CAPÍTULO 18 (CORREGIDO)

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Adrien Volkov

Estoy por levantarme de la silla cuando veo un montón de cartas cerradas y la dirección de una me llama la atención.

"Universidad de Brown"

— ¿Querías ir a Brown? — Tomó la carta y giro en la silla mirando a Hanna que sigue devorando las fresas del desayuno, no me dejo comer ni una.

La chica alza la mirada y mira la carta en mi mano negando.

— ¿Parezco alguien que iría al Brown?

— ¿Por qué postulaste para entrar entonces? — Miro la carta cerrada y vuelvo a girar viendo las demás.

— Yo no postule, ellos me lamían los pies para que fuera a sus universidades.

— Cambridge, Columbia, Cornell, Harvard, MIT, Oxford, Stanford, Princeton, Yale... Mierda Hanna. ¿Eras un cerebrito?

— ¿No lo parezco? — Sonríe de lado metiendo otra fresa a la boca.

— ¿Por qué no estudiaste en una de ellas?

— Porque abrí ROM, y no me malentiendas, no me estoy conformando, es solo que con ROM gano más que en cualquier carrera que hubiese elegido, y probablemente ahora estaría metida entre libros y no tendría tiempo para coger.

»— Y coger es vital para seguir viviendo. — Me señala con una fresa y la mete en su boca por completo.

— ¿Cuáles son tus prioridades? — Alzó una ceja.

— Mi coño, yo y después mi familia.

— ¿Dirías qué piensas con el coño? — Tomo la de Harvard y la abro con cuidado.

— No, pienso en el bienestar de mi coño, pero ¿Por qué hablamos de él si no lo vas a coger?

— Tan bien hablada como siempre, Hanna. — Sonrío divertido y sacó la carta leyéndola detenidamente.

Si, en palabras simples le ruegan por que asista a su universidad.

»— ¿Qué te hubiese gustado estudiar?

— Medicina forense.

Giro la silla por completo hacía ella.

— ¿Hablas en serio? — Asiente. — Debes tener estomago para eso.

— Me dijeron lo mismo cuando dije lo que quería estudiar. Estuve a punto de hacerlo, iba a ir a Cambridge, pero las cosas cambiaron y fui a San Francisco donde abrí uno de las discotecas más polémicas del mundo. ¿No es bonita la vida?

— ¿Te arrepientes?

— No, estoy orgullosa de ROM, me gusta lo que he hecho con él, y lo que haré con él en un futuro. — Me sonríe.

»— Es solo que nunca pasó por mi cabeza hacerlo. ¿Qué hay de ti? ¿Siempre quisiste lamerle las bolas a tu padre? Lo siento, ¿Trabajar en la empresa de tu padre?

La miro mal y guardó la carta en el sobre dejándola donde estaba.

— Nunca supe que estudiar, así que estar en la empresa familiar no es algo que me desagradé. — Me alzo de hombros.

— ¿No sabias? — Niego.

Mi padre gritando.

Boris saliendo de la habitación.

»— ¿Y abrir tu propio gimnasio? Te gusta ejercitar.

— A ti te gustan las fresas y no tienes una tienda de fresas.

Escapando del infierno (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora