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Los días pasaron demasiado rápido, pero habían sido agradables y productivos. Fuimos hasta la antigua aldea del los guerreros del sol hogar de los dos últimos dragones, donde Aang entendió las bases del fuego control, aunque sigo creyendo que hubiera sido mucho más fácil que me lo hubiera preguntado, pero bueno, a demás Zuko recuperó su fuego control luego de haberlo perdido por la confusión de su corazón. También fuimos a una horrible prisión de la nación del fuego donde  rescatamos a una chica llamada Suki junto con el padre de Katara y Sokka, el guerrero del polo sur, Hakoda.

Las heridas que resultantes de mi pelea con Vaatu aun seguían causando dolor en mi interior, tanto las físicas como las emocionales. Estaba cansada de este frágil cuerpo, las quemaduras de la electricidad causaban un dolor abrasador en lo más profundo de mis entrañas, pero aun si no podía compararse con el dolor que habita en mi corazón, perdí a un amigo frente a mis ojos y por mi culpa, eso era demasiado para mi conciencia. 

Ahora nos encontrábamos viajado sobre Appa  con rumbo a la nación del fuego, en busca del asesino de la madre de Katara y Sokka. Me he subido a regaña dientes, hacer esto me parece una soberana estupidez, pero debo de cuidar que nada malo les pase y encargarme de que no hagan nada idiota, no tenía un buen presentimiento sobre lo que estaba a punto de suceder, de la venganza no resulta nada bueno.

- Hinome no me veas así - Zuko quebró el silencio incómodo que llevábamos. Estaba quejándose  ya que yo llevaba una mirada acusadora fija en él  - esto es bueno para ella, solo de este modo podrá cerrar esa herida, y solo así dejará de odiarme- me crucé de brazos y alcé ambas cejas. Esto no podía ser en serio, desde cuando le importaba lo que los demás pensaran de él.

- Pero que estupidez - resoplé de mala gana, dejando de mirarle fijamente - el tomar vidas no debe ser guiado por algo tan bajo, como lo es un sentimiento tan sucio y retorcido como la venganza - esto me estaba sacando de quicio, no entendía por qué demonios era necesario tener esta clase de conversación.

- No recuerdo haber pedido un sermón, mucho  menos de alguien que pretende ser algo que no es - se sumó Katara a la conversación con palabras filosas y desafiantes - quiero hacer esto, lo necesito - añadió con convicción, un leve brillo se asomó en sus ojos - no espero que alguien como tú lo entienda, mucho menos lo acepte, después de todo... - alargo las palabras y yo di vuela la mirada hacia una lejana torreta, sabía que era lo que estaba a punto de decir y no estaba dispuesta a que viera como  me afectaba - no eres humana -  me limité a cerrar los ojos y respirar profundo.

Auch... pensé en mi interior mordiendo mi labio inferior mientas mantenía mis ojos cerrados, conteniendo mis ganas de gritarle en la cara. Claro con que no soy humana, apreté los puños hasta que mis nudillos se tornaron blancos, enterrando mis uñas en las palmas de mis manos ¿Entonces qué carajos son estos babosos sentimientos dentro de mi? ¿ Qué son estas tremendas y malditas  dudas que me comen por dentro a cada momento del día? Me limité a guardar silencio y mantener mi vista en la torreta,  la cual estaba cada vez más cercana a mi, no tenía interés en pelear, menos con alguien que guardaba tanto rencor en su interior, era una perdida de tiempo, solo seguiría proyectando sus ira e inseguridades en mi, de la misma manera como lo hacía con Zuko

- ¿Irás con nosotros? - dijo posicionado una de sus manos en mis piernas, sacándome de la burbuja que había creado - no te preocupes por lo que te dijo Katara hace rato- era como si leyera mis malditos pensamientos, me tendió una mano y me ayudó a bajar de Appa- está enojada, pero no habla en serio, le lo aseguro - me dio una cálida sonrisa.

De manera silenciosa nos escabullimos dentro de la torre de control, Zuko interceptó un par de tele comunicaciones y  si problemas descubrió donde se encontraban los invasores del sur, división en la que era líder el presunto asesino. Con esa información no tardamos demasiado en encontrar su nave y entrar en ella para atacar, al menos eso era lo que hacían Zuko junto a Katara, yo por mi parte solo me limitaba a observar lo que estaban haciendo. Así continuamos avanzando hasta que llegamos a la oficina del líder de este buque de guerra.

Simplemente FuegoWhere stories live. Discover now