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- ¿Estás seguro de que se encuentra bien? - interrogó Sokka mirando a la pálida muchacha con detenimiento, su rostro aún tenía rastros de sangre y ni hablar de su ropa - se encuentra inconsciente desde que la trajiste, a demás está cubierta de sangre.

- La verdad no lo sé - susurró Aang perdido en sus pensamientos, también con la vista fija en ella. Habían sucedido demasiadas cosas en las ultimas 24 horas, una de ellas fue fracasar en su estrategia de batalla.

- ¿ Ahora nos contarás como la encontraste? - quiso saber Katara, desde que Aang la había llevado con ella no había comentado las circunstancias en las que la había encontrado, teniendo en cuenta también que ni si quiera hizo mención de ella cuando la trajo. Pero no se le podía culpar, después de todo el fracaso y captura de la mayoría de su equipo pesaba sobre sus hombros. 

- Verás...

Aang les contó todo lo que vio mientras le daba una última revisión al palacio vacío, escuchó unos sollozos provenientes de una de las habitaciones cerradas. Pero al momento que logró abrir la puerta vio una horrible escena, ahí se encontraba una chica, Hinome, junto al cuerpo de un agente Dai Lee. Por un instante pensó que ella lo había matado en una batalla sangrienta, él sabía perfectamente que ella era capaz de hacer algo así con tal de salvar su propia vida, mas al observar con cuidado el dantesco cuadro vio que ellos se encontraban abrazados tiernamente y al poner especial atención en el rostro de la muchacha una expresión de profunda pena. En ese instante noto que aún estaba viva así que la cargó hasta donde se encontraban los demás.

- Ya entiendo - Toph fue la primera en romper el silencio - Por eso parece que no quiere despertar, no está lista para afrontar lo que sucedió.

Dicho eso cambiaron el tema, debían de encontrar un nuevo plan y volver a atacar ¿ Pero como hacer algo así? El Avatar se encontraba completamente desmoralizado y se había cerrado a la idea de volver a atacar, su corazón no resistiría otro fracaso ¿Quién lo podría culpar? Después de todo era solo un niño y su vida una tragedia constante, obligado a luchar contra el caos, uno constante que parecía ser eterno. Nada era justo en su vida, él no pidió una responsabilidad así de difícil de llevar.

Vacío... No hay nada más que vacío, mi cuerpo se ha rendido y al parecer no volverá a despertar. Solo mi responsabilidad me ata a este mundo, es lo único que hace que mi corazón siga latiendo. Sin embargo mi voluntad y determinación no me mantendrían atada a este mundo para siempre, nada de lo que yo haya sentido en este lugar me parecía algo que valiera la pena salvar.

- ¿Qué haces Katara? - Toph se sentó en el piso al percibir el movimiento de la habitación, lo cual había llamado su atención.

- Solo limitaré la sangre se su rostro - respondió concentrada en lo que estaba haciendo.

- Creí que necesitabas ayuda para cambiarle la ropa - soltó sin más.

- No es buena idea, cada vez que la movemos parece dolerle, será mejor dejarla así. - contestó sintiendo algo de pena por aquella chica.

Mientras las chicas estaban junto a la pileta, apareció de manera sorpresiva el príncipe de la nación del fuego, Zuko. Él pedía a modo de súplica que lo dejaran quedarse y así poder enmendar sus errores del pasado, que haría lo que le pidieran con tal de poder ayudar a acabar con todo el sinsentido que envolvía al mundo.

- No, no somos estúpidos sabes - le respondió Sokka con fastidio - Nos has intentado capturar y peor aun asesinar incontables veces ¿ Qué te hace creer que confiaremos en ti? - añadió con un tono duro y neutro.

- Por favor... - vaciló unos segundos - Tómenme como su prisionero entonces - se arrodilló en el piso y levantó sus manos para que lo tomaran, pero nadie vino por él, era una escena realmente humillante.

Simplemente FuegoWhere stories live. Discover now