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- ¿Quién eres tú? - me interrogaba una chica ciega, la cual aparentemente era una maestra tierra - Más vale que no digas mentiras, sabré si lo haces - me amenazó apretado un poco mis pies, lo que me hizo dar un quejido de dolor que alteró a mi ave y se lanzó a atacar, habíamos formado un lazo fuerte muy rápido.

- Hikari detente - dije con firmeza ella se detuvo en seco - Me llamo Hinome y agradecería que liberas mis pies - hablé con calma y señale mis pies -conozco al Avatar y no soy una amenaza - me explique tranquilamente, ella pareció analizar mis palabras por unos instantes, para luego liberar mis pies - muchas gracias.

- ¿A qué has venido? - preguntó con algo de desconfianza, no me sorprende que así sea, después de todo me imagino que deben tener muchos enemigos.

- He venido a ver al Avatar Aang - respondí tomando las riendas de Hakiri y avanzando hacia donde se encontraba la fogata junto con los demás- en realidad no tengo donde ir - reí divertida y ella se relajó - ¿Como te llamas? - pregunté curiosa.

- Toph - dijo caminando por delante de mí para volver al grupo - llegaste justo a la hora de comer, espero que traigas algo para la cena - añadió imitando mi tono divertido.

Dimos unos cuantos pasos hasta donde se encontraban los demás, me recibieron con alegría. Me tranquilizaba el hecho de que al parecer no se habían encontrado con ningún espíritu maligno.

- Has llegado justo para la cena Hinome - Habló Aang entusiasmado, tenían unos cuantos peces en la fogata más algunas verduras - ven a comer con nosotros.

- Está bien - respondí feliz - tengo mermeladas y panesillos para compartir - dije mientras sacaba las cosas que la señora había puesto en mi bolsa - espero que les gusten - Katara, Sokka, Aang, Toph y yo nos reunimos al rededor de la hoguera, para compartir la agradable comida en silencio.

- Vaya tu si que comes bastante - habló con un tono burlón, Sokka quebró el silencio que se había formado.

- Sokka no deseas irrespetuoso con el espíritu del fuego - su hermana la dio un codaso en las costillas, no sé si eso fue por respeto o porque de cierto modo me teme.

- ¿Has escuchado el dicho de el apetito voraz de fuego? - hablé relajadamente mientras ignoraba el comentario de Katara - solo te diré que ese dicho tiene mucha razón - limpie mi boca ya que había terminado de comer.

- Así que eres el espíritu del fuego - habló Toph sorprendida - Genial, tenemos a otro aliado poderoso - habló con la boca llena.

- ¿Qué plan tienen? - pregunté con un poco más de seriedad, después de todo el tiempo seguía corriendo en contra.

- Tenemos pensado ir a la biblioteca está el los límites de este mundo con el otro - comento Sokka confiado - Buscaremos información sobre la nación del fuego y encontraremos su punto débil - quizá debería decirle que todo lo que había en ese lugar sobre la nación del fuego fue quemada al incio de la guerra, aunque a lo mejor en estos tiempos se haya acumulado más información sobre esta misma.

- Hablas de la biblioteca que se encuentra en medio del desierto - dije emocionada - Los acompañaré, de seguro necesitaran mi ayuda para convencer a Wa Shi Tong y que los deje pasar.

- ¿ En verdad harías eso por nosotros? - preguntó sorprendido, el parecía no tenerme y eso me hacía tremendamente feliz.

- Claro que si - sonreí llena de felicidad, ellos parecían buenas personas - Oye Aang - cambie de expresión a una preocupada- ¿ Te ocurre algo malo? Te encuentras muy cayado - no le conocía mucho, pero sabía que generalmente solía hablar mucho más.

-  Ehh... Yo, no es nada - trato de excusarse pero yo le di una mirada seria, de manera discreta, como si estuviera buscado algo dentro de él, esto pareció intimidatarle - Es que van varios días en los que no he visto la luna - dijo en un susurro, con una casi imperceptible preocupación - ¿ Podemos hablar a solas?

Simplemente FuegoWhere stories live. Discover now