Paquete adorable

Taoísta y zorrito 17

A Su Tang aparentemente le gustaba particularmente actuar como un niño mimado hoy.

Sostenía la cintura de Ling Si y con su voz suave y pegajosa, era como una bolsita de azúcar blanca y tierna. Pegado al cuerpo de Ling Si, incluso si el otro quería deshacerse de él, no lo soltaría.

Ling Si suspiró en silencio. Al final, era consciente de que Su Tang estaba asustado y no era tan sorprendente que lo estuviera. Después de todo, la otra persona había sido malcriada y mimada desde la infancia. Siempre había sido despreocupado y estaba acostumbrado a que los demás lo complacieran. ¿Dónde podría experimentar este tipo de cosas? Probablemente asumiendo que no estaba siendo considerado consigo mismo, había causado que la otra persona se preocupara.

"No tengas miedo, no tengas miedo, ven a abrazarme". Ling Si alisó suavemente el cabello de Su Tang antes de levantarlo. Aunque este pequeño era delgado, era muy suave cuando lo cargaban y el aroma lechoso de su cuerpo asaltaba su nariz, haciéndolo sentir cómodo y placentero.

Su Tang disfrutó mucho actuando malcriado, especialmente cuando había alguien que lo mimara. Con un aire aún más adorable y seductor, extendió la mano para abrazar el cuello de Ling Si y apoyó la cabeza en el hombro de la otra persona, adhiriéndose obedientemente a él.

Después, comenzó a mirar con seriedad el perfil de Ling Si.

Siendo observado con tanta atención, la cara de Ling Si ardía mientras su corazón se sentía cómodo y feliz. Sus orejas también estaban calientes y es posible que ya se hayan puesto rojas. Para disimular su nerviosismo, tosió y preguntó: “¿Por qué miras tan intensamente así? ¿Tienes miedo de perderme?”

"En." Su Tang asintió con la cabeza y apretando sus brazos alrededor de su cuello, susurró: "No podré perderte si te abrazo y te miro de cerca".

Ling Si se rió entre dientes y preguntó: “Entonces, ¿te gustaría atarme con una cuerda y tirar de mí, ah?”

"¿Puedo?" Su Tang en realidad estaba algo ansioso por intentarlo.

"En realidad te lo estás tomando en serio, ah". Ling Si, sin saber si debería reír o llorar, decidió darle un ligero golpe a la cabecita de Su Tang. “Incluso si no me atas, siempre estaré a tu lado. Además, soy tan grande, ¿es posible perderme? "

"Wu...", gimió Su Tang, sintiéndose agraviado. Con su corazón en un desequilibrio, mordió la oreja de la otra persona, exponiendo una ordenada hilera de pequeñas marcas de dientes.

Inclinándose, le dio un olor. Luego, con una mirada inmensamente orgullosa en su rostro, tiró de la oreja de Ling Si y dijo: “A partir de ahora, tendrás mi aroma en tu cuerpo. Si te pierdes, puedo encontrarte siguiendo el olor y llevarte de regreso".

"Ah, entonces confiaré en ti en el futuro", dijo Ling Si mientras se reía y así, su estado de ánimo sombrío de hace unos momentos se dispersó limpiamente. La otra persona puede ser realmente su pequeño tesoro. Con solo una mirada a él, todas sus preocupaciones, sin importar cuán grandes sean, podrían olvidarse.

Asintiendo con la cabeza, Su Tang se apoyó en su hombro nuevamente y tarareó.

Para cuando regresaron a la mansión del primer ministro, el cielo ya se había vuelto un poco translúcido. Después de ayudar a organizar un alojamiento adecuado para Su Qing, Ling Si llevó a Su Tang a su habitación.

Extendiendo el colchón y colocando un incienso, giró la cabeza para mirar hacia atrás y vio que Su Tang ya estaba envuelto en la colcha y lo miraba con grandes ojos brillantes.

“¿Qué pasa? ¿No puedes dormir?” Ling Si apagó la luz de las velas primero antes de girar su cuerpo para enfrentar a Su Tang.

La habitación se oscureció de repente, dejando solo la tenue luz del quemador de incienso.