Capítulo 29 (CORREGIDO)

702 53 17
                                    


Adrien Volkov

Un agudo sonido me hace sobresaltar y preguntarme quien soy y donde me encuentro. A los segundos reconozco las sabanas de mi cama y trato de calmar el mini infarto que mi teléfono acaba de provocarme.

Todo gira a mi alrededor mientras me levanto para alcanzarlo y siento mi garganta seca recordando por que me siento tan mal.

Demasiado alcohol anoche.

Respondo la llamada sin darme cuenta de quien llama pues mi atención ahora se encuentra en una pequeña nota doblada junto a un vaso de agua y una aspirina.

"Iré a regar mis plantas y luego volveré para hacerte una rica sopa de pollo para tu resaca.

Besos, tu novia."

— ¿Quién es? — Hablo a la persona al otro lado de la llamada.

Uhh Adrien, tienes voz de resaca, ¿Estuviste bebiendo?

La voz de mi hermano me hace soltar la nota y sonrío ligeramente.

— Un poco. ¿Tienes noticias sobre cuando vienen?

Ya estamos en San Francisco, ¿puedes pasar por nosotros al aeropuerto? Mamá no confía en el GPS.

Su respuesta me asombra y giro mi teléfono para ver la hora, iban a ser las una de la tarde. Abro las cortinas de la habitación de inmediato.

— Claro, me ducho y voy.

🚬🚬🚬🚬

— Y este es mi departamento. — Abro la puerta y mi padre junto a mi hermano son los primeros en entrar. Mamá entra rodeando mi cintura y cierro la puerta detrás de nosotros.

— Es muy bonito, mi amor. — Murmura y emocionada me abraza haciendo que deba corresponderle el gesto rodeando sus hombros.

— Te extrañe, Madre.

La mujer alza su rostro con una sonrisa y toma mi rostro besando repetidas veces mis mejillas.

— Yo también mi Dy. Todo el vecindario preguntaba por ti y no sabes lo difícil que era no poder decirles dónde estabas. Incluso tu tía Ramona llamó de España.

— ¿La tía Ramona? — Puedo creer a Alice explotando el auto de mi padre, pero no a la tía Ramona llamando para ser como estoy, mi madre asiente riendo. — Pero ella nos odia.

— Pues al parecer no tanto como dice. Venga, llévame a tu cocina, te prepare Shchi para esa resaca que te traes.

Avanzo con ella a mi cocina y escuchamos gritos en ruso desde uno de los cuartos. La risa de mi hermano mayor no tarda en llegar y ya sé dónde están, mamá también.

— ¿Tienes un gimnasio aquí también? — Asiento y ella niega abriendo la nevera. — Nunca entenderé de donde sacaste ese gusto por el ejercicio, si cuando estaba embarazada de ti no iba ni al mercado.

— Pues yo creo que de ahí viene. — Rio ayudándole a buscar los ingredientes y escucho el timbre. — Madre te quiero presentar a alguien.

Su mirada se alza hacia mí y entrecierra sus ojos apoyando sus manos en su cintura.

— No me digas que ya andas con una novia. — Sonrío con inocencia y ella me lanza un paño que atrapó en el aire. — Tu no esperas nada, ya no recuerdo lo que era tener a mi hijo solamente para mí.

— Es una buena chica, te va a agradar. — Le lanzo el mantel de regreso y voy a abrir la puerta.

Abro la puerta con una sonrisa, ansioso por sorprender a la persona al otro lado, solo que al abrirla por completo, yo soy el sorprendido y mi sonrisa se transforma en una mueca.

Escapando del infierno (+21)Where stories live. Discover now