𝗾𝘂𝗲́𝗱𝗮𝘁𝗲, 𝗁𝗈𝗌𝗌𝗅𝖾𝗋

56

-Por favor- supliqué con los ojos
llorosos.

Él joven se apiado de mi dolor, y me
dejo entrar al auto.

Dio vuelta en U y emprendimos camino
al aeropuerto.

Cuando íbamos en carretera, comenzó
a llover a cantaros, eso podía estar a
mi favor, pero para este punto, ya no
estaba segura de nada.

8:21 am

Seguramente su jet ya había despejado,
porque dudaba que volara en avión
comercial. Tendría que comprar un
boleto y llegar lo antes posible.

El carro se detuvo. Indicaba la llegaba a nuestro destino.

-Muchísimas gracias. Haré que Jaden se lo pague-dije bajándome.
Eso le basto para sonreír y saber que
había hecho un buen trabajo.

Entré y efectivamente no había huella
de Jaden.

8:39 am

Caminé rápidamente a la ventanilla
y pedí un boleto. Ayudo que no había
muchas personas esperando y que el
vuelo despegaría en unos minutos.
En avión eran 30 minutos para llegar,
eso quería decir, que en cuento llegara a la ciudad, tendría que ser rápida, porque el aeropuerto no estaba muy cerca de la empresa, pues para llegar habían 20 minutos deviaje. Si no se interponía nada, llegaría antes de las 10 y evitaría esa reunión de Jaden con su padre.

8:46 am

El avión no iba a despegar tan rápido
como creía, pues el clima había
empeorado. La lluvia no paraba y
evitaba el viaje.

En mi asiento cerré los ojos y pedí que
pasara todo. Necesitaba llegar a tiempo
para poder estar tranquila y saber que
estaba haciendo lo correcto.

8:58 am

La lluvia no había parado, pero por fin se podía despegar sin problema. Sentí como comenzamos a elevarnos y como la emoción crecía en mí.

Lo iba a lograr.

Llegaría antes que Pablo Hossler.

9:34 am

Acabábamos de aterrizar, y no
esperaba la hora para salir de aquí.

Evacuábamos lentamente, y aunque
yo sabía que así se hacía normalmente,
todo estaba siendo mucho más lento. La gente no comprendía que tenía que ir a evitar una desgracia.

Cuando logré salir, tomé un taxi y le di la dirección de la empresa.

Lo obligué a pasarse algunos semáforos rojos, porque no llegaría. Al principio me ignoraba, pero se dio cuenta que entré en desesperación, y decidió hacerme caso.

-Han cerrado la calle principal-
mencionó el joven.

-Pues toma otra ruta-grité.
Lamentaba tratarlo así, pero no tenía
tiempo para ser amable.

9:58 am

Estábamos a unas cuadras de llegar a
la empresa, pues el camino se había
complicado un poco. No llegaría a
tiempo.

Estaba segura de que Pablo
ya estaría ahí o llegaría antes que yo.

10:04 am

-Aquí tiene- dije dándole todas las
monedas que traía en la bolsa, ni
siquiera me detuve a contarlas.

Entré al edificio y pasé por recepción.
-No puede pasar señorita- informó una joven. Al parecer era nueva, porque no conocía mi pasado aquí. Me tomó del brazo e intentó detenerme.

-Necesito hablar con Jaden
urgentemente- pedí. Trataba de
soltarme de su agarré, pero al parecer
ella no me dejaría pasar tan fácilmente.

-Pero no puede pasar- dijo otra vez

-Retírese o llamaré a seguridad-

-Lo siento-dije.

La empujé con toda la fuerza que mi
cuerpo tenía. La adrenalina que corría por mi cuerpo había hecho que sacara más fuerza de lo normal, porque la joven cayó al piso fácilmente. Sabía que no era su culpa, pero no me podía detener ahora.

No miré atrás y corrí a los elevadores.
El elevador gris estaba a reventar y la
gente se amontonaba para poder subir.

Miré junto a él, y vi mi solución.

El elevador dorado. .

Abrieron sus puertas y me metí en él.
Tan vacío como siempre.

Cuando las puertas comenzaron a
cerrarse, la joven de recepción venia
hacia mí con gente de seguridad, pero
no lograron alcanzarme, pues las
puertas se cerraron y comencé a subir.

10:07 am.

El señor Hossler era igual de puntal
que Jaden , por eso deduje que ya
habían comenzado a hablar.
Llegué al último piso, y miré a Claudia.

-Elena, ¿por qué estás aquí? - dijo
sorprendida.

-¿Ya ha llegado el señor Hossler ?-
pregunté ignorando su pregunta
anterior.

-Hace unos instantes- respondió.

No dije nada más y corrí a su oficina.
No toqué para entrar, solo abrí la
puerta.

-Estoy aquí- hablé en cuanto entré. Mi
respiración comenzó a ser más pesada
y se escuchaba cansada, pero ya estaba aquí.

-¿Elena?- cuestionó el señor Pablo.
Ambos parecían confundidos por
mi presencia y por mi estado.

-Elena, ¿qué haces aquí?- preguntó
Jaden.

-Vengo por ti- respondí con una sonrisa.

Había regresado por Jaden , y
finalmente me sentía satisfecha, porque sabía que esta era la mejor decisión

«Final del capítulo»

Vale , pueden desaogarse
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