CAPÍTULO 20 (CORREGIDO)

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Adrien Volkov

— ¿Apuestas? — Sonríe.

— ¿No hemos hecho eso toda la noche? — Le devuelvo el gesto.

— Pero esta vez apostemos algo diferente.

— ¿Qué quieres apostar?

— Si te gano, nos quitamos estas ganas de una vez por todas.

...

— ¿Tu eres Reed?

— Eso parece.

— Tu eres a quien buscaba, ten cuidado en lo que te metes, niño. Ella es peligrosa para ti.

— ¿Todo bien, Frank? — Hanna se acerca a nosotros.

— Si, solo le decía a tu chico que cuando juegue póker disimule mejor sus buenas cartas. — El hombre sonríe y palmea mi hombro. — Ten en cuenta mis palabras, Reed.

...

— ¿Qué tiene de especial?

— ¿Disculpe?

— ¿Qué tiene de especial la zorra de mi hija? Porque si es su cuerpo yo igual lo tengo, Reed.

— No estoy interesado en su cuerpo Señora Morgan, y Hanna no es ninguna zorra.

— Ya veo, si es su cuerpo. Ven, vamos a coger, así veras que esa puta no es especial.

...

— ¿Vamos al cuarto? — Su voz susurra a mi oído mientras su mano acaricia mi pecho.

— No puedo hacerlo, no te amo.

— ¿Y? No me voy a sentir usada al día siguiente.

— Pero yo sí.

— Solo es sexo Adrien, solo vamos a coger, no vamos a enamorarnos.

— Un polvo nunca es un simple polvo para mí, ¿Bien? no puedo separar el sexo y el amor como tú. Lo siento si a diferencia de ti, tengo sentimientos.

— Adrien...

— Vete a la mierda, Hanna.

...

— ¿Mandaste a la mierda a mi hermanita? — Chad ríe extendiéndome su cerveza.

— ¿Crees que pueda dormir en otro cuarto? No quiero llegar donde ella.

— Lamento informarte que Sasha tiene los ojos sobre ti, y si no duermes en el cuarto de Hanna, vas a amanecer violado por mi madre.

— Tienes una familia bastante particular...

— Somos Los Morgan, hermano. La mejor mafia del mundo esconde mucha mierda en su mansión.

— La mejor mafia del mundo...

— Y pronto formarás parte, yo que tu correría lejos antes de que sea demasiado tarde. — Ríe dándole otra calada a su porro.

...

Mi cabeza palpita, mis sienes presionan mi cerebro y mi garganta duele. Los recuerdos de la noche anterior me asaltan y me giro en la cama lentamente para que mi cabeza no duela tanto.

No recuerdo cuánto bebí, pero aposté contra Hanna muchas veces y ella ganaba cada ronda. Veo detenidamente el techo y me pierdo unos segundos en el blanco del techo.

Escapando del infierno (+21)Where stories live. Discover now