35

68 13 0
                                    

Él la cargó hasta una casucha en medio del bosque, ella seguía llorando, pero intentaba contenerse, solo se escuchaban sus lastimeros gemidos en medio del ruido de la lluvia. Una vez estuvieron refugiados dentro, él encendió él fuego y le lanzó una vieja manta a la chica, que se encontraba empapada.

- No es necesario que vengas a cuidar de mi - resopló en voz baja a chica sin levantar la mirada - no lo merezco - dijo en una voz aun más baja.

- Pero quiero hacerlo - respondió en una voz cálida y comprensiva - Nadie debería estar solo en un momento como este, ni siquiera tú.

- No deberías - su voz era apagada - voy a matarte a ti y a todos los que amas - con esas palabras ella apretaba los puños con fuerza al mismo tiempo que mordía su labio inferior con angustia, estaba intentando contener las lágrimas.

- Hinome no soy estúpido, siempre ha sabido que esa es la razón por la que viniste a este mundo - el muchacho la abrazó, permitiendo que ella apoyara su cabeza contra su pecho, deshaogándose- No es que me agrade la idea de morir, pero si vas a ser tú quien me arrebate algo tan valioso, no tengo ninguna clase de resentimiento - explicó sonriendo. Ella no pudo seguir conteniendo sus emociones y comenzó a llorar nuevamente, él empezó a peinar su cabello con los dedos tratando de darle contencion.

- ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? - se quejó aun sollozando - Esto es una carga muy grande y ya no hay tiempo.

- ¿ Qué es lo que tú quieres hacer entonces ? - cuestionó levantando el rostro de la chica, obligando a verlo a los ojos.

- ¿Qué es lo que yo quiero...? - repitió pensativa - Creo que nunca me lo habían preguntado, ni en este mundo ni en el otro - sonrió tristemente con aun lágrimas en los ojos - siempre he sido lo que se ha necesitado en voz del equilibrio, siempre he tenido que iluminar en todos los sentidos posibles.

- Eso suena muy cansado, necesitas vacaciones - dijo sin pensar con un gesto gracioso, lo que acausó que una pequeña risa escapara de los labios de su compañera - Aquí ya no eres un espíritu - habló tomando su mano sobre la suya - Puedes hacer lo que tu quieras, ser egoísta un a vez en la vida no está mal.

Ella dio una pequeña sonrisa y clavó los sus ojos en los de él, sin pensarlo dos veces lo besó como nunca lo había hecho antes, era profundo a demás de tierno, era casi como una disculpa " Qué estoy haciendo, no puedo dejarme llevar por este sentimiento, sin embargo no quiero dejar este sentimiento tan cálido, esto es frustrante " Él profundizó aun más el beso, paso uno se sus brazos por su cintura y el otro por sobre los hombros de la chica apretándola contra su pecho con necesidad "Ella está temblando, como quisiera que esto durara para siempre, como quisiera detener el tiempo".

- Zuko...- dijo ella separándose sin muchas ganas de sus labios - deberías de volver, van a estar muy preocupados por ti.

- No te preocupes por eso, después de que te fuiste Aang también se fue - sonrió de medio lado -pasaremos la noche juntos - le guiñó un ojo de manera coqueta - claro, si tu quieres.

- Está por acabarse todo lo que conoces y tú piensas en eso - respondió poniéndose roja y dándole un juguetón empujón en el hombro.

- Solo trato de quitarle algo de seriedad al asunto, a estas alturas de la vida no vale la pena preocuparse. - Zuko se acostó frete al fuego seguido de Hinome, quien se apoyó sobre su abdomen.

- Tienes razón - respondió algo desanimada.

- Hinome yo quería preguntarte - su voz titubeaba un poco, al parecer no estaba seguro de cómo hacer su pregunta - dijiste que utilizarías una daga para llevarte a Vaatu ¿ Cómo es que pretendes hacerlo? ¿Por qué necesitas que el avatar asesine al Señor del fuego? ¿Por qué no lo asesinas tú misma? - interrogó curioso rascándose la cabeza con curiosidad.

Simplemente FuegoTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon