me desagradé. — Me alzo de hombros.
— ¿No sabias? — Niego.
Mi padre gritando.
Boris saliendo de la habitación.
»— ¿Y abrir tu propio gimnasio? Te gusta ejercitar.
— A ti te gustan las fresas y no tienes una tienda de fresas.
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Escapando del infierno (+21)
RomanceAdrien nunca había viajado a Estados Unidos, pero cuando tienes una ex psicópata, cualquiera lo hace ¿No? Puede haber dejado su país para escapar del infierno al que estaba condenado con Alice, pero ¿Y si viajando solo se adentra más al inframundo...