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Desperté con pasos acercandose a la habitación en la que me encontraba, los pasos se detuvieron justo a fuera de la puerta , pero nadie entró en el lugar. Estaba encerrada sola, pasando hambre, me sentía frágil y abandonada en aquella triste habitación. Quería llorar, llorar hasta no poder más, hasta que se arreglaran las cosas, hasta que ya no me quedaran lágrimas, ya no quería sentirme de esta manera tan solitaria, tan frágil, era humillante, ya no soy ni la sombra de quién solía ser, es como si ahora fuera todo lo contrario y para colmo debo de pelearme contra los espíritus en este mundo. También algo en mi interior quería correr a los brazos de Zuko, sabía de ante mano que él no podía hacer nada contra todo lo que estaba sucediendo en este mundo y sus espíritus contaminados, pero él me hacía sentir segura y querida, me hacía sentir en casa, que es mucho más que lo que tengo ahora mismo, era el único que me veía como un ser humano ordinario, es más siempre ha querido protegerme a pesar de saber quién soy en realidad.

- Esto es fantástico - susurré en medio de la habitación vacía - ahora también tengo que lidiar con la corrupción de los espíritus, llevarse todas las almas humanas ya no resolverá el problema por completo - me queje en aquel sombrio lugar.

Tomé las mantas del piso en improvisé una cama, no era lo más cómodo del mundo pero ayudará a que no pase frío durante la noche. Me acosté como pude, el tener los brazos atados detrás de la espalda complicaba las cosas, más aún el que mis manos estuvieran llenas de cortes por los vidrios. Luego de unos cuantos intentos logré taparme y acurrucarme para dormir, mi cuerpo me pedía a gritos un descanso.

Por el horizonte va, a lo lejos veo el sol.

Brilla en todo su esplendor, por el ancho mar.

Por el horizonte va, a lo lejos veo el sol.

El santo se sacrificó,
En la confusión su vida terminó.

No entendía que estaban sucediendo, esas voces me envolvían junto con la oscuridad en medio de una espesa niebla, no podía comprender qué es lo que trataban de decirme, eso me causo desesperación, las voces seguían cantando cada vez más fuerte, sentí como la oscuridad me aplasto.

¿Qué sacrificio? ¿Acaso esa es mi nueva tarea? Maldita confusión.

Abrí los ojos de golpe, con mi respiración agitada y los ojos llorosos, ese sueño aunque corto había sido horrible, no lograba entender qué querían decirme con esa espeluznante canción infantil, me causaba una gran desesperación y unos deseos intensos de llorar, mi corazón aún estaban latiendo como loco, sentía que en cualquier momento escaparía de mi pecho.

Mientras estaba sentada en el suelo intentado reestablecerme alguien abrio la puerta, era un arenero, entró silencio y tomó mis cadenas, ni siquiera cruzó miradas conmigo, solo tiró de mis ataduras bruscamente y me sacó a tropezones del lugar. Me llevo hasta lo que parecía ser una habitación principal, en la cual no había rastro de ningún otro espíritu, alguien que no logré ver recogió todo mi cabello en una larga trenza y cubrió mis ojos con un trozo de tela.

- Hay que llevarla a la ciudad de Ba Sing Se, ahí nos darán buen dinero - no podía verle, pero sabía que era Yami haciendo una pésima imitación humana, sigo firme en mi postura, me causa lastima.

- Ya está lista señorita - respondió alguien en mis espaldas, a pesar de no estar sujeta a la silla en la que me encontraba no ir intenté escapar, me sentía débil y casada. El idiota dueño de la voz salió del lugar.

- Espero que te guste ser tratada como un animal - habló con un tono lleno de satisfacciones, creía que estaba siendo cruel conmigo - las cadenas lucen bien al rededor de tus manos.

Simplemente FuegoWhere stories live. Discover now