CAPÍTULO 15 (CORREGIDO)

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Adrien Volkov

Así que esta era la famosa Mansión Morgan.

Sí, este lugar destila lujo a riachuelos, el penthouse no es nada comparado con esto.

Seis hectáreas de propiedad Morgan sobre una montaña a las afuera de Las Vegas, rodeadas por muros de piedras de casi tres metros. El jet privado incluso aterrizó dentro de la propiedad.

Así que Hanna me obligó a dar un recorrido con ella por su gran patio trasero, para no entrar de inmediato.

Llegamos alrededor de las once de la noche al frente de la mansión. En realidad, era como un palacio, tres pisos de puro lujo iluminado con luces nocturnas en puntos claves.

Avanzó junto a Hanna por el camino de piedras planas y giro rápidamente mi rostro hacía el jardín cuando escucho un suave ruido. Miro fijamente en la oscuridad y frunzo ligeramente el ceño.

— ¿Si sabes que gastan un montón en agua potable? Es un lujo innecesario tener seis hectáreas con césped verde.

— Se ve hermoso, Adrien. ¿Me dirás qué el jardín de tu casa no tiene césped verde?

— El patio de mi casa no mide más de cinco metros, ¿Te das cuenta la cantidad de agua que desperdician?

— Si. — Ríe.

— Déjame repetirte; ¿Te das cuenta del agua potable que desperdician? — La miro mal y ella niega.

— No agua potable, aguas grises de la ciudad. Somos millonarios, no inconscientes. — Da palmadas en mi pecho divertida y toma mi mano avanzando a la entrada de la gran casa. — No le quitamos el agua a los pobres, tenemos otras formas de joder al mundo.

— ¿A qué te re...?

No logro terminar porque la puerta a unos cuantos metros se abre de golpe y una chica sale corriendo hacia nosotros.

— ¡Hanna! Viniste, Henry dijo que no vendrías. — Se abraza con fuerza a la rubia y ella suelta mi mano riendo correspondiendo el abrazo de la castaña.

— Henry es un idiota, pensé que ya habíamos hablado eso. — Se inclina poniéndose a la altura de la chica y besa repetidamente su rostro con una sonrisa.

La pequeña castaña ríe contándole algo de fotografías a su hermana y luego mirándome de reojo, se percata de mi presencia.

— ¿Quién es él? — Sus ojos eran igual de intensos que los de Hanna, celeste hipnótico.

— Alex, él es Adrien, Adrien, ella es mi hermana menor, Alex. — Me sonrío y sus ojos tenían ese brillo de felicidad que me estaba gustando ver.

— Un gusto conocerte. Alex. — Ella estiro sus comisuras y me abrazo.

Me sorprendí, no me esperaba otro abrazo por parte de otra chica Morgan, le correspondí el abrazo poniéndome a su altura y ella se acercó a mi oído.

— Eres el primer chico que Hanna trae, siéntete orgulloso. — Me dijo bajo, tratando de que su hermana no escuchara, pero esta lo hizo porque negó divertida, le sonreí a Alex y le guiñe un ojo.

— Ya lo estoy. — En parte era verdad, Hanna no quería venir, pero lo hizo de todas maneras.

Cuando entramos me quedó estático viendo a mi alrededor, si tuviera que describir la Mansión Morgan en tres palabras serían; blanco, luminoso y olor a pachuli.

Avanzamos por un amplio pasillo siguiendo a la alegre Alex que nos cuenta que sus hermanas están cocinando algo que huele delicioso — Me explica que es tradición cocinar ellos el día anterior del cumpleaños de su madre. —, y que sus hermanos están vagando en la sala principal.

Escapando del infierno (+21)Where stories live. Discover now