14

62 13 0
                                    

Abrí los ojos porque el sol alumbraba directamente sobre mi cara, Zuko y yo seguimos abrazados. Esa noche había dormido tan tranquila, me sentí realmente segura.

Escuché ruidos provenientes de desde la cocina, platos rompiéndose y gritos, de desesperación, definitivamente algo malo estaba pasando, pensé con preocupación.

- Zuko, despierta - le moví suavemente y este me miró confundido - algo malo está pasando - susurré con una voz preocupada.

El rápidamente se levantó de la cama y yo le seguí, aún se escuchaban ruidos provenientes desde la cocina, como si alguien estuviera buscando algo. Mi corazón se apretó y una horrible sensación me atravesó, sentí mucho miedo, creí que eran espíritus que me estaban buscando. Entramos en la cocina bruscamente para darnos cuenta que la señora se encontraba llorando en la puerta y un muchacho mal herido recostado en el piso de esta, que rayos acaba de suceder aquí.

Me arrodillé junto a él para ver si podía hacer algo para salvar su vida, esa familia había salvado la mía, lo mínimo que podía hacer por ellos era ayudar a su hijo.

- ¿ Qué ha pasado aquí ? - interrogó Zuko abriddose paso entre los platos rotos del piso - ¿ Dónde están los demás ? - su voz sonaba culpable, su mirada estaba fija en el solado que se encontraba en el piso, el cual tenía diversas quemaduras y magulladuras, creo que al fin está ententendiedo el daño que causa la guerra sobre las demás personas, el daño que esparce la nación del fuego, su familia.

- Los soldados del reino tierra - habló la madre entre sollozos, Zuko fue hasta ella, la sujeto por los hombros y está lloró en sus brazos, él la miró sin saber que hacer, así que le di una mirada para que la abrazara y le diera contención, él me hizo caso sin comprender muy bien lo que estaba haciendo - Dijeron que como Yato volvió de la guerra debíamos entregar a otro hijo - habló por fin la mujer entre jadeos - Mi esposo intentó impedirlo entonces a el también se lo llevaron - añadió la mujer con pesar, me sentí muy triste por toda la situación, estaba apunto de perder a su hijo mayor y ahora también a su esposo junto con su hijo menor.

- Iré por ellos - me levanté del piso para seguirle pero él me detuvo - iré yo solo, no me discutas - apreté los puños con frustración, yo quería ir con él esto era algo demasiado peligroso - deberías ayudarlo - dió una mirada corta al chico que se encontraba en el piso.

Él salió de la casa y de fue, dejandome ahí preocupada con el corazón en la boca, no sabía cómo decirle que no era necesario que actuara como el chico duro todo lo tiempo. Por otra parte yo junto con la señora nos dedicamos a atender al muchacho, sus heridas era bastantes a demás parecía que no se había estando alimentando de manera correcta últimamente, pero se recuperaría eso era una certeza.

- Debemos ir a ayúdale ¿No creen? - habló por fin cuando habíamos terminado de curarle - al menos uno de ellos es maestro tierra, no creo que ese chico tenga mucha oportunidad - Supieras pensé para mí, Yato de puso en pie con dificultad y los tres salimos de la casa.

Cuando llegamos Lee y su padre estaban amarrados en un puesto de control, corrí hasta ellos y los liberé. Mientras hacía eso Zuko se enfrentaba con un maestro tierra solo con sus espadas y estaba perdiendo, lo había golpeado con una roca gritando que que no valía nada, que no era nadie el mundo, en ese instante iba a interferir en la pelea, pero él hizo una seña para que no lo hiciera, cerré ojos con algo de temor pues sabía de ante mano lo que haría, utilizar su fuego. No sólo utilizo su fuego control, sino que también reveló quien era, el príncipe de la nación del fuego y futuro señor del fuego.

Mi corazón se apretó, la gente comenzó a repudiarlo y a tratar de atacarlo, eso me dio muchísima pena y rabia, él solo intentaba ayudar. Al saber que era de la nación del fuego las personas ya no confiaban en él, en ese momento me di cuenta de lo frágil que es la percepción humana. Su mirada se cruzó con la mía, en sus ojos había tristeza y confusión, no entienda por a pesar de haber sido el bueno la gente lo odiaba.

Simplemente FuegoWhere stories live. Discover now