Adrien
— ¿Qué tal las cosas con Ryder?
— No sabes nada, ruso de mis sueños húmedos. ¡Somos unos conejos! pero ahora está abajo con una chica, y no puedo evitar sentir celos.
Hace un puchero cruzándose de brazos mientras apoya sus caderas contra la barra y no puedo evitar reír mirándolo. Le doy un trago a mi vodka.
— ¿Le dijiste que tu querías más que solo sexo? — Deshace el nudo de sus brazos y gira la cabeza negando mientras da un giro dramático.
— No puedo solo decírselo, Adrien, ¿Cómo lo vería a la cara después si no me corresponde? — Estoy por darle otro trago, pero me detengo al escucharlo, le miro y no puedo evitar romper en carcajadas dejando mi vodka a un lado, me doblo sobre mí mismo y me tomó él estomago con fuerza.
— ¿Thomas eres un adolescente acaso? — Me sigo riendo y veo que Thomas no tiene muy buena cara. Le sonrió calmándome. — Solo ve donde él y dile que te encanta, que quieres intentarlo y ya. Dudo que no te quiera corresponder.
Sonrió mirándole y él me mira fijamente con sus ojos verdes, me sonríe y besa mi mejilla para luego ir corriendo a las escaleras. Lo sigo con la vista negando y sigo bebiendo de mi vodka.
Veo la puerta de la oficina abrirse y la mismísima hija de lucifer sale con un vestido rojo malditamente sexy. Pasa una mano por su cabellera rubia viendo la pista y luego avanza a la barra. Al verme sonríe apoyándose desde el otro lado.
— ¿Celebrando que tus padres se fueron? — Se sirve Coca-Cola.
— Exacto. — Sonrió viendo sus tentadores labios formar una sonrisa hermosa.
— Es una pena, me hubiese gustado pasar más tiempo con ellos.
— Se hubieran desmayado de verte con ese vestido.
— ¿Tú crees? Yo creo que hubiese convencido a tu madre de usar uno y a tu padre de hacer un trio.
Hago una mueca.
— No me hagas imaginar a mis padres tener sexo contigo.
Ella ríe con malicia.
— ¿Tienes planes con Tania esta noche? — Niego.
Vine para verla a ella.
»— Bien, espérame.
Va la oficina con su refresco y al rato vuelve con una chaqueta de cuero, y si antes se veía malditamente sexy, ahora me cuesta creer que esa mujer tan atractiva avanza hacía mí.
Pasa por mi lado y la sigo hipnotizado por su belleza. Todos le abren paso admirándola y sonrió de lado sintiéndome con suerte por irme con ella. Llegamos al estacionamiento y miro confundido el estacionamiento al no ver el Lexus.
— Déjame adivinar, ¿Compraste un nuevo auto?
— Moto nueva, una Yamaha R6. Es una belleza...
Acaricia la máquina como si fuera extremadamente delicada, la enciende sin subirse y me mira con una sonrisa.
»— Condúcela.
— ¿Y si nos matamos? — Murmuro viendo el color negro llamativo del vehículo.
— ¿Has conducido antes una moto? — Asiento. — Entonces no nos mataremos. Anda, deja de pensar y sube a ella.
Se acerca a mí desde atrás y recorre mi pecho con sus manos juguetonas. Asiento y ella ríe retrocediendo. Subo a la moto sintiéndola bastante cómoda y Hanna sube atrás de mi rodeando mi torso.
ESTÁS LEYENDO
Escapando del infierno (+21)
RomanceAdrien nunca había viajado a Estados Unidos, pero cuando tienes una ex psicópata, cualquiera lo hace ¿No? Puede haber dejado su país para escapar del infierno al que estaba condenado con Alice, pero ¿Y si viajando solo se adentra más al inframundo...