𝖮9

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Maraton 3/5 (🥀)






Y pasó.

Entramos al gran comedor, donde en la mesa se encontraba el mismo señor de ayer: su padre, una señora muy guapa, con los ojos similares a los de Jaden, su madre, supongo. Dos jovencitas muy parecidas, solo que el color de cabello era diferente, yo calculaba 17 y 15 años. Si mi mente no me falla, diría que son sus hermanas.

— Familia, les presento a mi novia, Elena Smith — me presentó con una sonrisa en la cara. Y hubo distintas reacciones: el señor Pablo rodó los ojos, la señora me dio una sonrisa sincera y las chicas están que se morían de la felicidad. Al parecer a alguien no le caía bien.

La señora se colocó de pie acercándose a mí, aun con esa sonrisa sincera. Hace años no veía una sonrisa de una madre.

 —Mucho gusto querida, soy Raquel Hossler , la madre de esta hermosura —me dijo mientras tomaba mis manos entre las de ella — Estoy muy feliz de que Jaden te haya encontrado después de todo lo que ha sufrido—  noté a un tantito Jaden incomodo —Yo sé
que tu sanaras sus heridas y olvidaras a esa mujer—

— Basta madre —habló Jaden con una
voz fría y seria. Todo el humor se había esfumado. Ella obedeció y dejo que las hermanas se acercaran a mí.

¿Qué habrá sufrido? ¿Qué mujer había que olvidar?.

 —Yo soy Dalia, mucho gusto Elena.

 —Y yo soy Luci la otra hermana.

Y sin decir una palabra se lanzaron a
abrazarme, dejándome sin aire. Estaban realmente emocionadas por su hermano, y las comprendo, yo también lo estaría por míos.

Mis hermanos...

— Bueno niñas, no quiero que ahuyenten a mi hermosa novia — me obligó a soltarme de ellas tomándome de la cadera y acercándome a la única persona que no se había levantado su padre. Él cual me miraba mal, como si yo fuera inferior a él.

 —Aunque ya la conocías, te la vuelvo a
presentar, Elena, mi novia  —mencionó a su padre, el cual no hacia ningún gesto. Solo esa mirada que causaba un terror profundo.

Los ojos hermosos eran como los de su madre y su mirada agobiante era como la de su padre.

Solo unimos nuestras manos, sin que nadie dijera nada. Incómodo.

Tomamos nuestros asientos en la mesa: El Señor Hossler en la cabeza, la Señora
Hossler a su lado izquierdo, las hermanas junto a su madre. Jaden a lado derecho de su padre y yo junto a él.

La cena fue traída por unas chicas de servicio y sin decir alguna palabra se retiraron.

— Elena, ¿A qué te dedicas?— preguntó la Señora Raquel.

 —Soy comunicóloga, hace poco que me
gradué  —conteste tranquila, aun no pasaba
nada intenso.

— ¿Dónde estás trabajando? Digo, si es que lo haces —habló mi querido "suegrito"

—Es mi secretaria, ¿verdad? — dijo Jaden— Y como respuesta a eso asentí con la cabeza.

Todos tenían una expresión de asombro, menos el Señor Pablo, él tenía la expresión horrorizada. No podía negar que la situación me causaba gracia, pero no duraría demasiado.

—  Wow —mencionaron Dalia y Luci  —Una historia cliché.

Me ruboricé, bajando la cabeza. Jaden
tomo mi mano y le dio un beso a mis nudillos, transmitiéndome paz y tranquilidad, ya que
de verdad la necesitaría.

Ayúdame Dios mío en esta noche tan larga...

Si tan solo no ubieras mostrado cariño...........




«Final del capítulo»

𝗾𝘂𝗲́𝗱𝗮𝘁𝗲,  𝗁𝗈𝗌𝗌𝗅𝖾𝗋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora