Capítulo 32

587 41 25
                                    


Adrien

— ¿Qué tal las cosas con Ryder?

— No sabes nada, ruso de mis sueños húmedos. ¡Somos unos conejos! pero ahora está abajo con una chica, y no puedo evitar sentir celos.

Hace un puchero cruzándose de brazos mientras apoya sus caderas contra la barra y no puedo evitar reír mirándolo. Le doy un trago a mi vodka.

— ¿Le dijiste que tu querías más que solo sexo? — Deshace el nudo de sus brazos y gira la cabeza negando mientras da un giro dramático.

— No puedo solo decírselo, Adrien, ¿Cómo lo vería a la cara después si no me corresponde? — Estoy por darle otro trago, pero me detengo al escucharlo, le miro y no puedo evitar romper en carcajadas dejando mi vodka a un lado, me doblo sobre mí mismo y me tomó él estomago con fuerza.

— ¿Thomas eres un adolescente acaso? — Me sigo riendo y veo que Thomas no tiene muy buena cara. Le sonrió calmándome. — Solo ve donde él y dile que te encanta, que quieres intentarlo y ya. Dudo que no te quiera corresponder.

Sonrió mirándole y él me mira fijamente con sus ojos verdes, me sonríe y besa mi mejilla para luego ir corriendo a las escaleras. Lo sigo con la vista negando y sigo bebiendo de mi vodka.

Veo la puerta de la oficina abrirse y la mismísima hija de lucifer sale con un vestido rojo malditamente sexy. Pasa una mano por su cabellera rubia viendo la pista y luego avanza a la barra. Al verme sonríe apoyándose desde el otro lado.

— ¿Celebrando que tus padres se fueron? — Se sirve Coca-Cola.

— Exacto. — Sonrió viendo sus tentadores labios formar una sonrisa hermosa.

— Es una pena, me hubiese gustado pasar más tiempo con ellos.

— Se hubieran desmayado de verte con ese vestido.

— ¿Tú crees? Yo creo que hubiese convencido a tu madre de usar uno y a tu padre de hacer un trio.

Hago una mueca.

— No me hagas imaginar a mis padres tener sexo contigo.

Ella ríe con malicia.

— ¿Tienes planes con Tania esta noche? — Niego.

Vine para verla a ella.

»— Bien, espérame.

Va la oficina con su refresco y al rato vuelve con una chaqueta de cuero, y si antes se veía malditamente sexy, ahora me cuesta creer que esa mujer tan atractiva avanza hacía mí.

Pasa por mi lado y la sigo hipnotizado por su belleza. Todos le abren paso admirándola y sonrió de lado sintiéndome con suerte por irme con ella. Llegamos al estacionamiento y miro confundido el estacionamiento al no ver el Lexus.

— Déjame adivinar, ¿Compraste un nuevo auto?

— Moto nueva, una Yamaha R6. Es una belleza...

Acaricia la máquina como si fuera extremadamente delicada, la enciende sin subirse y me mira con una sonrisa.

»— Condúcela.

— ¿Y si nos matamos? — Murmuro viendo el color negro llamativo del vehículo.

— ¿Has conducido antes una moto? — Asiento. — Entonces no nos mataremos. Anda, deja de pensar y sube a ella.

Se acerca a mí desde atrás y recorre mi pecho con sus manos juguetonas. Asiento y ella ríe retrocediendo. Subo a la moto sintiéndola bastante cómoda y Hanna sube atrás de mi rodeando mi torso.

Escapando del infierno (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora