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-... Aún guardo el luto por mi pérdida su excelencia - hice una reverencia de la manera más respetuosa posible, solo esperaba que aceptara esa burda excusa - Le agradezco mucho, pero aún no estoy lista para otro compromiso, es demasiado pronto - añadí con más convicción, solo espero que lo acepte. Él permaneció con un semblante indescifrable para luego chasquear la lengua.

- Cariño no tienes por qué guardar las apariencias - rió de manera enfermiza, mientras que yo intentaba ocultar mi mirada de pánico - si esa es tu razón para negarte me parece bastante insulsa - Completó burlándose con una gruesa voz - En cualquier caso tienes hasta el eclipse para dar una respuesta, más te vale que esta sea sí- se encogió de hombros, sonaba despreocupado, aún así algo no me cuadraba, había una amenaza en sus palabras.

- Muchas gracias - murmuré entre dientes, esto si que tenía gracia, ahora debía quitarme de en cima el egocéntrico de Ozai. - ¿ Ya puedo retirarme? - pregunté con una voz temblorosa y ahogada, lo que me faltaba, mostrarme vulnerable ante semejante idiota, al menos así no me vería como una amenaza.

- Adelantate - habló indiferente, uno de los guardias se acercó a mi para luego comenzar a escoltarme hacia un lugar desconocido, pero antes de que pudiera terminar de cruzar la puerta de salida él volvió a hablar - Itami, si no te casas conmigo me encargaré de hacer tu vida un infierno - su voz sonaba realmente dulce mitras decía esas horripilantes palabras, no me voltee a verle, pero sabía que estaba sonriendo. 

Salí de aquel salón sin responder a su amarga advertencia, ya estaba hartandome de que todo el mundo estuviera amenazandome todo el jodido tiempo, malditos seres humanos, son egoístas y codiciosos por naturaleza. Me hacen sentir como un animal indefenso en medio de un incendio forestal, las cosas no deberían de ser así, yo soy el espíritu del fuego, la que regalo la chispa de la vida a los humanos, deberían agradecerme y no tratar de matarme. 

- Señorita - el soldado carraspeo la garganta, eso me hizo volver a la realidad, dándome cuenta que estaba en una hermoso cuarto, tenía una cama en medio y unas hermosas decoraciones- esta será su habitación, el señor del fuego Ozai ha encargado que este junto a la de él - le respondí con una mueca, una que él ignoró, hizo una reverencia y salió del lugar, dejandome sola nuevamente.

Me pare en medio del lugar bello y encontré un espejo, inmediatamente tomé atención en mi reflejo, las ropas que llevaba se parecían a las que solía utilizar cuando estaba en el mundo de los espíritus, cuando era el gran espíritu del fuego y estaba en casa , di una pequeña risa solo para mi. Ahora no soy mas que una simple humana, solo soy Itami, quizá más adelante vuelva a ser Hinome, la luz del día, pero por el momento prefiero ser Itami, una simple humana, esta clase de problemas es mucho más fácil de manejar.

Al terminar de verme en aquel espejo inspeccioné el lugar con la mirada y encontré una puerta, era la salida a un bello jardín interior, con un gran árbol a demás de un estanque con animales. Me pareció mucho mejor idea salir y disfrutar de aquel apacible lugar que permanecer dentro de esa fría habitación, aunque sea por unos cortos instantes. Cruce la puerta para caminar hasta el frondoso árbol y sentarme en la posición del loto bajo este mismo cerré los ojos mientras apoyaba mi espalda en el troco, era un buen lugar para disfrutar el atardecer. Definitivamente había estado aquí antes, hace muchos años en realidad. Yo solía servir en este lugar, pero también solía divertirme correteando con Zuko por estos bellos jardines, al estar con los ojos cerrados recordando esos tiempos incluso me pareció escuchar a dos niños jugando en las cercanías, pero no había nadie más que yo en ese lugar. Cuando su nombre y su recuerdo cruzaron por mi mente no pude evitar tener una mezcla agridulce de sentimientos - Gusano traidor - susurre a la nada si abrir los ojos.

- ¿Te refieres a mi? - al escucharlo abrí los ojos de golpe, no esperaba recibir una respuesta, mucho menos una de él, creía que me encontraba completamente sola en dicho jardín, pero no era así, él estaba ahí , apoyado en el árbol de brazos cruzados y una ceja levantada, mantenía una mirada acusadora- Tenemos que hablar - su semblante se mostró completamente serio al pronunciar esas últimas palabras.

Simplemente FuegoWhere stories live. Discover now